5

Jonnie se quedó muy quieto. ¿Había algo más? ¿Quería decir esto que había llegado hasta allí y no podría lograrlo? Pero no habló. Esperó.

Soth rebuscó entre sus papeles. Cogió el contrato firmado por Jonnie y volvió a dejarlo. Era evidente que sentía escrúpulos.

—Debe comprender hasta qué punto el secreto les obsesionaba —susurró por fin—. Aunque lo que le he dado es aplicable a las matemáticas psiclo en general, hay otra circunstancia. Cuando las ecuaciones se aplican al cálculo del teletransporte, no encontrará todas las respuestas en los textos. —Y Soth suspiró—. El gobierno tenía miedo a muchas cosas. Entre ellas la posibilidad de que los empleados de la Minera Intergaláctica que estuvieran en otros planetas pudieran pensar en hacer negocios por sí mismos. De modo que los textos no revelan la secuencia exacta en la cual se utilizan las ecuaciones de fuerza, y creo que hay también ecuaciones falsas. Yo no podría explicarle a usted cómo construir un panel de instrumentos.

—¡Los hermanos Chamco parecían estar trabajando en ello! —objetó Jonnie.

—¡Oh, los hermanos Chamco! —exclamó Soth con impaciencia—. Es posible que hayan estado haciendo el payaso un poco. Incluso es posible que lo hayan intentado. ¡Pero no lo podían saber! —Y señaló los dormitorios con un movimiento de la pata—. ¡Esos patanes que hay allí —dijo con desprecio— no pueden construir un panel! Sabrían lo que yo le he dicho y eso podría funcionar para otras cosas. ¡Pero no para construir paneles! —Y echó una mirada anhelante al contrato. Después se enfrentó a Jonnie—. En la escuela minera había un tipo especial de estudiante. Los catristas vigilaban cada nuevo curso con el mayor cuidado, buscando los recién llegados más brillantes. En realidad, eran bastante raros. Y cuando los encontraban, los entrenaban en cada una de las ramas de la actividad minera, teórica y práctica. El gobierno imperial estaba decidido a que sólo una persona en cada planeta pudiera construir un panel de teletransporte para utilizarlo en una emergencia o para reparar otro panel. De modo que entrenaban especialmente a ese grupo de estudiantes. Solíamos llamarlos «cerebros-cerebro». No siempre eran buenas personas, pero los catristas pensaban que sí. Y como el gobierno y la compañía estaban tan obsesionados con el secreto, por consiguiente el puesto que les daban a estos «cerebros-cerebro» era el de oficial de seguridad. ¡Terl!, pensó Jonnie.

Casi como si estuviera leyendo sus pensamientos, Soth apuntó:

—Terl era un «cerebro-cerebro». Era la mascota de los catristas. Estaba entrenado en todas las ramas de todo. Astuto, malo. Un verdadero producto de catrista. Sólo Terl hubiera podido construir un panel de disparo con nada y se ha ido.

La mente de Jonnie corría. ¡Tenía todos los papeles de trabajo de Terl! ¡Ellos le indicarían la secuencia!

Pero sus esperanzas se desvanecieron. Soth indicó:

—Lo mismo es aplicable a la computación de motores. Sólo Terl hubiera podido computar los circuitos completos de los motores de panel.

Jonnie no tenía esos papeles.

—Son muy diferentes, ¿sabe? —arguyó Soth—. El panel de disparo comprende el principio del «mismo espacio». El motor funciona sobre la resistencia que ofrece el espacio al cambio.

Soth balanceaba el contrato entre sus garras.

—Lo que le he dicho sobre las matemáticas psiclo se aplica a todo y puede usarse para resolver cualquier cosa menos el teletransporte.

Jonnie sonrió. Al menos, podía aplicarse a los cientos de miles de patentes. Sin embargo, no sucedía lo mismo con los motores. Esto lo condenaba a terminar volando con motores de reacción. Significaba que Defensa Desesperada no podría reconvertirse fácilmente a las industrias de paz. Después recordó algo.

—Pero los ejecutivos solían reparar motores de panel —observó.

Soth se irguió. Miró el contrato y después a Jonnie.

—¿Sólo quiere el circuito? Pensé que estaba interesado en las matemáticas. Las matemáticas son un tema puro —agregó con la vehemencia de un aficionado devoto—. Pero si sólo quiere el circuito… —Y empezó a buscar algo debajo de libros y papeles—. ¿Dónde está mi máscara de gas respiratorio?

