Parte 18
1
Con todo lo que dependía del resultado de este proyecto, Jonnie no estaba preparado para que le dijeran que pasarían tres días antes de estar seguros de haber tenido éxito con Chirk. Mac Kendrick decía que había peligro de infección o recaída. Tenía que observar las reacciones antes de hacer nada.
En vano se quejó Jonnie, diciéndole que a menos que resolvieran el problema de las matemáticas psiclo, podía volver a encontrarse en una sala de conferencias con emisarios muy enfadados porque sus economías seguían estancadas; que podían volver a llevarlos a una demostración de fuerza. Mac Kendrick afirmó que apresurarse no serviría de nada.
Y Chirk no se recuperó en seguida. Al segundo día seguía en cama, demasiado débil y mareada como para moverse. Esto hizo que Jonnie se preguntara si retirar aquellas cosas afectaría su sentido del equilibrio o incluso su capacidad de pensamiento.
Sucedieron otras cosas. Pierre Solens había desaparecido y Jonnie necesitó horas para averiguar que había sido visto abordando un avión que había pasado por allí, de regreso a Europa.
Pattie parecía haber sufrido un cambio. Jonnie estaba sentado en la vieja biblioteca, hojeando libros con impaciencia, cuando se hizo consciente de su presencia. Era evidente que tenía algo que decir. Él se quedó allí tranquilamente, prestándole atención.
—Jonnie, por favor, dime la verdad. ¿Vivió Bittie mucho tiempo?
Esto sobresaltó a Jonnie, retrotrayéndolo a aquel día fatal. Se sintió sofocado por una ola de dolor. Sólo pudo asentir.
—Entonces hubieran podido salvarlo —dijo Pattie, no de forma acusadora, sino sólo estableciendo un hecho. Jonnie la miró—. No podía hablar. ¡No, Dios mío! El niño estaba partido por la mitad; tenía la columna destrozada. Nada hubiera podido salvar a Bittie. Nada. Pero no podía decirle eso.
—Jonnie, si yo hubiera sabido cómo curar y hubiera estado allí, Bittie no hubiera muerto —indicó totalmente convencida.
Jonnie esperó, mudo.
—Cuando los doctores se vayan de aquí, quiero ir con ellos —repuso Pattie—. Seré muy buena. No los molestaré. Iré a una escuela, estudiaré mucho y aprenderé todo lo que tengo que saber para ser una doctora. ¿Me ayudarás, Jonnie?
Jonnie no podía hablar. La abrazó. Después de un rato, pudo decir:
—Por supuesto que si, Pattie. Puedes quedarte con la tía Ellen o hablaré con Mac Kendrick. Me ocuparé de que tengas todo el amero necesario.
Ella retrocedió, con los ojos brillantes, decididos.
—Gracias —dijo dignamente, y se fue.
Después de un rato, él se sintió aliviado por ella. Había creído que no se recobraría nunca. Pero había sucedido. Tenía un objetivo: había encontrado un camino, un camino que la sacaba de la desesperación y la devolvía al mundo de los vivos.
Al día siguiente, mientras trabajaba en el taller de electricidad organizando el equipo, tuvo necesidad de una referencia sobre los valores normales de las pistolas moleculares. Corrió a la biblioteca. ¡Chirk estaba allí!
Estaba sentada frente a un escritorio, rodeada de libros.
—Jonnie —dijo con cierta severidad—, ha dejado que este lugar se hunda en la confusión más absoluta. ¡Tiene que aprender a volver a guardar las cosas cuando las saca de los anaqueles!
La miró. Dentro de la máscara, sus mandíbulas se movían masticando raíces. Sus ojos ambarinos estaban totalmente claros y ya había aumentado un poco de peso.
—La compañía es muy estricta con respecto al orden en las bibliotecas —advirtió ella—. Recuérdelo. —Y siguió ordenando volúmenes.
Su coordinación parecía perfecta mientras guardaba cosas con movimientos seguros de las patas. Las pilas resultantes eran perfectas. Ni siquiera un temblor. Él estaba a punto de salir corriendo a comunicar las novedades, cuando Chirk dijo:
—Jonnie, he estado pensando sobre las matemáticas. Si todavía necesita mi ayuda, trataré de aprender a sumar, restar y esas cosas. Pero verdaderamente, Jonnie —y lo miró inquisitivamente—, ¿para qué querría ocuparse de las matemáticas una persona inteligente? Quiero decir, ¿para qué sirven, Jonnie?
Tres minutos más tarde, Jonnie, excitado, comunicaba a Mac Kendrick que podían seguir adelante.