I
Todos los festejos de la boda habían concluido. Los pandavas sabían que no habría tiempo que perder confiándose en aquel falso sentimiento de seguridad. Sabían que tenían que hablar sobre sus planes futuros con los amigos, que habían venido a desearles fortuna. El salón de las asambleas estaba ahora lleno con los leones de Bharatavarsha, era por la mañana y todo el mundo había acudido temprano al gran salón del rey de la ciudad de Virata. Drupada y Virata fueron los primeros en entrar, eran los veteranos del grupo. Junto a Drupada se sentaron Balarama y Satyaki. Muy cerca del rey de Virata se sentaron Yudishthira y Krishna., y cerca de ellos se sentaron los hijos de Draypadi, Bhima, Nakula, Sahadeva, Arjuna y los hijos de Krishna, Pradyumna y Samba.
El recién casado Abhimanyu se sentó junto a su tío y su padre. El salón era un espléndido marco para esta galaxia de príncipes. Pasaron cierto tiempo hablando de temas sin importancia y por fin la conversación se encaminó hacia el tema que más importaba en sus corazones: el futuro de los pandavas y la suerte del mundo entero. Krishna se levantó del asiento con una expresión sonriente. Una cierta quietud se apoderó de la audiencia mientras esperaban en silencio a que hablara.
Krishna comenzó diciendo:
—Todos conocéis los acontecimientos que llevaron al exilio al noble príncipe Yudishthira, acompañado de sus ilustres hermanos y de Draypadi, su querida reina. Pero una vez más, sólo para refrescarnos la memoria, os recordaré las circunstancias. El tramposo Sakuni derrotó a Yudishthira jugando a los dados, y le quitó su reino y todas sus pertenencias.
Los pandavas tuvieron que pasar doce años en el bosque y otro más ocultos, pero ahora el tiempo de su exilio ha concluido.
Aunque les hubiera sido fácil derrotar a Duryodhana en una lucha, los justos pandavas no siguieron ese otro rumbo; sólo creen en la verdad. Nunca se desviaron del camino del Dharma y prefirieron pasar doce años en el bosque y uno en Virata como se detalló en las condiciones del juego. Han pasado por momentos terribles, y han padecido sufrimientos sin fin; de esto también tenéis noticia. Ahora que ha llegado el momento de ajustar cuentas, depende de todos vosotros el decidir cuál será el futuro curso de acción a seguir por los pandavas. Debe ser para el bien de la humanidad y no para hacer daño a nadie. Busquemos entre todos el camino que pueda ser beneficioso para los pandavas al igual que para Duryodhana. Deberá estar en consonancia con el Dharma, deberá traer buen nombre a todos y no dañar la reputación de los pandavas ni su honor.
"El noble Yudishthira renunciaría al reino antes que actuar en forma injusta. Antes preferiría vivir como un mendigo en una choza que en un reino ganado por medios injustos.
Este reino de los kurus le pertenece, lo heredó por derecho de nacimiento y el rey Dhritarashtra lo sabía, por eso le dio la mitad de su reino. Le dieron Khandavaprastha que en extensión era la mitad del reino. Más tarde los pandavas cambiaron su nombre por Indraprastha. Este reino fue ensanchado por el valor de los hermanos de Yudishthira, quien realizó el gran Rajasuya y fue aclamado como monarca absoluto del mundo entero. Esta hermosa tierra, como digo, le fue arrebatada por los hijos de Dhritarashtra. Arjuna no fue vencido en una guerra justa; ninguno de los hijos de Dhritarashtra usó la fuerza de sus brazos para conquistar el reino de Yudishthira. A los pandavas no se les dio en absoluto una oportunidad justa. Pero este santo entre los hombres no se quejó, nunca se ha quejado. Incluso cuando eran niños pequeños en la corte de Hastinapura, fueron maltratados por los kurus. No necesito hablaros de la infame conspiración que se tramó en Varanavata, todos la conocéis; pero tampoco entonces se quejó Yudishthira. Va en contra de su naturaleza hablar mal de otros.
"Considerando todas estas cosas, considerando la injusticia que se ha hecho con estos héroes, considerando la maldad y la perversidad de sus primos en Hastinapura, considerando su avaricia en contra de la bondad de este príncipe entre los hombres, considerando que todos somos los benefactores y amigos de los príncipes pandavas, ahora es necesario hacer algo definitivo acerca de esta injusticia. Debemos dar los pasos necesarios para enderezar el mal que se le ha hecho a Yudishthira. Invito a que opinen todos los grandes personajes que se han reunido en esta asamblea. Los kurus merecen ser aniquilados. Los pandavas podían haberlos matado hace mucho tiempo, pero Yudishthira y sus hermanos son personas justas. A Yudishthira no le gusta la guerra. Pero si no se les devuelve su reino incluso después de haber cumplido las condiciones que se le impusieron después del segundo juego de dados, los pandavas tendrán que emprender la guerra contra la hueste de los kurus. Yudishthira tiene muchos amigos que se reunirán alrededor de su insignia y darán su vida por él si se entabla una guerra contra los kurus.