Pocos minutos después estaban fuera y Jonnie daba las órdenes indicadas por Soth.

Tenían que sacar un panel de un avión, otro de un coche de superficie y otro de una plataforma volante y debían llevarlos de inmediato al taller de reparaciones sin hacerles nada. Los mecánicos se fueron corriendo.

Muy pronto los tres paneles estuvieron en el taller.

—Éstos son tres tipos diferentes de paneles para vehículos. Todos los otros motores de panel pertenecen a alguno de estos tipos. Ahora tendrá que darme una mano. No soy tan fuerte como solía.

Soth cerró la puerta, dejando fuera a todo el mundo. Buscó en un estante y bajó un «saco de metal envenenado». Jonnie los había visto a menudo. Eran transparentes. Tenían dos estrechos espacios para los brazos. Creía que se usaban cuando se manejaban compuestos de arsénico utilizados en la refinación del metal.

Ayudado por Jonnie, Soth metió el panel del coche de superficie en el saco. Después puso todos los alambres de conexión que habían sido cortados. Selló la bolsa. Conectó una manga de aire en el fondo y el panel empezó a hincharse.

Cogió un manómetro y una caja de herramientas y los introdujo por los agujeros destinados a los brazos. Después metió los brazos y ajustó unos sellos en torno a sus codos.

Por la parte superior transparente miró el manómetro.

—Lo necesario son cien libras —indicó.

El saco se infló. El manómetro alcanzó los cien. Controló los sellos de sus codos. La presión se mantenía.

Soth cogió un destornillador que había metido adentro y diestramente sacó los tornillos de la placa superior.

Jonnie miraba fascinado. ¡Él había hecho eso una vez con el panel de un tanque, que no había funcionado más!

Pero Soth sencillamente sacó los tornillos. Levantó la tapa del panel, que contenía todos los botones, atando los cables que terminaban allí.

Después miró el interior del panel. Allí había toda clase de componentes, pero, a diferencia del equipo de transbordo, no había tablero aislante. Soth eligió un alambre con clips en ambos extremos y los ajustó a cada lado de tres componentes, para saltárselos.

—Fusibles de presión —señaló Soth—. La totalidad del interior de uno de estos paneles está a alta presión. Si la presión decae, cualquiera de estos tres fusibles se expande y salta. Si alguien manipula la cubierta, deja escapar silenciosamente la atmósfera. Esto hace saltar los fusibles. Con excepción de los fusibles y de los componentes del mecanismo de borrar/surgir, todo lo demás es basura. Una apariencia razonable. Pero en realidad, basura. No tiene nada que ver con la operación del panel. He conectado un alambre por encima de los fusibles. Estallarán y tendré que reemplazarlos. Pero ahora no funcionará el mecanismo de borrado. El circuito real sigue intacto.

Jonnie se preguntaba dónde estaba el circuito real si todo aquello era «basura».

Pero Soth sabía lo que hacía. Pisó la manga de presión y el saco se desinfló. Retiró los brazos y tiró de los cierres. El saco cayó.

Soth dio vuelta al panel.

—Parece como si estos botones bajaran, como llaves comunes, y llegaran al circuito falso. Pero no es así como funciona. El circuito está en la cubierta. Cuando aprieta un botón, interfiere con un camino luminoso interno y el circuito funciona. Todos los botones funcionan así.

Un circuito totalmente oculto, hecho en la placa de cobertura con un alineamiento molecular. Y si se lo manipulaba, borraba el circuito. Un tornillo flojo en la tapa y ya no había más panel.

—¿Dónde hay papel? —preguntó Soth. Encontró una hoja grande, más grande que la placa del panel—. ¿Dónde hay polvo de hierro?

Encontró un poco de aquel polvo marrón negruzco, capaz casi de flotar en el aire, tan fino era.

Soth tiró polvo sobre el papel blanco, formando una capa fina. Después, luchando para evitar que se enredaran los cables atados, colocó la tapa del panel sobre el papel, con el lado derecho hacia arriba.

Encontró algunos alambres y una batería y la conectó al panel en medio de una lluvia de chispas. Lo estaba ajustando de modo que la electricidad corriera por la tapa y los botones.

Soth colocó la tapa sobre el papel con mucho cuidado y después apretó rápidamente los botones del panel.

