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—TE recibo, Ananías. ¿Cómo fue?
—Algo diabólico, Bron. Perdimos las seis naves, por la estrategia espacial más extraña que jamás haya visto. Los alienígenas las aplastaron.
—¿Ellos qué?
—Aplastaron nuestras naves, en cursos de choque. Una por una. No importa cómo reaccionaran nuestros cruceros, una de esas malditas naves alienígenas descendía sobre ellos y explotaba. Estoy preocupado, Bron. Cuando llegue el encuentro con esa flota que viene del vacío, no tendremos suficientes naves para luchar contra ellas. Y nuestras armas no les dañan.
—Les has encontrado antes, estando a bordo del Tantallus. Dime algo sobre aquella vez.
—Eso fue diferente. El Tantallus estaba en viaje de exploración en el vacío. Salimos del subespacio a diecinueve parsecs fuera del Límite, para establecer relaciones de espacio real. Para nuestro asombro, recogimos inmediatamente la lectura de una nave cercana. Ahora sabemos que deben haber sido los alienígenas, usando una predicción de Caos de nuestro punto de separación, pero en aquellos días el Caos era como un juguete para nosotros. La coincidencia de encontrar una nave tan cercana después de una entrada en pleno vacío intergaláctico parecía fantástica.
»Tratamos de ponernos en contacto, pero no obtuvimos respuesta a nuestras señales. Entonces, el navío alienígena vino directo hacia nosotros en curso de choque. Hubo una explosión, o algo semejante... nunca he sido capaz de recordar con exactitud qué sucedió, y me desmayé, probablemente por mucho tiempo. Cuando desperté, el resto de la tripulación estaba muerta. Yo no sé lo que los mató, pero pareció ser un shock.
»Peor todavía, ninguna de las configuraciones de estrellas estaba de acuerdo con las cartas de navegación. El computador se rindió ante el hecho de que en relación con los índices cosmológicos, todo el universo parecía haberse invertido. Ya que esto era imposible, me vi forzado a aceptar al hecho de que en alguna forma, tanto la nave como yo habíamos sufrido una inversión lateral durante nuestro conflicto con los alienígenas.
»En cualquier caso, estuve a la deriva durante días. No tenía tripulación para dirigir la nave, y muchos de los aparatos no funcionaban. Me llevó todo mi tiempo permanecer vivo, buscando un sistema para mantenerme con un suministro adecuado de emergencia. Finalmente, el sistema de detección de largo alcance de Cana detectó al Tantallus, y enviaron una patrulla para investigar.
»Cana quería que la alerta sobre la existencia de los alienígenas fuera comunicada a Tierra en términos seguros: yo acordé llevar el mensaje de vuelta. Me pusieron en una nave pequeña en el puerto franco de Stere, volví a Tierra y conté toda la historia. Pero no me creyeron. Se interpretó como una elaborada mentira para salvar mi piel, con la sugerencia de que había vendido el Tantallus a los Destructores. Fui oficialmente reprendido, pero extraoficialmente unos pocos amigos se tomaron en serio el aviso de peligro. Uno de ellos fuiste tú —concluyó.
—Entonces..., vamos a ver si podemos sacar algún sentido de lo que sabemos sobre los alienígenas hasta ahora —dijo Bron—. Ya les hemos visto usar cuatro modos diferentes de destrucción, o ataque espacial: la destrucción por no-acontecimiento del Jubal, el ataque a las seis naves, la destrucción por explosión, cuando nuestro ataque, y la inversión lateral del Tantallus. Ninguna de estas formas implica armas como tales, y pueden no haber desarrollado ninguna. Parecen contar con el uso de sus naves al estilo kamikaze, como instrumentos de destrucción.
»Todas estos métodos implican materiales y formas que van más allá de nuestra comprensión actual de la ciencia física. En suma, las cuatro son completamente diferentes. Como estos incidentes están bien separados en el tiempo y el espacio, parece razonable suponer que todavía no hemos visto el espectro total de sus métodos destructivos.
—¿Podría esto ser una variación por el solo hecho de variación? —preguntó Ananías—. ¿O sospechas algún significado?
—Sospecho algún significado. Han pasado millones de años experimentando la anticipación de un acontecimiento mediante el análisis del Caos. Sin embargo, ya hemos probado que si puedes suplir con un sustituto efectivo un hecho predicho, puedes engañar la predicción. Pero hay un límite en la selección de efectos de sustitución que podamos elaborar. Creo que han analizado esta próxima batalla muchas veces y tienen todas las bazas a su favor, ya que saben que no podemos seguirles.
