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Siete claves sobre el déficit
1. La cifra no es mala: es peor. Un 8,51 por ciento de déficit en 2011 implica ajustar 41.000 millones de euros para cumplir este año con Bruselas. Es un tijeretazo del 4,1 por ciento del PIB, en plena recesión. Ningún país europeo —ni siquiera Grecia— se ha enfrentado en las últimas décadas a un recorte tan agresivo como el que nos van a recetar.
2. De esta enorme cifra, el Gobierno solo ha concretado 15.000 millones de euros: 6.200 con la subida del IRPF y otros 8.900 del recorte anunciado a finales de diciembre. Queda por explicar de dónde van a salir los 26.000 millones que faltan. Por comparar, el ajuste que aprobó Zapatero en mayo de 2010 fue de solo 10.000 millones anuales (5.000 en el segundo semestre de 2010 y 10.000 en 2011): una cuarta parte que el que tendrá que afrontar Rajoy este año.
3. El Gobierno aún confía en que la UE relaje el calendario y permita un aterrizaje del déficit más suave que el pactado en un momento en que no estaba en el horizonte una segunda recesión. La negociación sigue aún abierta y un dato tan malo como el anunciado ayer puede ayudar a Rajoy para presionar. Aun así, Merkel parece poco dispuesta a ceder más allá de un punto y medio en el mejor de los casos: como máximo hasta el 6 por ciento, en vez del pactado 4,4 por ciento. Eso supondría un alivio de hasta 16.000 millones sobre los 41.000 de partida. Sería un respiro importante, pero seguiría siendo un ajuste brutal. Además, Merkel tiene que querer, y hay quien cree que, antes de eso, preferiría una intervención del FMI.
4. ¿Quién no ha cumplido con el déficit? Como se esperaba, dos tercios de la desviación corresponde a las autonomías: 16.400 millones. Sobre el presupuesto previsto, el Gobierno ha gastado tres mil millones más y los ayuntamientos ochocientos millones. La Seguridad Social se ha desviado en cinco mil millones.
5. Las autonomías apenas han afrontado ajuste alguno sobre el compromiso previsto. El déficit del Gobierno central fue el 9,4 por ciento en 2009, el 5,72 por ciento en 2010 y el 5,10 por ciento en 2011. Las autonomías, mientras tanto, tuvieron un 2 por ciento en 2009 y un 2,94 por ciento en 2010 y 2011. Traducido: el Gobierno central redujo su gasto a mayor velocidad de la que menguaban sus ingresos. La mayoría de las autonomías no lo ha hecho. No es fácil ese ajuste: su principal gasto es en educación y en sanidad. Y uno de los principales recortes que han hecho fue una impopular medida cuyo coste político pagó Zapatero: la rebaja al sueldo de los funcionarios.
6. ¿Están hinchadas estas cifras? En Reuters se ratifican en la información que contaron hace unos días: altos funcionarios de la Comisión Europea sospechan que sí, que es una estrategia para suavizar los recortes de este año. Falta un análisis detallado, pero el Gobierno debería explicar con claridad cómo es posible que las autonomías, que en el tercer trimestre de 2011 cumplían con el objetivo del año, se hayan desviado 16.400 millones en solo tres meses. Lo mismo sucede en el Gobierno central, donde aparecen tres mil millones inesperados en apenas un mes. El 8,51 por ciento del déficit oficial coincide con los pronósticos de los que hablaban varios ministros del PP desde octubre del año pasado. Antes de las elecciones del 20-N, vaticinaban un 8,4 por ciento mientras la UE calculaba solo un 6,6 por ciento.
7. ¿Y el detalle del nuevo tijeretazo? Ya hay fecha para los presupuestos: el 30 de marzo de 2012, justo cinco días después de las elecciones andaluzas y asturianas, en el último Consejo de Ministros posible para cumplir con los plazos, en el primero después de que los ciudadanos hayan terminado de votar. Ya es casualidad.