"No obstante, no conocemos las intenciones de Duryodhana. Sin conocer sus ideas, no es posible decidirnos sobre el curso futuro a seguir. Tengo una sugerencia: Que una persona de alta cuna vaya a Hastinapura y hable con el rey Duryodhana en nombre de Yudishthira y que con palabras amables le pida la mitad del reino que le pertenece a Yudishthira. Si hay alguna otra sugerencia estamos ansiosos por oírla. —Krishna se sentó después de hablar de esta manera tan gentil, poderosa e imparcial.
Balarama se levantó. Todo el mundo miró al hermoso hermano mayor de Krishna, quien tenía un aspecto encantador con la seda azul que vestía. Les miró a todos y dijo:
—Todos habéis oído a mi hermano Krishna, que ha pronunciado palabras llenas de Dharma y sensatez. Su discurso fue imparcial. Habló bien de nuestro Yudishthira y me agradó observar que no desacreditó de ningún modo a Duryodhana. Los pandavas quieren solamente su parte del reino, sólo quieren la mitad de la tierra de los kurus. No quieren todo el reino.
Creo que los hijos de Dhritarashtra deben estarle agradecidos a Yudishthira por este noble gesto de su parte. La guerra puede evitarse si pueden aprovechar esta oportunidad para comportarse magnánimamente. Como sugirió mi hermano, debería mandarse una persona responsable a Hastinapura. Debe ir con la intención de apaciguar a Duryodhana y debe abogar por la causa de Yudishthira. Primero debe saludar a los ancianos de la corte de los kurus: al gran Bishma, a Dhritarashtra, el famoso hijo de la casa de los kurus, a Drona y a su hijo Aswatthama, a Vidura y Kripa. Debe hablar con respeto a Sakuni y Radheya, y debe ser muy político con Duryodhana y sus poderosos hermanos. Este mensaje debe ser muy humilde y explicar con mucha amabilidad los puntos de vista de Yudishthira. No tiene que disentir con Duryodhana, el rey no debe ser provocado.
"Yudishthira reinaba en su trono, pero se dejó llevar por la excitación del juego y perdió su trono ante Duryodhana. Hizo algo absurdo. Los kurus intentaron disuadirle insistentemente de que no jugara, pero no hizo caso. Es un mal jugador y no tiene habilidad en el juego, pero desafió a Sakuni que es un adepto al juego. Había allí miles de jugadores a quienes podía haber vencido fácilmente. Pero no eligió como oponente a ninguno de ellos. Yudishthira desafió sólo a Sakuni y fue vencido una y otra vez. Incluso así siguió jugando. Por esta tontería del rey de Indraprastha no tiene sentido culpar a Sakuni o a Duryodhana. Siendo éste el estado de cosas, que el mensajero use palabras humildes para disuadir a Dhritarashtra y a Duryodhana para que se desprendan de la mitad del reino. No sería sabio ni sensato discutir con Duryodhana. Debe evitarse la guerra. Esto sólo puede hacerse de forma diplomática y se necesita un enviado muy inteligente y diplomático.
Este discurso de Balarama estaba provocando a todos los amigos de Yudishthira.
Cuando los pandavas habían estado en Prabhasa en los días de su Tirthayatra, las palabras de Balarama no eran así. Entonces él quería luchar contra los hijos pecadores de Dhritarashtra, incluso antes de que acabaran los trece años. Para Yudishthira era obvio que había hablado con Duryodhana después de eso. Duryodhana debía haberle dado su propia versión del juego de dados a Balarama y debía haberle trastocado los hechos. Balarama estaba muy orgulloso de Duryodhana y debió creerse con mucha facilidad lo que se le dijo. Todo el mundo sabía que Sakuni provocó a Yudishthira para que jugara y que fue Sakuni quien no le dejó irse sin jugar. Por supuesto, una vez que comenzó el juego, Yudishthira perdió la cabeza.
Pero esta alteración de los hechos eran lo menos que se podía esperar por parte de los kurus.
