IX
Durvodhana sentía pena de su padre. Intervino y dijo:
—Mi querido padre, no tengas miedo. Sé muy bien que el ejército de los pandavas es grande y poderoso. He escuchado cada detalle de nuestros espías. Hace trece años, cuando los pandavas estaban en el bosque de Kamyaka, Krishna se dirigió a ellos con un gran ejército.
Con él estaba Satyaki y también Dhrishtaketu, Dhrishtadyumna y Drupada. Todos estaban decididos a matarnos. Se habían reunido muy cerca de Indraprastha y les dijeron que estaban listos para luchar contra nosotros. En esa época no éramos populares. Todos los reyes de Bharatavarsha se pusieron del lado de Yudishthira. Vieron a Yudishthira vestido con cortezas de árboles y pieles de ciervo y hacía poco que había realizado el Rajasuya. Los reyes estaban horrorizados por el destino del monarca. Teníamos muy mala fama en aquel tiempo, y nosotros lo sabíamos. Todos los reyes nos odiaban y estaban dispuestos a luchar por nuestros queridos primos. Tenía verdadero miedo de que hubiera una guerra. Pensé que Yudishthira nos haría la guerra inmediatamente. Sentía que si lo hacía, íbamos a ser derrotados. El mundo entero estaba de su parte. Mi único amigo entonces era Radheya. Me dirigí a los ancianos de la corte y les pregunté qué hacer si la guerra estallaba. Entonces Bishma, Drona y Kripa me tranquilizaron. Drona me dijo: "No temas, no podrán vencernos. Basta con uno solo de nosotros para hacer frente al asalto de todos ellos. Podemos luchar contra ellos con nuestras flechas y arcos, famosos en todo el mundo. Bishma luchó contra una hueste de príncipes cuando se llevó las esposas para tu abuelo Vichitravirya. Mientras el gran Bishma esté de tu lado, ¿a qué has de temer?
"Mi querido padre, en aquel tiempo en que todos los reyes estaban de parte de los pandavas, Drona dijo que sin duda podíamos derrotarlos; pero ahora las circunstancias han cambiado. Ya no son tan poderosos. Ahora tengo más amigos que ellos, tengo muchos aliados. Los pandavas no tienen ahora muchos amigos. Sus guerreros están atados a ellos por lazos de familia y no de afecto. Definitivamente mi ejército es más poderoso. En cuanto a tus miedos sobre Bhima, son también infundados. Yo soy mejor luchador que él. Durante todos estos años he estado practicando constantemente. Cuando éramos discípulos de Balarama, nuestro maestro dijo: "Duryodhana es mi igual. Es el mejor luchador con la maza, es muy superior a todos los demás." Definitivamente soy superior a Bhima. El, Krishna y Arjuna lo saben. De hecho estoy deseando luchar contra Bhima. Será apasionante golpearle con mi maza y abrir su cabeza en dos, podré hacerlo fácilmente, nunca he querido a Bhima. Además, su lucha es muy bruta, no tiene habilidad. Sus golpes no son tan precisos ni tienen tanto estilo como los míos. Balarama lo ha dicho. Venceré a Bhima fácilmente. Puedo matarle. Una vez que muera Bhima, la espina dorsal del ejército de los pandavas se habrá roto y caerá al suelo.
Incluso puedo matar a ese vano y engreído Arjuna.
"Padre, fíjate en mi ejército. Tengo al gran Bishma, quien tiene el don de que sólo puede morir cuando lo desee. El es un ser divino, no es un mero mortal como los demás. Fíjate en Drona, él no ha nacido como un hombre ordinario. Es el hijo de Bharadwaja Aswattama, ha nacido por la Gracia de Sankara y no puede morir, ni tampoco Kripa. Con estos inmortales de nuestro lado, ¿por qué deberíamos preocuparnos? Cada uno de ellos individualmente, puede vencer a los dioses de los cielos. Arjuna no puede luchar con ninguno de ellos. Tengo a Radheya, de quien Bhargava dice que es igual a Parasurama. Puede que aquí haya gente que esté en desacuerdo conmigo, pero yo mantengo que iguala a Bishma, Drona y Kripa. El abuelo dice que ya no es tan poderoso porque donó su kavacha y sus kundalas, pero no es así.
