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Bankia: cuatro billones de las futuras pesetas
En un alarde más de lo que entiende Mariano Rajoy por «no esconderse y dar la cara», ha tenido que ser el nuevo presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, el que explique los detalles de la intervención. Señoras, señores: camino de Irlanda, hemos cruzado el Rubicón. Ya no es un préstamo, como hasta ahora pasaba con el FROB: el Estado entra con todo en la banca, a través de deuda pública; los mismos bonos que faltan para pagar la sanidad o la educación. El boquete de Bankia nos cuesta ya 23.500 millones de euros a fondo perdido, casi cuatro billones de las futuras pesetas. 457 euros por español: niños, pensionistas y parados incluidos.
Todos somos bankeros al fin, o eso ha explicado Goirigolzarri. Por parte del Gobierno, aún no hay una versión oficial, a pesar de que lo dicho por el presidente de Bankia contradice una vez más los planes que había contado el Ejecutivo; hasta ahora, solo se hablaba del FROB y hace apenas tres días la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que serían «préstamos a devolver». Rajoy no le avanzó nada a Rubalcaba en la reunión del viernes por la tarde sobre esta trascendente decisión y sigue el bloqueo a cualquier cosa que se parezca a una explicación a los ciudadanos. No habrá comisión de investigación en el Congreso: el PP la ha vetado. Tampoco hablará allí Rodrigo Rato: el PP se niega. Tampoco comparecerá el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez: el PP no lo permite. Para el Gobierno, parece que lo de Bankia es un desastre natural que ni tiene responsables ni merece siquiera analizarse. «A mí me gusta mirar al futuro, aunque ya sé que regodearse en el pasado tiene sus atractivos», dijo el pasado miércoles Luis de Guindos, el mismo día en que anunció que lo de Bankia «solo» costaría 9.000 millones. «Ahí está la Fiscalía, yo no tengo vocación de ángel vengador, cuando uno vuelve la vista atrás se vuelve una estauta de sal», remató el ex presidente de Lehman Brothers en España, hoy ministro de Economía, y pelillos a la mar.
Y mientras el Gobierno prefiere mirar al futuro —uno muy negro: el de la intervención—, Rato sigue dando lecciones de economía. No solo cobra como conferenciante en circos romanos: también se ha llevado su indemnización de Bankia. Según fuentes de esta entidad financiera, Rato ha cobrado ya su finiquito, que incluye una clásula de no competencia —por si algún otro banco quiere fichar a este genio— y una parte de su plan de pensiones. En total, una cifra millonaria de la que supongo también nos tendremos que olvidar.
P.D.: Dice Alberto Ruiz Gallardón que lo de Bankia se investigará «cuando sea oportuno». Supongo que ese oportuno momento llegará, a más tardar, con la prescripción de los delitos.