Quaremead, Ugley, 5 de mayo, 1945
La situación hoy en día

En lo que respecta a la situación general del mundo en este momento, ¿qué enseña el Trabajo? Muchas personas sienten que pronto todo será diferente, y que las diversas conferencias y acuerdos cambiarán definitivamente el futuro. Creen exactamente en lo que la mayoría de la gente creía después de la última gran Guerra europea. No está fuera de la cuestión decir que en esta nueva guerra que ha tocado tan profundamente la población civil, las gentes esperan naturalmente un mejor replanteo del futuro y un mejor orden que surja del sufrimiento universalmente compartido. Examinemos esta idea desde el lado del Trabajo y veamos lo que enseña el Trabajo sobre la humanidad en este minúsculo planeta. Examinemos particularmente la actitud equivocada. Como es sabido, los hombres de ciencia, astrónomos, matemáticos, etc. han adoptado el punto de vista, de que esta diminuta partícula, la Tierra, es el único planeta habitado en la infinitamente vasta creación de millones y millones de galaxias, soles y planetas. ¿Qué piensan de esta actitud mental? Aquí, en esta pequeña Tierra, somos ante todo un punto insignificante en la Vía Láctea, una galaxia formada por miles de millones de soles, algunos de tamaño gigantesco. Y asimismo, nuestra galaxia es solo una de los millones de galaxias o cúmulos estelares. Sabemos que el antiguo pensamiento científico contemplaba el vasto Universo de cuerpos celestes como si giraran todos en torno de la diminuta Tierra. Estábamos en el centro. En verdad, por la evidencia de nuestros sentidos, parecería que el sol girara en torno de la Tierra y asimismo toda la hueste de cuerpos celestes, todas las constelaciones, todas las galaxias y los innumerables soles que las componen. Cuando se descubrió que la Tierra, debido a su rotación, hace que los cielos parezcan girar en torno de ella y que el Sol se levante y se ponga, la idea fue recibida con desprecio y odio. Las gentes decían y sentían que nosotros, en la Tierra, éramos la cosa más importante, y todo el resto, todas las estrellas, estaban a nuestro servicio. ¿Es esto egotismo? ¿No es una actitud equivocada? ¿No es acaso una extraordinaria forma de engreimiento y vanidad? Como dije, aun ahora los científicos nos enseñan que es poco probable que exista la vida en algún lugar excepto en esta partícula de polvo, nuestra Tierra. Lo repito, ¿no es esta una extraordinaria vanidad, una falta total de comprensión de nuestra importancia relativa? No creo que este punto de vista, esta actitud mental cambie rápidamente. Al parecer nos imaginamos que somos el único punto viviente en la inconcebible vastedad de la creación.

Ahora bien, el Trabajo enseña que la totalidad de la creación está viviendo y que somos casi insignificantes, casi totalmente carentes de importancia, y que si la Tierra llegara a estallar nadie se daría cuenta y no tendría importancia alguna. A veces algunas personas me dicen que no se interesan por los diagramas cósmicos —como el Rayo de Creación— aunque la enseñanza psicológica es muy interesante. Pero este Trabajo, como toda la enseñanza esotérica, conecta al Hombre con el Universo en el que aparece. Estudiarlo por sí mismo, fuera del Universo, es erróneo y no puede dar las emociones correctas. El Hombre como microscosmos, un mundo minúsculo, representa en sí mismo el macrocosmos o Gran Universo. El uno está modelado sobre el otro. Existe entre ellos una correspondencia, y no hay nada en el Hombre que no esté en el Universo. Del mismo modo que el Sol es mayor que la Tierra, y la Tierra mayor que la Luna, hay también niveles psicológicos, inferiores y superiores, menores y mayores, en el Hombre que representan la Luna, la Tierra y el Sol es decir, que corresponden internamente a los seres externos vistos por los sentidos, la Luna, la Tierra y el Sol.

Por medio de la observación de sí, llegaron a saber que el orgullo y la vanidad son dos gigantes que nos mantienen dormidos y que andan delante de nosotros y deciden todo de antemano. Aquí, por ejemplo, un hombre se admira a sí mismo. ¿Está acaso dormido? Supongamos que es una persona que está científicamente convencida de que solo la Tierra está poblada y que el resto del Universo es materia muerta. ¿Le ayuda esto en su trato con estos formidables gigantes que se han hecho cargo de nosotros y en realidad nos arruinan todo? No veo cómo este punto de vista pueda hacer otra cosa que inflar nuestra autoimportancia y sustentar nuestro lado irreal, la Falsa Personalidad, que caracteriza nuestro actual nivel de ser. Sin embargo, a veces miramos las estrellas y sentimos nuestra pequeñez. La ciencia debería haber aumentado nuestro sentido de lo maravilloso. Ha hecho todo lo contrario. No nos ha traído ningún mensaje, salvo que todo carece de sentido. Esta disminución del sentido, y por lo tanto de comprensión, se nota en todas partes. Resulta ello de la pérdida de ciertas emociones necesarias para un correcto desarrollo del Hombre. Puede llamar estas emociones por el nombre que prefiera, pero producen el efecto de suscitar en el hombre el sentimiento de que es una criatura muy pequeña, y esto lo abre internamente a la acción posible de los Centros Superiores que están en él, que intentan constantemente enviarle mensajes. El egoísmo impide que un hombre avance hacia su interior y hace que se vuelque hacia afuera, que resida en los objetos, en las cosas, en el cuerpo, en el mundo externo dado por los sentidos que es tan solo un aspecto de la personalidad. Esto es una manera de comprender lo que el Trabajo quiere decir cuando explica que hoy, el Hombre es parcial. Así el Hombre ve que la solución de todo está fuera de sí mismo y no en el cambio de sí; en fabricar más máquinas, más objetos, más cosas complejas fuera de sí mismo, y no en el aumento de su conciencia o en el aumento de su comprensión. Es muy cierto que la próxima guerra no tardará en surgir de las nuevas máquinas. El hombre, con su violencia característica, su falta de comprensión y observación de sí, ya se ocupa de nuevas máquinas destructoras y al mismo tiempo asiste a conferencias conducentes a la paz. Esto es una falta de conciencia, la incapacidad de ver las contradicciones en sí mismo. Esta incapacidad, esta falta de conciencia, es uno de los signos de nuestro nivel de ser. El objeto del Trabajo —de toda la enseñanza esotérica y de los Evangelios— es el de acrecentar la conciencia. Y esto empieza viendo lo que se es para uno mismo, penetrando en el lado tenebroso que está más allá del fingimiento de la Falsa Personalidad. Éste es el primer punto, a saber, que con nuestra actual falta de conciencia, con nuestro presente nivel de ser, es imposible poner fin a la guerra. Solo por un aumento de conciencia se pueden detener las guerras. Nuestro nivel de ser atrae nuestra vida. Así la humanidad atrae la guerra.