Indra le pidió sus pendientes, que eran muy hermosos, pero a cambio Radheya consiguió el Sakti de Indra que puede matar al más terrible enemigo. ¿Por qué debo preocuparme cuando tengo tanta ayuda? Mi abuelo es más que suficiente para matarles a todos. Veo nuestra victoria tan clara como la palma de mi mano.
"Déjame que dé ánimos a tu desalentado corazón diciéndote los nombres de los héroes que lucharán para mí: Bishma, Drona, Aswatthama, Kripa, Radheya, Bahlika, Brihadratha, Bhagadatta, Salya, Sala, Vinda, Anuvinda, Jayadratha, Sakuni y mis hermanos conducidos por Dussasana. Tengo once akshauhinis en contra de los siete suyos. El futuro no me preocupa en absoluto. —Duryodhana habló con gran confianza. Había pensado en todo y todos quedaron admirados por su claridad de pensamiento y por la contundencia de sus palabras. Duryodhana continuó:— ¿Qué puede hacer Virata, cuando tenemos con nosotros a los trigartas? Susarma puede derrotarle una y otra vez. La enemistad entre los trigartas y Arjuna es tal que han jurado matarle o morir a sus manos. Son los samsaptakas. He considerado la fuerza de nuestro ejército y la del suyo y creo que somos mejores en todos los sentidos.
Puedes descansar en paz, padre; yo ganaré.
El rey se volvió hacia Sanjaya y le dijo:
—Una pregunta más, Sanjaya. ¿Qué sentimientos tienen sobre la guerra? ¿Tienen tantas esperanzas como mi hijo? ¿Están planeando las cosas como nosotros?
Sanjaya sonrió tenuemente y dijo: —¿Planeando? Por supuesto que están planeando la guerra. Están muy preparados para la guerra aunque, a diferencia de tu hijo, ellos no la quieren, quieren evitarla si pueden.
Yudishthira me pidió que hiciera todo lo que pudiera para evitar que estallara la guerra. ¿Sabéis lo que dijo?, dijo: "Sanjaya, si todos los intentos fallan, dile esto a Duryodhana: 'Hemos soportado muchas cosas de ti. Insultaste a nuestra querida reina Draypadi. Es por esta razón más que por ninguna otra, por lo que estamos enfadados, pero aun así no queremos la guerra, sólo quiero que se me devuelva mi reino. Pero si rehúsas entregármelo, entonces, en mi deseo por el bien general estoy dispuesto a renunciar a mi justa demanda; me conformaré con cinco ciudades. Quiero Indraprastha, Vrikaprastha, Jayanta y Varanavata. La quinta, te la dejo a tu elección. Quiero riquezas, porque siempre he querido dar dinero a los brahmanes.
Sólo quiero cinco ciudades, o mejor dicho pueblos. No quiero ver la muerte de mis queridos parientes. ¿Por qué deberíamos destruirnos los unos a los otros? Que los hermanos vivan. Que los padres y los hijos no se separen los unos de los otros. Que los pandavas y los kurus vivan juntos y felices. Buscando el bien común, estoy dispuesto a abandonar mi reino. Pero debo tener la seguridad de que me darás estas cinco ciudades. Quiero la paz. No quiero ser la causa de la muerte de dieciocho akshauhinis y de todos los héroes de nuestra tierra.' " Duryodhana, Yudishthira es un buen hombre, él me dijo: "No tenemos secretos para nadie, tienes plena libertad para examinar nuestro ejército y hacer todas las preguntas que quieras. No te pondré objeción alguna. Por favor, vuelve y diles a Bishma y a Dhritarashtra que disuadan a Duryodhana advirtiéndole contra la guerra." Paseé entre sus filas, dije ante sus guerreros quién era y les pregunté los planes de los pandavas. Me lo contaron todo. Tienen el sentimiento de que lo más probable es que Dhrishtadyumna será el comandante en jefe del ejército, pero tendrá que decidirse en una asamblea.
