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Me abracé a él tan pronto como entramos en la habitación del hotel.

—Estoy caliente —le dije besándolo.

Noté su respuesta y sentí cómo la vergüenza —que no el deseo— se adueñaba de mi cuerpo. ¡Cuántas ganas tenía de mí! Lo contento que se puso de que yo tomara la iniciativa; susurrara sentimientos, deseo.

Lo besé suavemente por debajo del lóbulo de la oreja susurrándole al oído lo que pensaba hacer con él.

Me miró embelesado cuando dejé de susurrar. Parecía feliz. Yo sentía tanta vergüenza que no me atreví a mirarle a los ojos. Me incliné hacia delante y le besé el cuello para evitar sus ojos. Si nuestras miradas volvían a encontrarse rompería a llorar y nunca podría parar.

Quince minutos después estaba desnuda llorando bajo la ducha. Mi novio ya dormía profundamente. Se durmió con una sonrisa.

Me froté todo lo que pude, pero no servía de nada. La mierda estaba como pegada a la piel. Me avergonzaba haber utilizado mi cuerpo de aquella manera. No para gozar. Sabía que él se quedaría dormido como un tronco después de hacer el amor. Esa era la idea.

Abrí el grifo de agua caliente al máximo. Me escaldaba. Sentí cómo quemaba en la espalda y vi cómo el agua que caía me ponía la piel cada vez más roja. Me acurruqué en posición fetal y permanecí así hasta que no pude soportar más el calor. Entonces me sequé con cuidado la espalda irritada, me envolví en el suave albornoz del hotel y volví sin hacer ruido a la cama.

Él no notó que me metía en la cama y me sentaba. Observé su cuerpo desnudo, que subía y bajaba con ritmo suave. Ronquidos y una erección. Como de costumbre.

—Perdón… —susurré.

Pensé en lo triste que se pondría si lo supiera. Era una buena persona. Nunca habría querido hacer el amor conmigo si yo no quería. Comprendí que, por muy mal que me sintiera yo por lo que acababa de hacer, él probablemente se sentiría aún peor.

Pero nunca se enteraría. Y yo necesitaba realmente estar sola, me dije para consolarme. Y la única manera de poder estar tranquila era hacer el amor con él para que se durmiera.

Era curioso, pensé mirando el cuerpo relajado que tenía al lado. Las noches que no follábamos él tenía el sueño ligero. Se despertaba en cuanto yo me levantaba al baño. Cuando habíamos hecho el amor, podía caer una bomba al lado de la cama y él seguiría durmiendo.

Saqué el CD recién comprado y lo puse en el ordenador. Busqué en el bolso los auriculares del iPod y los conecté. Pulsé para reproducir la canción número quince: Change it. La volví a escuchar. Después de escucharla tres veces me sabía la letra de memoria.

There’s a great new world out there,

for those who

dare to claim it.

A better day is on the way and only you can change it.

[…]

Get your life in order, clean house and rearrange it.

Raise your voice and make a choice,

committed

now to tear the damn dam down…

And change it.

Yo canté también. Sin prestar atención a las lágrimas que me resbalaban por las mejillas y que junto con los mocos habían empapado hacía rato el albornoz. Iba a limpiar mi casa. Iba a derribar el muro. Iba a recuperar mi vida.

Mis ojos se volvieron de nuevo hacia mi novio, que dormía a mi lado. Mi querido novio desnudo.

Iba a recuperar también mi cuerpo. Cuando mi padre estuviera muerto nunca jamás volvería a hacer el amor contra mi propia voluntad.

Volvería a sentir el deseo, cuando recuperase mi vida.

Miré las canciones que tenía en el ordenador. Repasé las listas de reproducción y escuché viejas canciones. Después abrí el cuaderno de las magdalenas y escribí algunas estrofas de las canciones que me habían llegado con más fuerza al corazón.

Cuando vi la nueva lista me di cuenta de que el viaje a Nueva York en absoluto había sido tiempo perdido. En cuanto llegara a casa me iba a grabar un CD. Pensaría en lo que le iba a decir a mi padre después de escuchar aquellas estrofas. Iba a atarlo. Y lo obligaría a escuchar los mejores fragmentos.

Cuaderno de las magdalenas, 20 de febrero:

Canciones para cuando lo mate:

1. Not Ready to Make Nice – Dixie Chicks

Forgive, sounds good. Forget, I’m not sure I could.

They say time heals everything. But I’m still waiting.

2. Entre un padre y un hijo – Peter Jöback

Heredé tus ojos y tu porfía.

Me diste tu modo de andar. Nunca tu atención.

Y hablabas de mí cuando no estaba allí,

orgulloso de que hubiese llegado tan lejos.

Y me habría gustado conocerte.

Comprender de dónde venías.

Pero ahora transito el páramo desierto

entre un padre y un hijo.

3. Daughters – John Mayer

Fathers, be good to your daughters.

Daughters will love like you do.

Girls become lovers who turn into mothers…

So mothers, be good to your daughters too.

4. Change it – 9 to 5 Ensemble

Stand up, grab a hold give everything you’ve got.

When the road is dark and cold walk on, fearing not.

Get your life in order, clean house and rearrange it.

Raise your voice and make a choice.

Committed now to tear the damn dam down

And change it.

5. Look Ma, No Hands – Elton John

Look Ma, no hands. Look Ma ain’t life grand?

I’m a super power. I’m a handy man.

Didn’t I turn out… Didn’t I turn out to be,

Everything you wanted Ma,

Ain’t you proud of me?

6. Can’t Hold Us Down – Christina Aguilera

This is for my girls all around the world.

Who’ve come across a man who don’t respect your worth.

Thinking all women should be seen not heard.

So what do we do girls? Shout out loud!

7. Hallelujah – Jeff Buckley

Well maybe there’s a god above.

But all I’ve ever learned from love,

was how to shoot somebody who outdrew you.

It’s not a cry that you hear at night.

It’s not somebody who’s seen the ligh…

It’s a cold and it’s a broken hallelujah.