VI
Bhima y Draypadi no pudieron añadir nada después de las apasionadas palabras de Yudishthira, y se sentaron en silencio. Estando allí sentados llegó el sabio Vyasa. Debió ser un gran alivio para Yudishthira ver que los debates habían concluido. Bhima, Draypadi y todos los demás cayeron a los pies de Vyasa con gran reverencia y esperaron que hablara. El dijo:
—Sé lo que ocurre en todas vuestras mentes. Bhima, tu hermano Yudishthira dice la verdad cuando advierte que el momento no es oportuno. Eres como un niño. Estás impaciente por ponerte en acción. Pero, hijo mío, tú no conoces la fuerza de nuestros oponentes. Todos los grandes héroes están ahora de su parte. Bhurisravas y su hermano Sala están del lado de Duryodhana. Yo sé, de hecho, que vuestro abuelo Bishma y vuestro arpado guru Drona han prometido luchar por Duryodhana y están listos a dar su vida por él. Aswatthama es un buen amigo de Duryodhana y Radheya es el alma del rey; su amigo más leal.
Toda esta gente se va a poner del lado de los kurus, y los ancianos Bishma y Drona, aunque os tienen cariño están determinados a luchar de su lado. Radheya, Drona y Bishma son discípulos del Bhagaván Bhargava y conocen los astras divinos. Vosotros sois poderosos, no hay duda. Pero si atacáis ahora sin la protección del Dharma moriréis todos, y ellos conseguirán lo que quieren. Aceptad un consejo: cuando Arjuna permitió que Agni consumiera el bosque de Khandava, como recordaréis, tuvo que luchar con Indra, y como todos sabéis venció. Indra en aquella ocasión, complacido por la bravura de su hijo, le dijo:
"Te daré todos los astras que poseo cuando llegue el momento. Te los daré cuando el Señor Sankara (Shiva) te dé su Pasupata." Estas fueron las palabras de Indra. Bueno, pues ha llegado el momento. Yudishthira, debes enviar a Arjuna hacia el norte. Arjuna debe complacer a Sankara con sus penitencias, y Sankara le dará su propio Pasupata, tras lo cual Indra le dará todos los astras que tiene en su poder. Indra le llevará a su morada, y cuando regrese de sus penitencias, puedes estar seguro de que nadie podrá herirle en la guerra que tendrá lugar dentro de unos años. Eso sí, puedes estar seguro de que va a haber una guerra. Así que pídele a Arjuna que se prepare para la batalla desde ahora. —Los ojos de Bhima brillaron oyendo las palabras de Vyasa. La certeza de una guerra futura le hizo sentir que valdría la pena soportar todos estos años de exilio. Y Vyasa agregó:— Ya habéis permanecido durante suficiente tiempo en Dwaitavana, regresad a Kamyaka. Este lugar a comenzado a aburriros y necesitáis un cambio. —Después de decir esto, Vyasa se marchó.
Los pandavas se dirigieron hacia el bosque de Kamyaka a las orillas del río Saraswati.
Después de pasar felizmenteunos cuantos días allí, Yudishthira le recordó a Arjuna el consejo de Vyasa:
—Arjuna, debemos prepararnos para la guerra que se nos avecina. Vyasa, al igual que yo, piensa que habrá una guerra. Tú eres mi única esperanza. Dependo de ti para obtener la victoria. Has de vencer a Bishma, Drona y Radheya, los tres discípulos del gran Bhargava.
Ahora dirígete al norte para agradar a Sankara con tus penitencias.
Arjuna se sentía muy feliz de poder prepararse para la guerra.
Era el sexto año de su exilio. Arjuna estaba listo para su viaje hacia el norte y dejó a sus hermanos y a Draypadi. La partida fue muy cariñosa, pues iban a estar separados durante algún tiempo. No iba a ser fácil para ellos vivir sin Arjuna. Cuando él tuvo que marcharse en el Tirthayatra, las circunstancias eran distintas, pero incluso entonces Yudishthira no quería dejarle ir. Esta vez resultó aún más difícil para Yudishthira separarse de su hermano.