"Cada uno ha elegido un oponente con el que luchar en la guerra: Bishma ha sido elegido por el gran Sikhandi. El mayor de los pandavas ha decidido matar a Salya; Duryodhana y sus hermanos serán la tarea de Bhima; Arjuna se ha quedado con Radheya, Aswatthama, Jayadratha y los reyes que vengan en su ayuda. Los poderosos hermanos Kekaya han decidido matar a sus primos que se han unido a Duryodhana. Los malavas y los salvas han decidido luchar contra los trigartas. Puede que no puedan matarles, pero están determinados a castigarles tanto como puedan. El rey Brihadbala de Kosala, los hijos de Duryodhana y nuestro Dussasana han sido elegidos por Abhimanyu como sus víctimas. Los hijos de los pandavas van a apoyar a Dhrishtadyumna en su lucha contra Drona. El va a matar al gran acharya. Chekitana tiene esperanzas de encontrarse con Somadatta en un combate singular. Satyaki ha puesto sus ojos sobre Kritavarma, no puede perdonarle que se una a los kurus. Sahadeva, por supuesto, tiene decidido matar a Sakuni. Por su parte Nakula ha elegido a Uluka, el hijo de Sakuni. Este es el esbozo general de sus planes. Habrá muchas alteraciones cuando ocurra la guerra, pero lo tienen todo listo. Dhritarashtra comenzó a gemir de nuevo y su hijo se sintió muy molesto. Dijo:
—Mi querido padre, por favor, no pierdas confianza, yo soy más poderoso. ¿No puedes ver que incluso ahora ya están empezando a tener miedo?
A Dhritarashtra aquello no le convencía, sabía que lo que había dicho Sanjaya era verdad y dijo:
—La guerra no es algo deseable. Como dice Yudishthira, es un error. No es justo que disfrutemos de su mitad del reino. Por favor, entrégasela. Tú y yo seremos alabados por todos los buenos hombres del mundo. Tratemos de salvar nuestra reputación. Todos los reyes que están aquí reunidos prefieren no luchar. Están aquí porque tú no quieres la paz. Si aceptas hacer la paz con los pandavas y devolverles su reino, cada uno de estos guerreros te bendecirá. Estoy seguro de ello.
Duryodhana comenzó a perder la paciencia y dijo:
—Muy bien, no quiero que nadie luche a desgana. Que todos se vayan de aquí. Tengo a Dussasana y a Radheya. Tres de nosotros se las pueden arreglar para derrotar al ejército de los pandavas. No quiero escuchar hablar más de esta paz con nuestros primos. No les devolveré su reino. No les daré ni la tierra que cubre la punta de una afilada aguja. Eso es cierto, quiero luchar. —Cuando dijo eso, por un momento se produjo un silencio total. Luego, como pensándoselo, dijo:— Ya se están amedrentando. Yudishthira dice que se contentaría con cinco pueblos. Por supuesto, me puedo permitir el lujo de dárselos. Incluso me puedo permitir el lujo de darles su mitad del reino. Pero me muestro tan inflexible porque no quiero dárselos. Si le doy esos cinco pueblos, entonces también tendré que admitir que estoy equivocado.
Durante todos estos años he tenido la impresión de que Yudishthira era sabio y valiente. No puedo comprender esta petición suya de cinco pueblos. Es ridícula.
Vidura se levantó y dijo:
—Yudishthira no es tonto. Te ha pedido cinco ciudades en particular. Te podría haber pedido cinco ciudades cualesquiera, ¿por qué crees que te ha mencionado los nombres?
Te lo diré. El sabe demasiado bien que no va a hacer caso a nadie. Sabe que tendrá que luchar por su reino y mataros a todos por culpa de ese reino. Esta petición suya de cinco pueblos es sólo para recordarte a ti en particular y también a los ancianos de esta corte, los sufrimientos de los pandavas. Cada uno de los nombres es muy significativo.
"Por ejemplo Varanavata, con ella nos recuerda a todos la infame confabulación que allí llevásteis a cabo tú y tu tío cuando instigásteis a Purochana para que construyese el palacio de cera. Fue un complot cobarde para matar a tus primos. Yudishthira quiere recordártelo a ti y a nosotros. Luego viene Indraprastha. Esta es la siguiente injusticia que se les hizo. Debes recordar que tu padre decidió darles la mitad de la tierra de los kurus. Esto fue después de su boda con Draypadi. La mitad que se les dio fue la agreste tierra de Khandavaprastha. Ellos consiguieron la ayuda de Indra para hacerla fructuosa. Eso es por lo que Yudishthira menciona Indraprastha como uno de los pueblos que quiere. Luego viene Jayanta. Con toda seguridad recordaréis el salón que construísteis después de volver del Rajasuya. Jayanta es un suburbio de Hastinapura y allí se construyó el salón que sirvió de excusa para traer a los pandavas a Hastinapura. Yudishthira quiere que recordemos que no ha olvidado el juego de dados. La cuarta es Vrikaprastha. Fue allí donde le ofreciste a Bhima alimentos envenenados.
