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La crisis es federal

El Financial Times ha publicado otro artículo sobre la economía española donde le dicen al Gobierno de todo, menos bonito. La Biblia de la City Londinense se transforma otra vez en el dios vengativo del Antiguo Testamento y, después de los piropos que dedicó al Ejecutivo de Zapatero tras la visita de Elena Salgado, vuelve a las críticas. En apenas un mes, España primero fue «un drama potencialmente más grave» que Grecia; ocho días después, nos convertimos en un país «mejor preparado que el Reino Unido» para afrontar la crisis; y ahora, tres semanas más tarde, volvemos a ser un país poco de fiar. «Los mercados se preparan para castigar a España», tituló el Financial Times el domingo en una de esas peligrosas profecías que se cumplen solas.
Pese a todo, algo de razón tienen en Londres, desde donde señalan tres problemas en el plan de austeridad del Gobierno. El primero, que sus previsiones económicas son demasiado optimistas. El segundo, que la mayor parte del gasto público está en manos de las autonomías y los ayuntamientos, no del Gobierno. El tercero, que los socialistas carecen de la voluntad política necesaria para llevarlo a cabo.
Los puntos uno y tres son discutibles, más aún cuando los que ponen el dedo sobre esas llagas son los mismos que hace nada elogiaban tanto al doctor como a su receta. Pero el segundo problema es una obviedad que en España se olvida constantemente. Nos engañamos con el nombre. Pero, más allá del eufemismo de las «autonomías», lo cierto es que vivimos en un estado federal, donde gran parte de las armas para reactivar la economía —ahora que el Banco Central está en Fráncfort— las tienen los Gobiernos autonómicos. Por eso es tan importante el concurso del PP contra la crisis; por eso es tan irresponsable su postura.