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Pasaron la noche en el Exterior del Asilo y vieron la televisión desde dentro.

—Esto es lo que quería que vieran —dio Wonko el Cuerdo cuando volvieron a dar las noticias—, un antiguo compañero mío. Está en su país, haciendo una investigación. Miren.

Era una conferencia de prensa.

—Me temo que no puedo hacer comentarios sobre el nombre del Dios de la Lluvia en estos momentos; ahora le denominamos Fenómeno Meteorológico Espontáneo Paracausal.

—¿Puede decirnos qué significa eso?

—No estoy completamente seguro. Vamos a ser francos. Si descubrimos algo que no entendemos, nos gusta denominarlo de un modo que no se pueda entender, ni siquiera pronunciar. O sea, que si nos limitamos a permitirles que le llamen Dios de la Lluvia, ello implica que ustedes saben algo que nosotros desconocemos, y me temo que eso no podemos permitirlo.

»No, primero tenemos que ponerle un nombre que sugiera que es nuestro, no de ustedes, y luego nos dedicamos a encontrar algún modo de demostrar que no es lo que ustedes dicen, sino lo que decimos nosotros.

»Y si resulta que ustedes tienen razón, siempre estarán equivocados, porque nos limitaremos simplemente a llamarle.., hummm… Supernormal.., en lugar de paranormal o sobrenatural, porque ¿saben ustedes lo que significan las palabras «Inductor Supranormal del Incremento de las Precipitaciones»? No. Probablemente añadiremos un "casi" en algún sitio, para protegemos. ¡Dios de la Lluvia! ¡Vaya!, nunca en la vida he oído una tontería así. He de reconocer que no me pillarán de vacaciones con él. Gracias, eso es todo de momento, salvo para decir "¡Hola!" a Wonko si me está viendo.