Duryodhana sabía que Balarama tenía un punto débil por su afecto hacia él y le fue fácil convencerle de q e no se debía culpar a los kurus en cuanto a la pérdida de reino. El crédulo de Balarama pensó que Duryodhana no era por ello responsable en lo más mínimo. Yudishthira no dijo una sola palabra. Mientras Balarama estaba hablando antes de que acabara su discurso, Satyaki saltó de su asiento y con voz enfadada dijo:
—El alma de un hombre se refleja en sus palabras. Por tus palabras podemos ver lo que hay en tu corazón. En este mundo ha hombres valientes y también cobardes. A los hombres s les puede clasificar como pertenecientes a una u otra de las dos clases. De la misma familia pueden nacer dos tipos de hombres. Del mismo árbol crecen ramas con frutos y sin ellos. No estoy tan enojado por tus palabras como por el silencio e esta gente que te está escuchando sin protestar.
"No puedo entender cómo alguien puede pensar que se le pueda culpar a Yudishthira y cómo se le permite hablar a este tipo de personas en esta asamblea. ¿Osas atribuir la culpa a este santo entre los hombres y crees que tus declaraciones no serán rebatidas?
"¿Cómo puede decirse que los kurus ganaron el juego limpiamente cuando se sabe que Yudishthira no es un jugador hábil y sabiéndolo le retaron a jugar?
"Si el juego se hubiera hecho en la casa del rey en Indraprastha, si los kurus hubieran sido invitados por Yudishthira y sus hermanos a Indraprastha para un juego de dados, y ellos hubieran jugado y ganado, su victoria podría haber sido considerada limpia. Pero los hechos fueron diferentes. Los kurus hicieron que Yudishthira viniera a Hastinapura. Allí ellos le retaron a él, que es un kshatrya, a jugar; así que tenía que hacerlo. Y en ese juego lo perdió todo. Ellos se lo quitaron todo. ¿Crees que ese comportamiento por parte de Duryodhana es digno de príncipes? Yudishthira ha cumplido todas las condiciones del exilio. Ha vivido estos trece años como lo prometió. El reino de su padre le pertenece. ¿Por qué no debe exigirlo? ¿Por qué ha de pedirlo humildemente? ¿Por qué ha de rebajarse y usar palabras suaves para que Duryodhana no se enfade? Aunque esté equivocado, Yudishthira no necesita ir y suplicarle un favor a Duryodhana. Pero sabemos que él no está equivocado en lo más mínimo.
El ha sido ofendido de la forma más cruel por sus primos. Piensa en la justicia de tu querido Duryodhana. El sabía muy bien que el período de su exilio había concluido y aún así envió un mensajero con estas palabras: "Hemos visto a Arjuna, así pues debéis volver al bosque por otros doce años." ¿A eso le llamas justicia? En tiempos del comienzo del exilio de los pandavas, Vidura le pidió que no fuera tan cruel. Le pidió que les devolviera su reino, pero tu querido discípulo se mantuvo inflexible. Es la persona más avariciosa que existe sobre la faz de la tierra.
"Tengo el presentimiento de que esos mensajes y mensajeros no podrán conseguir nada.
Es una pérdida de tiempo. Conozco a Duryodhana. Déjame ser el mensajero en Hastinapura.
Lucharé contra ese hombre, le heriré con mis flechas afiladas, le arrastraré a la fuerza hasta la presencia de Yudishthira y lo arrojaré a sus pies. Si rehusan no postrarse ante Yudishthira, los mandaré a todos a la morada de la muerte. No podrán enfrentarse con el enfurecido Satyaki, cuando se decida a destruirlos.
"Realmente, ¿hay alguien que pueda enfrentarse al gran Arjuna o a Krishna o a mí? ¿Quién puede enfrentarse a Bhima? ¿Quién es el que puede luchar contra Nakula y Sahadeva que parecerán como mensajeros de la muerte? ¿Quién es suficientemente fuerte como para combatir a los hijos de Drupada, Sidhandi y el nacido del fuego, Dhrishtadyumna? Piensa en los cinco pandavas y en su hijo Abhimanyu. Ellos tendrán de su lado a Gada, a Pradyumna, a Samba y a mí. ¿Quién puede pelear contra este equipo de truenos? Nosotros mataremos a los hijos de Dhritarashtra, a Radheya, a Sakuni y a toda la multitud de pecadores. Nosotros realizaremos la coronación de Yudishthira. Los kurus son unos terribles pecadores que se han propuesto destruir a los pandavas. Nosotros no pecaremos matándoles. Sé lo que piensa Yudishthira. El sabe que Duryodhana no le devolverá el reino: o los hijos de Dhritarashtra le devuelven su reino inmediatamente a Yudishthira, o morirán en la guerra y dormirán en el campo de batalla. Tu sugerencia de que Yudishthira debe suplicar a Duryodhana lo que le pertenece, es un insulto a la grandeza de nuestro rey y al valor de todos nosotros que estamos dispuestos para luchar por él.
