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Adolphe Menjou: «Puedo oler a un comunista»
Seguimos con Alsina Thevenet: «En octubre de 1947, el Comité comenzó sus alianzas en Washington, que habrían de durar dos semanas. Recibió otras declaraciones anticomunistas del productor Jack L. Warner, de Walt Disney, del escritor Morrie Ryskind, de Gary Cooper, nuevamente de Adolphe Menjou y Lela Rogers»[81]. Adolphe Menjou era un actor medianamente distinguido, sin grandes protagónicos, pero de una insania fascinante. Ante el Comité, utilizando sus manos como si fuera un encantador de serpientes o un exorcista de la alta aristocracia, declaró: «Puedo reconocer siempre a un comunista. En cualquier parte. En la calle o en una fiesta. De cerca o de lejos. Verán, caballeros, el comunista despide un olor muy particular, algo que lo hace inconfundible. Sólo ellos huelen así. Y yo estoy dotado para percibir ese perfume hediondo que para otros pasa desapercibido. Sé cómo piensan. Sé lo que quieren. Y sé cómo hay que atraparlos. Porque nadie como yo para descubrir dónde están». Stanley Kubrick se vengó de este energúmeno y le dio el papel de un militar repugnante en La patrulla infernal (Paths of glory). Cuando Menjou le dice al coronel Dax (Kirk Douglas) por qué no toma el puesto del militar al que denunció por hacer fuego contra sus propios soldados, «¿o acaso no lo hizo por eso, hijo?», Dax responde: «Vea, señor, yo podré ser una mierda, cualquier cosa, la peor basura, pero no soy su hijo».