Este es un lugar junto al bosquecillo de Pramanavata. Y también fue allí donde los pandavas pasaron la primera noche de los doce años de su exilio. Te ha dejado que elijas tú mismo la quinta ciudad. Eso concluye el resto de las injusticias que les has hecho.
"Ahora, ¿puedes ver lo ingenioso y sarcástico que puede ser Yudishthira si así lo quiere? Ese es su modo de decirte: "¿Después de todo esto, quieres que seamos pacientes? Mi tío dice que deseo hacer la guerra, ¿qué hombre sería paciente después de que le ocurrieran todas estas cosas? Sólo se puede evitar la guerra si se me devuelve mi reino." Este es el mensaje de Yudishthira a todos vosotros.
Dhritarashtra estaba terriblemente enfadado por las palabras de Vidura, viendo la ira de su sobrino. La petición de las cinco ciudades era como una espina venenosa que se introdujoen su corazón y le hirió terriblemente, pero fingiendo una vez más trató de hablar con la grandeza de los pandavas. Dijo:
—Agni, el señor del fuego, fue complacido por Arjuna en la quema el bosque de Khandava. Ahora tratará de devolverle su amabilidad a Arjuna. Es seguro que ayudará a Arjuna en la guerra. Los dioses: Indra, Vayu, Yama y los Aswinis ayudarán ciertamente a sus hijos. Los dioses les ayudarán en su lucha contra Bishma, Drona y todos vosotros. Varuna ha dado su arco y sus aljabas a Arjuna. Los pandavas son tan poderosos que no será posible derrotarles. Cuando Bhima se encontró con el gran Hanuman en la montaña Gandhamadana, Hanuman consintió en sentarse en el mástil de la bandera de Arjuna. Esto muestra que los pandavas recibirán ayuda divina. No les desafiemos. Hagamos las paces.
La paciencia de Duryodhana había llegado al límite y se puso furioso con su padre, y le dijo:
—Mi querido padre, seguramente estás pasando noches sin dormir sin ningún motivo. ¿Por qué estás tan seguro de que los dioses ayudarán a los pandavas? Tú que eres tan sabio, ¿no conoces la definición de un dios? El sabio Vyasa y el gran Narada nos han dicho que los dioses son aquellos que está más allá del deseo, de la envidia y de la codicia. Están m s allá de las emociones de este mundo. No tienen apegos, i enemigos y son indiferentes a los asuntos del mundo e los hombres. Con toda seguridad los dioses no luchan como nosotros, movidos por la avaricia y la codicia. Se ocupan de asuntos más importantes. Este mundo y sus problemas están muy por debajo de ellos como para que lo tengan en cuenta. Yo no creo que tus ideas estén bien fundada. Si Indra, Yama, los aswinis y Vayu estuvieran de hecho interesados por sus hijos, ya hubieran hecho algo. No se hubieran quedado quietos mientras sus hijos pasaban por tantos sufrimientos, durante los últimos trece años. No hemos e temerlos ya que ellos sólo se preocupan por el Dharma nada más.
"He sido un buen rey y los dioses lo saben. Todos mis súbditos hablan bien de mí y la gente no pasa necesidades en mis tierras. Las lluvias caen a su debido tiempo y todos son felices en mi reino. Estoy hablando de mi bondad, no porque quiera alardear, un verdadero hombre no debe hablar de sí mismo, pero tengo que hablar así, ya que es esencial que te convenzas. He gobernado bien mi reino y no he abusado de los derechos de rey. Pregunta a mis súbditos y a mis amigos. Ellos te dirán lo mismo. Los dioses no me pueden acusar de maldad ya que he sido un rey justo. Por favor, descansa con la seguridad de que ganaremos la guerra. Ningún dios puede venir a molestarnos a nosotros ni a alterar nuestra paz mental.
Tras esto, Duryodhana se levantó bruscamente y salió de la corte, estaba disgustado por las palabras de los ancianos. Radheya se fue con él, y todos los demás dejaron la corte uno a uno tan pronto como se fue el príncipe. En el salón no quedó nadie más que Dhritarashtra y su conductor Sanjaya. Era patético ver al anciano rey solo y sin ninguna esperanza de que sus hijos sobrevivieran a la guerra. Le era duro enfrentarse con las consecuencias de sus pecados.