Este apasionado discurso de Satyaki ganó la aprobación de todos. Yudishthira miró con afecto a Satyaki, cuya sangre hervía tan fácilmente al oír los insultos dirigidos directamente a él. Krishna sonrió a Satyaki y a Arjuna. El pecho de Satyaki estaba todavía agitado. Sus ojos todavía estaban rojos como el cobre. Lanzó una mirada fulgurante a Balarama y se mordió los labios, que aún se estremecían de furia.
Drupada se levantó y dijo:
—Lo que ha dicho Satyaki es la verdad. Duryodhana nunca devolverá el reino sin que haya guerra. Eso es cierto. El viejo rey Dhritarashtra no tiene voluntad contra su hijo.
Bishma y Drona seguramente serán tan necios como para unirse a Duryodhana.
Radheya y Sakuni están, por supuesto, de su parte. Las palabras de Balarama no me agradan.
No debemos usar palabras suaves con Duryodhana, pues ha echado raíces en el pecado.
Siento que no se debe emplear la amabilidad'. Cuando manejamos vacas y bueyes debemos ser duros. Si le hablamos con suavidad, Duryodhana pensará que estamos asustados. El nunca podrá entender las razones que nos mueven a ser amables. Pensaría que los pandavas son débiles y por tanto incapaces de pelear contra él. Mandaremos un embajador a la corte de Duryodhana, eso por supuesto, pero no es esto lo más importante. Lo más importante es enviar mensajeros a los reyes amigos. Un gran acontecimiento está aguardando en el vientre del tiempo y puede nacer en cualquier momento. Debemos prepararnos para ello. Que Yudishthira mande llamar a todos sus amigos. Salya, Dhrishtaketu y Jayatsena. Que los hermanos Kekaya vengan en nuestra ayuda. Debemos apresurarnos. Duryodhana puede estar también mandándoles mensajeros. La buena gente siempre está de acuerdo en ayudar a quien recurre primero a ella. Debemos anticiparnos a Duryodhana. Debemos recurrir a Bhagadatta, y a todos los otros grandes guerreros. Debemos asegurarnos su ayuda. En cuanto al enviado a Hastinapura, mandaré al sacerdote de mi familia. Es un buen hombre, nacido en una familia noble. Aconsejémosle a él lo que ha de decir a los kurus, Duryodhana, Bishma, Dhritarashtra y Drona. Tengo el presentimiento de que es lo más sensato que podemos hacer.
Krishna aprobó la sabiduría de Drupada, diciendo:
—Las palabras de Drupada son sabias y sensatas. Están llenas de sentimiento hacia la causa de los pandavas. Tiene una gran visión y un gran genio militar. Está bien que haya dado una opinión franca sobre la posible conducta de Duryodhana. En cuanto a nosotros estamos igualmente emparentados con los pandavas y los kurus. Hemos sido invitados a asistir a la boda de nuestro querido sobrino Abhimanyu. Ahora que las celebraciones de la boda han concluido deseamos volver a nuestra Dwaraka. El buen rey Virata nos ha honrado y nos sentimos muy felices. Todos somos sus discípulos y él es nuestro preceptor. Eso es lo que siento cuando le miro. El viejo y experimentado en el arte de la guerra, Drupada, se ha hecho cargo de toda la situación. Siento que se ha ido una gran carga de mi mente. Las palabras de Drupada, con seguridad serán respetadas por Bishma, Drona, Kripa y Dhritarashtra. El mandará al sacerdote de su familia a Hastinapura con las debidas instrucciones. Estoy seguro de ello. Esperamos todos que esta enemistad entre los kurus y los pandavas sea llevada a buen fin, con la intervención de Drupada. Si esto sucede, una gran calamidad, una gran destrucción puede ser evitada. Si, por el contrario, ciego de poder, el orgulloso y obstinado Duryodhana rehúsa entrar en razones, entonces, Yudishthira, mándanos llamar a todos nosotros. Veremos a ese necio de Duryodhana y a todos sus aliados encontrarse con su destino a manos de Arjuna y del bravo Bhima.
Virata rindió honores a los invitados de Dwaraka y se despidió de ellos.
Entonces comenzaron los preparativos para la guerra. Yudishthira y Virata enviaron mensajeros a diferentes partes de Bharatavarsha, pidiendo ayuda y apoyo en la guerra que estaba amenazando estallar en cualquier momento. Muchos de los reyes vinieron enseguida hacia las ciudades de Virata y Upaplavya con sus ejércitos. Duryodhana se enteró por sus espías de la llegada de varios reyes a Matsya para ayudar a Yudishthira y él también comenzó sus preparativos. Sus amigos eran muchos. La tierra estaba cubierta de tropas en rnarcha, algunas en dirección a Matsya y otras hacia Hastinapura.