—Lo que significa que el resultado está predestinado desde el principio.
—No necesariamente. Hay una consecuencia lógica de esa línea de razonamiento, que puede ser la pieza que falta del rompecabezas.
—Maldito si puedo verlo —dijo Ananías—. Pero raras veces he podido seguir las derrotas de tu mente.
—Míralo de esta forma, Ananías. Suponte que estás simulando un juego de guerra por computadora. Al haber calculado un golpe teórico seguro, reconsideras tus tácticas y desarrollas una nueva estrategia, entregando tu programa revisado para una repetición. Dadas la suficiente imaginación y el tiempo para computar, puedes desarrollar una técnica que pronostica una alta probabilidad de victoria contra cualquier contrariedad.
—De acuerdo, pero... no sé cómo se aplica en este caso.
—Supón que los alienígenas simularon la próxima batalla, usando el Caos para analizar los resultados. Supón que resulta de ello que la han perdido, y entonces retroceden y vuelven a establecer los diseños embrionarios de su flota. Luego lo repiten y modifican, hasta que piensan que tienen las respuestas correctas. ¿No ves las inferencias lógicas que salen de esto?
—Francamente, no.
—Entonces te lo diré: significa que las predicciones del Caos no son fijas ni inmutables. Debe haber cursos paralelos, donde la resultante final depende de alguna rama en la cadena de la casualidad. Hay puntos de decisión reales que pueden cambiar la total estructura de la historia futura. Quizás ése sea el rol de un catalista del Caos. Quizá él solo pueda romper la red predeterminada, y cambiar todo el futuro hacia un nuevo camino.
—¡Dios mío, Bron! Si tienes razón...
—Es preciso que tenga razón, Ananías, porque si estoy equivocado... no habrá mucha esperanza para el Homo sapiens cuando llegue esa armada.
—¿Cómo planeas hacer uso de la idea?
—Insertando algunos de esos caminos que sólo a mí se me ocurren, en la situación general del Caos, para que no les dé tiempo a respirar. Voy a tratar de hacer actuar el sistema contra el mismo sistema. Tienes un receptor del transmisor de unión en tu nave-radio, ¿verdad?
—Sí, pero no veo...
—Une el receptor a tu transmisor de radio más poderoso, y mantén a todos los buques enlazados. En la señal de transmisor de unión encontrarás una señal espuria alienígena. Antares está teniendo problemas con ella, así que tú también deberías recibirla. Cuando te estés acercando a una situación de batalla donde los alienígenas se pongan tensos, verás que la señal se calma. Cuando parecen muy preocupados, es hora de huir.
—¿Cómo ayudará eso?
—En anteriores batallas, se vio que un porcentaje de los alienígenas se destruían en un punto crítico. Podemos evitar algunos de los desastres, haciendo uso de esta retroacción de tiempo real al huir. Probablemente se darán cuenta de esta táctica pronto, pero pienso que les habremos preocupado por un tiempo.
El sonido de la alarma de batalla envió a Bron como una exhalación hacia las pantallas. Nada era visible, pero la terminal de la computadora estaba cargada con coordenadas y predicciones de naves, que parecían ocupar una zona en forma de colmillo de mamut en el espacio. A juzgar por la actividad, muchos cientos de naves alienígenas se acercaban. Un gran número de ellas exhibían ondas de choque del Caos, que pronosticaba cambios entrópicos violentos.
Bron tuvo un repentino cambio de pensamiento. Corrió del puente al Complejo del Caos en la nave, solicitando un examen de las leyes que contenían la propia línea roja del Skua. La computadora entró en funcionamiento y el largo gráfico de las ondas de Caos que circundaba la propia existencia de la nave empezó a salir por la ranura. Extendiéndose por varias horas, el trazo rojo corrió hacia el centro del gráfico, sin mostrar ninguna desviación a pesar de la turbulencia de las leyes en el cercano espacio. Entonces, en un punto determinado, el trazo rojo descendió a un máximo y entonces voló hacia cero.
