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EXTRACTO DEL INFORME HELIOS
17.4. Hasta la fecha ha sido imposible calcular, ni siquiera de forma aproximada, la intensidad de las radiaciones que se desprendieron cuando la masa de material fundido logró salir de la cúpula protectora de hormigón. Los rayos gamma y las radiaciones de neutrones contaminaron un radio de dos kilómetros en fracciones de segundo, es decir antes de que el grueso de la nube radiactiva llegara a alejarse más de cien metros de la fuente radiactiva situada en los cimientos del reactor. Esta nube, a su vez, fue emitiendo también rayos gamma y radiaciones de neutrones, así como radiaciones alfa y beta, directamente y en forma de partículas calientes de radiación inducida... Dado que ninguna de las aproximadamente 1.000 personas que se encontraban en un radio de dos kilómetros de Helios en el momento de quedar en libertad las radiaciones consiguió sobrevivir, ni siquiera en los sectores que luego no se vieron afectados por la nube (sur, suroeste), es preciso atribuir el efecto mortífero a la dosis de rayos gamma y radiaciones de neutrones recibidas en los primeros segundos. Los cálculos de los expertos sitúan esta dosis al aire libre en torno a los 15.000 y los 50.000 Roentgen. La supervivencia ya comienza a resultar problemática a partir de los 700 Roentgen...
17.5. La nube radiactiva que se formó en cuanto la masa de material fundido hubo salido de la cúpula del reactor — por acumulación de varias nubecitas que en esos momentos surcaban la zona contaminada—, también siguió emitiendo radiaciones directas (a una distancia de 1.000 metros aprox.), al tiempo que arrastraba partículas radiactivas en suspensión (polvo, agua, gases). Al principio, casi la totalidad de estas partículas se mantuvieron concentradas dentro de los límites de la nube, por efecto de las corrientes de aire. Sin embargo, un pequeño número de ellas fue avanzando a mayor velocidad que la propia nube y ya durante la primera hora fueron muchas las personas que entraron en contacto y respiraron el aire radiactivo, o bebieron y comieron líquidos y alimentos ionizados...
La nube contenía aproximadamente unos 200 isótopos radiactivos, entre los más potentes de los cuales debemos citar: el plutonio 239 (órgano más afectado: pulmones), el yodo 131 (órgano más afectado: tiroides), el estroncio 90 (órgano más afectado: huesos), el kriptón 85, el radón, el cesio 137, el fósforo 32, el itrio 90, el xenón 141, el carbono 11, el carbono 14, el niobio 94, el bario 133...
17.6. La elevada intensidad de la irradiación en los al rededores de la Central y en torno a la nube radiactiva queda ratificada por la tesis de Rajewsky sobre el efecto de los tres día y medio. Rajewsky observó que los animales experimentales sometidos a radiaciones de 1.000 a 15.000 Roentgen en toda la superficie del cuerpo, morían simultáneamente al cabo de unos tres días y medio, independientemente de que hubieran recibido una dosis de 1.000 o de 15.000 Roentgen. La muerte instantánea sólo se producía a partir de dosis de 50.000 Roentgen. El hecho de que muchas víctimas de las radiaciones de Helios murieran al cabo de pocas horas o incluso minutos después de haber absorbido la radiactividad, indica que ésta debe haber alcanzado, o incluso superado, la frontera de los 50.000 Roentgen en algunos puntos...
Los primeros síntomas de la afección radiactiva inmediatamente mortal fueron sin embargo similares a los de la afección no mortal: mareo, vómitos, diarrea, todos los cuales pueden considerarse como una reacción del sistema neurovegetativo en proceso de destrucción...