VIII
La iba a estrangular. ¡Maldita sea! Su futura mujer era una incontinente y entrometida aventada. Para evitar matar a alguien ni tan siquiera quería imaginar lo que esos cabronazos le habían propuesto. ¡Dios! Razón tenían los Evers con su obsesión por controlarla, siendo tal peligro en potencia. Cuanto más la miraba, ahí sentada, toda remilgada, con las manitas juntas reposando en su regazo, lanzando a los hermanos Brandon miradas dulzonas y consiguiendo embaucarles a tenor de las sonrisas idiotas que mostraban sus rostros, más se afianzaba su intención de vigilarla como un halcón. Por todos los demonios que no iba a permitir que desapareciera de su vista durante el puñetero resto de su vida.
Se daba cuenta de que la conversación continuaba, y la ordenada sesión se convertía en un gallinero, pero le costaba seguir el hilo ya que no podía sacarse de la cabeza lo que había narrado la enana. Julia decía no se qué al mayor de los Brandon de que su idea era ¿insulsa?; Jules y Peter Brandon se medían con las mirada, como si el contrario fuera un interesante rompecabezas; Jared..., Jared estaba mirando al infinito y Norris escuchaba el parloteo con paciencia, hasta que habló.
Muy bien, podemos deducir sin temor a equivocarnos que Cecil Worthington era el matasanos de la fábrica y ello cuadra con su participación en la guerra de Crimea, ¿no es así, John?
Sí, me consta que perteneció al decimotercer regimiento de los dragones ligeros y, si no me equivoco, aprovechando que había iniciado los estudios de medicina, intervino auxiliando a heridos. No me extraña que trabajara para la empresa en calidad de médico.
De acuerdo expresó Norris sabemos lo de “el dulce Cecil”, hemos ubicado a Abrahams, al que creemos que mataron para callarle la boca, algo turbio ocurría con los niños, al joven Peter Brandon lo eliminaron en cuanto comenzó a indagar le miró brevemente antes de hablar con extrema suavidad Peter, no sé hasta qué punto estás dispuesto a hablar, pero, piénsalo detenidamente. No te vamos a presionar, pero haznos saber si llegas a estar preparado para ello. Quizá dispongas de información que se desechó en su momento. No digo que fuera así, sino que contemples tal posibilidad el gesto de asentimiento de Peter fue suficiente para Norris. Falta tratar un último punto que creo que hemos pasado por alto y que no os va a gustar. Quienquiera que dirija esta organización criminal, porque sin duda es a lo que nos enfrentamos, sabe que Abrahams visitó la tienda en varias ocasiones, y el día que Mere terminó en prisión debían tenerle vigilado, lo cual conlleva que nos tenían a todos observados. Partiendo de esta base, imaginemos que suponen que Mere vio el carruaje en el que se montó el capataz y que podría identificar su emblema. Por supuesto, ellos desconocen que Mere tan solo es capaz de garabatear monigotes. Lo siento, niña, pero es lo que hay observó a todos con detenimiento. Hablando mal y pronto, hemos situado a Mere en el punto de mira, lo cual empeoró cuando intentó sonsacar información al beodo de Worthington en el baile.
¡Joder! tronó John.
El resto nada dijo, ya que todos pensaban exactamente igual.