Hubo un murmullo sobrecogedor cuando los técnicos vieron la predicción del final de su propia existencia dentro de pocas horas. Bron les cortó con rapidez:
—Hagan funcionar ese analizador otra vez, hasta el mismo punto. Tan pronto como alcance la caída vuelvan a colocarlo, y empiecen otra vez. Déjenme saber inmediatamente si obtienen una diferencia entre dos verificaciones consecutivas.
Se dio cuenta de que Cana había llegado al complejo y seguía con gran interés los procedimientos.
—¿Qué trata de hacer, Sincretista? ¿Todavía trata de probar que la historia futura no es necesario que suceda?
—Creo que hay un defecto en la teoría de Caos... y estoy decidido a probarlo.
—Con todas esas naves alienígenas viniendo, necesitaría un milagro más que una teoría. Tiene apenas cuatro horas para refutar los principios de una ciencia completa.
—El Caos no es ni completo ni es una ciencia —dijo Bron—. Piense sobre ello: los alienígenas no habrían tratado de detenerme en Onaris si pensaran seriamente que yo iba a caer en sólo cuatro horas.
De nuevo en el puente, las pantallas estaban ahora iluminadas con micropuntos de luz: la armada de los alienígenas reuniéndose fuera, en el vacío. Hubo una fría tensión en las acciones de la tripulación cuando vieron que los terrores venían y aumentaban en segundos. Incluso con la flota del Comando para respaldarles, los defensores estaban todavía en desventaja con respecto al número. El saber que no tenían armas efectivas producía una clase de fatalismo, que era más tranquilo que el pánico y aún mantenía ciertos márgenes de esperanza.
—Jaycee, búscame a Ander con urgencia.
—Lo tengo a la escucha, Bron. Pensé que le necesitarías en estos momentos.
—¡Buena chica! Ander, sospecho que hay un fallo en la teoría del Caos. Supongo que un acontecimiento futuro que ha sido establecido por análisis del Caos no tiene que suceder necesariamente. Me refiero a que es posible que la unión entre causa y efecto pueda desviarse, y que la resultante en principio registrada pueda de hecho no ser la final.
—Es parte de la teoría múltiple de Yohann. Es una idea defendida por las matemáticas, pero nunca ha sido comprobada.
—Creo que puedo tener esa comprobación. Ha estado estudiando las cintas, así que recordará que yo engañé al Caos un poco al arreglar una explosión sustitutiva en lugar de la destrucción del Anne Marie. ¿No fue eso una divergencia de la cadena causal?
—Sólo una ligera desviación. Otra nave, el Jubal, fue destruida en su lugar.
—Sí, pero destruida en un punto más tardío en el tiempo. Y en ese tiempo prestado, algo en la situación podría haber dado origen a una nueva cadena de causalidad. La nueva cadena no habría podido existir si la original no se hubiera desviado.
—Un brillante pensamiento, Bron. Pero es algo que todavía tenemos que probar. Desafortunadamente nada sucedió para iniciar una nueva cadena en ese tiempo prestado.
—Oh, claro que sí, Ander. Decidí pedirle que comprobara las cintas del incidente, la consecuencia directa de esta conversación y cualquier acción que deba seguir por causa de ello. Si la cadena original no se hubiera desviado, esta conversación nunca habría podido existir.
Hubo silencio por varios segundos, mientras Ander lo pensaba detenidamente.
—Se anotó un punto, Bron. Todas las implicaciones son demasiado grandes para ser absorbidas de una sentada, pero estoy convencido de que ha producido una prueba válida de una redirección deliberada de la historia. Ya dije antes que usted debería haber sido un científico y no un soldado...
—Eso es todo lo que quería saber —dijo Bron—. Voy a jugar a esa baza hasta que el Universo se rompa si es necesario.
Se calló cuando un técnico de Caos, muy excitado, vino a mostrarle la cinta del resultado.
—Es imposible, pero ha sucedido. La línea de la nave baja a más de cero. Es lo que se llama magia. ¡Es una locura!
—Locura o no —dijo Bron—, es el modo en que las cosas van a ser desde ahora. Desde este momento, voy a tomar partido en decidir cuál va a ser la resultante. Pero le diré una cosa: dudo que el universo siga en el mismo lugar después de esto.
—No sólo eres un cretino, sino que eres un egoísta, maldito cretino —dijo Jaycee muy dentro de su cabeza—. Di algo así de nuevo y te diré cosas sobre tu madre que te harán desear el haber nacido de un huevo.