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La policía tarda poco en llegar a Frihamnen y en apenas unos minutos han podido iniciar la búsqueda de un Citroën Evasion de color gris. El coche de Jurek Walter fue registrado por varias cámaras de vigilancia al entrar en el recinto de Frihamnen, quince minutos antes de que llegara el coche de Disa Helenius. Las mismas cámaras muestran también que el vehículo abandonó la zona siete minutos después de que Joona Linna se hubo presentado en el lugar.
Todos los coches patrulla de Estocolmo y dos Eurocopter 135 emprenden la búsqueda. Es un despliegue enorme y tan sólo quince minutos después de que hubiera saltado la alarma divisaron el vehículo sospechoso en el puente de Centralbron, antes de meterse en el Söderledstunneln.
Los coches patrulla se dirigen hacia allí inmediatamente con las sirenas centelleando y están montando controles cuando el resplandor de una gran explosión surge de repente de la boca del túnel.
El helicóptero suspendido oscila en el aire y el piloto consigue hacer frente al violento impulso. La onda expansiva escupe polvo y metralla sobre los carriles y las vías de tren y llega hasta el hielo cubierto de nieve de la ensenada de Riddarfjärden.
Son las cinco de la mañana y Saga Bauer está sentada sobre el crujiente papel protector de una camilla mientras el médico cose las heridas de su cuerpo.
—Tengo que irme —dice la comisaria y mira el televisor lleno de polvo que está anclado a la pared.
El médico está empezando a vendarle la mano izquierda cuando dan la noticia del grave accidente de tráfico.
Un policía explica con voz seria la persecución policial que ha tenido lugar en el centro de Estocolmo y que ha terminado con un accidente mortal de coche dentro del túnel de Söderledstunneln.
—El accidente ha tenido lugar a las dos y media de la madrugada —dice el reportero—. Probablemente, ésa sea la razón por la que no ha habido más vehículos implicados. La policía asegura que la calzada quedará limpia a tiempo para el tránsito de la mañana, pero no quieren hacer más comentarios sobre lo sucedido.
La pantalla muestra una columna de humo negro que brota de la boca del túnel a una gran velocidad. La nube oculta todo el Hilton con velos de luto ondeantes y poco a poco se disipa sobre el barrio de Södermalm.
Saga se ha negado a ir al hospital antes de confirmar que Jurek Walter estuviera muerto. Han sido dos compañeros de Joona de la policía judicial los que han hablado con ella. Para no perder tiempo, sus técnicos habían entrado con los bomberos en el túnel durante las labores de extinción. La violenta explosión ha arrancado los dos brazos y la cabeza del cuerpo de Jurek.
En el estudio de televisión hay ahora un político y una presentadora con cara de sueño debatiendo el problema de las peligrosas persecuciones en coche de la policía.
—Tengo que irme —dice Saga y se baja de la camilla.
—Las heridas de las piernas, hay que…
—No pasa nada —replica y abandona la consulta.