XX
A los pandavas les llegó la noticia de la coronación de Bishma como comandante del ejército de los kurus. Yudishthira hizo a Drupada, Virata, Satyaki, Dhrishtadyumna, Dhrishtaketu, Sikhandi y Sahadeva los jefes de los siete akshauhinis y Dhrishtadyumna fue coronado comandante en jefe de todo el ejército. Arjuna fue nombrado jefe de ataque y Krishna fue asigna o como conductor de Arjuna.
Balara a, el hermano de Krishna, se dirigió a Yudishthira. Iba acompañado de muchos miembros de la familia de los vrishnis. Yudishthira le recibió con gran emoción y le rindió honores. Bhima cayó a sus pies, quedándose luego a su lado con las manos juntas. Todos los pandavas y Krishna estaban junto a él y Balarama les bendijo. Yudishthira tomó a Balarama de l mano y le condujo a un lujoso asiento. Todo el mundo vio a ver al gran Balarama que tenía reputación de ser más poderoso incluso que Krishna. Balarama les miró a todos y en particular a Krishna, y dijo:
—He oído que va a haber una gran guerra en la que habrá un exterminio general de todos los reyes de este mundo. "Espero veros a todos pasar a salvo el mar del peligro sin que os ocurra daño alguno. Es evidente que no se pudo evitar la guerra. Lo he estado diciendo una y otra vez a mi hermano Krishna: "Por favor, compórtate con la misma imparcialidad hacia los dos bandos, los dos son parientes nuestros." Duryodhana nos es tan querido como los pandavas. Y le pedí que no se pusiera de ningún lado. Pero ha rehusado escuchar mis palabras. Yudishthira, Krishna ha decidido tomar parte en esta g erra por el bien tuyo y el de tus hermanos; él ha consentido en ser el conductor de Arjuna. Ahora sé que la victoria es vuestra; cuando Krishna coja las riendas de los caballos blancos de Arjuna, nadie más puede soñar en ganar. Bhima, yo te aprecio, pero como tú sabes Duryodhana ha sido mi discípulo favorito y le amo como mi hermano ama a Arjuna, pero no me pondré del lado de Duryodhana, yo no puedo vivir sin Krishna, ni puedo unirme al lado opuesto del de mi hermano, no puedo luchar con mi hermano por culpa de una guerra entre primos lejanos nuestros. Dejo la guerra y el futuro del mundo en las manos de Krishna, en cuanto a mí, no puedo soportar la destrucción de la casa de los kurus, me iré lejos de aquí, a las orillas del río Saraswati. Que os vaya bien, tenéis mis bendiciones.
El gran Balarama, con sus ojos enrojecidos como el vino, se alejó caminando como un león hacia su guarida. Se despidió muy cariñosamente de Krishna y se marchó.
Otro gran guerrero vino a ver a Yudishthira, era Rukmi, el rey de Bhojakata que era hermano de Rukmini, la esposa de Krishna. Con él trajo un ejército que totalizaba un akshauhini en número. Yudishthira, como de costumbre, le recibió cordialmente y le hizo sentarse. Rukmi le dijo:
—Arjuna, no te preocupes del ejército de los kurus, no tengáis miedo, os ayudaré a ganar esta guerra. No hay nadie tan grande como Rukmi. Haré lo que quiera que me pidas en la guerra, quiero asistirte y puedo vencer a todos los héroes del lado opuesto.
"No necesitas aquí a todos estos reyes para que te ayuden. Puedo matar a todos los héroes kurus yo solo, cuando los haya matado a todos, te entregaré este mundo como mi regalo.
Rukmi miró a todos sonriendo para sí mismo. Arjuna observó la expresión del rostro de Yudishthira y luego miró a Krishna. Todo el mundo sabía que Rukmi fue vencido por Krishna, cuando Krishna se llevó a Rukmi y los dos eran enemigos jurados. Pero la cara de Krishna era complaciente, no dijo nada ni su rostro expresaba nada. Arjuna dijo:
—Escúchame, Rukmi. Por favor, no vengas aquí a hablar de miedo. ¿Quién tiene miedo aquí, para que vengas y digas "no tengáis miedo"? No me gusta tu actitud. Estos héroes que se han reunido son todos bravos guerreros y ninguno de ellos se ha expresado con tales palabras.
Nunca hemos tenido miedo. Yo he ganado varias guerras sin la ayuda de nadie, no necesitas adoptar ese tono patriarcal y decir que ganarás el mundo para nosotros y nos lo regalarás. No necesito tu ayuda. Puedes irte o quedarte, como más te guste; no estamos ansiosos por tenerte con nosotros.
Rukmi se fue con su ejército, se dirigió a Duryodhana y le habló en términos similares, diciéndole cómo le habían tratado los pandavas. El orgulloso monarca kuru también rehusó la ayuda de aquel fanfarrón.
Así pues, en la gran guerra que tuvo lugar en Kurukshetra lucharon todos los reyes del mundo, excepto Balarama y Rukmi.
El río Hiranwati se convirtió en la línea de demarcación entre los campos de los dos ejércitos. El ejército pandava se estacionó en las orillas del río. Duryodhana llamó a sus aliados, citó a Uluka, el hijo de Sakuni y le dijo:
—Ve inmediatamente al campamento de los pandavas, ante la presencia de Yudishthira, y asegúrate de que están allí todos los hermanos con Krishna; asegúrate, también, de que estén allí todos los héroes que han venido a ayudarles y entonces, en medio de todos, diles estas palabras: "La guerra en la que hemos estado pensando durante tanto tiempo, se ha convertido ahora en un hecho. Enviásteis un mensaje lleno de bravatas a través de Sanjaya. Ha llegado el momento de que cumpláis vuestros juramentos; en el que tendréis que probar como ciertas vuestras palabras. En la corte del rey de Hastinapura, hace catorce años, todos vosotros hicisteis varios juramentos. He llegado el momento de que los cumpláis.
"Uluka, diles estas palabras a los pandavas. Te daré mensajes individuales para los hermanos y para Krishna. Ahora ve y tráeme sus respuestas.
Duryodhana le dio también los mensajes individuales y mandó a Uluka a las orillas del Hiramwati.