De pronto, Jonnie comprendió lo que estaba haciendo. Levantó la mano para evitar que Soth quitara la tapa. Sacó de un anaquel un analizador de metal, se paró sobre un banquillo y sacó una fotografía.

Cuando hubo terminado, Soth levantó suavemente la tapa.

¡Allí, sobre el papel, dibujado con hilos de hierro agrupados magnéticamente, estaba todo el circuito! Activada por los botones, cada parte del circuito había agrupado los hilos de hierro.

Al sacarla, se había borrado una parte diminuta. Pero Jonnie lo tenía en la cámara. Para asegurarse sacó otra fotografía de las líneas marrones, delgadas y diminutas.

¡Tenían aquel circuito!

Soth volvió a ponerlo todo en el saco, lo hincho hasta obtener una presión de trescientas libras, reemplazó los fusibles, revisó la junta de la placa y volvió a atornillar el panel.

Dos horas después, tenían los tres tipos de motores de panel. Lo guardaron todo, llamaron a los mecánicos e hicieron que volviesen a colocar los paneles en sus respectivos vehículos.

Jonnie hizo una prueba. Todos los motores funcionaron.

Muy distinto de un equipo de disparo. Realmente muy distinto.

Campo de batalla: la Tierra. La victoria
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
Section0001.xhtml
Section0002.xhtml
Section0003.xhtml
Section0004.xhtml
Section0005.xhtml
Section0006.xhtml
Section0007.xhtml
Section0008.xhtml
Section0009.xhtml
Section0010.xhtml
Section0011.xhtml
Section0012.xhtml
Section0013.xhtml
Section0014.xhtml
Section0015.xhtml
Section0016.xhtml
Section0017.xhtml
Section0018.xhtml
Section0019.xhtml
Section0020.xhtml
Section0021.xhtml
Section0022.xhtml
Section0023.xhtml
Section0024.xhtml
Section0025.xhtml
Section0026.xhtml
Section0027.xhtml
Section0028.xhtml
Section0029.xhtml
Section0030.xhtml
Section0031.xhtml
Section0032.xhtml
Section0033.xhtml
Section0034.xhtml
Section0035.xhtml
Section0036.xhtml
Section0037.xhtml
Section0038.xhtml
Section0039.xhtml
Section0040.xhtml
Section0041.xhtml
Section0042.xhtml
Section0043.xhtml
Section0044.xhtml
Section0045.xhtml
Section0046.xhtml
Section0047.xhtml
Section0048.xhtml
Section0049.xhtml
Section0050.xhtml
Section0051.xhtml
Section0052.xhtml
Section0053.xhtml
Section0054.xhtml
Section0055.xhtml
Section0056.xhtml
Section0057.xhtml
Section0058.xhtml
Section0059.xhtml
Section0060.xhtml
Section0061.xhtml
Section0062.xhtml
Section0063.xhtml
Section0064.xhtml
Section0065.xhtml
Section0066.xhtml
Section0067.xhtml
Section0068.xhtml
Section0069.xhtml
Section0070.xhtml
Section0071.xhtml
Section0072.xhtml
Section0073.xhtml
Section0074.xhtml
Section0075.xhtml
Section0076.xhtml
Section0077.xhtml
Section0078.xhtml
Section0079.xhtml
Section0080.xhtml
Section0081.xhtml
Section0082.xhtml
Section0083.xhtml
Section0084.xhtml
Section0085.xhtml
Section0086.xhtml
Section0087.xhtml
Section0088.xhtml
Section0089.xhtml
Section0090.xhtml
Section0091.xhtml
Section0092.xhtml
Section0093.xhtml
Section0094.xhtml
Section0095.xhtml
Section0096.xhtml
Section0097.xhtml
Section0098.xhtml
Section0099.xhtml
Section0100.xhtml
Section0101.xhtml
Section0102.xhtml
Section0103.xhtml
Section0104.xhtml
Section0105.xhtml
Section0106.xhtml
Section0107.xhtml
Section0108.xhtml
Section0109.xhtml
Section0110.xhtml
Section0111.xhtml
Section0112.xhtml
Section0113.xhtml
Section0114.xhtml
Section0115.xhtml
Section0116.xhtml
Section0117.xhtml
Section0118.xhtml
Section0119.xhtml
Section0120.xhtml
Section0121.xhtml
Section0122.xhtml
Section0123.xhtml
Section0124.xhtml
Section0125.xhtml
autor.xhtml