El próximo punto en el Trabajo enseña que el Hombre no puede hacer. Todo sucede de la única forma posible en que puede suceder. Todo va a ocurrir de la única forma en que puede ocurrir y nada puede impedirlo. Sí, pero es preciso agregar una cosa. Si la humanidad despertara del sueño, entonces todo sería diferente. ¿Por qué? Porque si la gente empezara a ver, a despertar, a ser más consciente, su nivel de ser cambiaría, y así otro orden de cosas sería atraído por ella, y la guerra y muchas otras cosas dejarían de existir. Si el hombre viviese en un nivel superior de sí, todo cambiaría. En principio dejaría de ser violento. Vencería su propia violencia.

El tercer punto es que la humanidad dormida en esta Tierra es usada. El sufrimiento, el dolor, la enfermedad, la violencia, el crimen, el odio, la venganza, y así sucesivamente, son usados para ciertos propósitos por algo que está fuera de la Tierra. Un hombre puede escapar a ello, mediante cierta clase de sufrimiento útil que lo despierta. Pero aquí no hablaré más sobre este particular.

El cuarto punto es que nuestro nivel general de ser está caracterizado por la mentira y esto hace que un verdadero acuerdo sea imposible. El Sr. O. dijo una vez que deberíamos estudiar la mentira en todas sus formas —nuestra propia mentira y la mentira en general—. Dijo que era preciso instruirse realmente sobre el tema de la mentira —esto es, debemos comprender y estudiar la mentira y su espantoso poder. En una oportunidad señaló que la parte formatoria, vista desde un ángulo, podía ser considerada como si nos la hubieran dado para mentir. Ahora bien, ¿cómo es posible que las cosas anden bien si se miente y todos mienten? La mentira caracteriza nuestro nivel de ser y así es una de las cosas que deben cambiar si nuestro nivel de ser ha de ser cambiado. Escribiré unas breves notas sobre la mentira para recordarles lo que se dijo anteriormente. Nada es lo que pretende ser. Empiece consigo mismo. ¿Es usted lo que pretende ser? Quiero decir, seriamente consigo, ¿lo cree así? Luego, mire como se pavonea el pavo real. ¿Es una mentira? Entonces mírese a sí mismo. Luego, toda la propaganda es una mentira organizada. La administración pública está repleta de mentiras de un extremo a otro. Toda la política se funda en la mentira, no necesariamente hábil. Cuando se habla, por lo general se miente. Hasta decir «Yo» es mentir, porque ¿a qué yo se refiere? Todo el aparato de la mentira, la maquinaria de la propaganda, aumentaron enormemente en este siglo. ¿Para qué se usa la radio? Fue utilizada muy a menudo solo para fines de propaganda, para difundir mentiras. Basta imaginar cuánto trabajo habría que hacer, qué esfuerzos serían necesarios, para que la humanidad pudiera ver a través de la propaganda, de los periódicos, de los filmes, de la radio, y se resistiera a sus mentiras. La gente permite que sus almas sean absorbidas por filmes que se refieren a personas imaginarias y a modos de vida ficticios. Todo es mentira. Por eso, lo que más conviene es resistirse a un film no identificándose con él. Entonces la extraña fuerza que obra sobre la imaginación no nos devora. Se podrían decir muchas otras cosas sobre la mentira, tal como que todos los estados negativos son debidos a mentiras y solo producen mentiras.

El último punto que mencionaré es que olvidamos muy fácilmente. La gente olvida a qué se asemejaban las cosas antes, y también que nuevas personas están creciendo. Esto hace que la guerra sea posible otra vez. Si todos fuéramos más conscientes la guerra no existiría más. Pero esto es imposible. Es imposible que cada cual sea más consciente. Es una cuestión de la mayor dificultad el que una persona llegue a ser más consciente.

Habrán notado cómo todos los que se hicieron cargo momentáneamente del mundo desembocan en la guerra. Toda la gente del tipo Hasnamous, aquéllos cuyo bienestar depende de la desdicha de los otros, todos los dictadores se afirman en la guerra. Esto nos demuestra cuan profundamente el nivel de ser del Hombre atrae la guerra y cómo la enfermedad de la guerra está en el Hombre, y ello es debido a su propio estado. Ya que el nivel de ser del Hombre es el mismo que antes, todo ocurrirá de la única manera posible en que puede ocurrir en este nivel, y nadie será capaz de hacer nada. G. dijo una vez:

«Todo se hace de la única manera en que puede hacerse. Si una cosa pudiera ser diferente todo sería diferente. Y entonces tal vez no habría guerra. Todo depende de todo, todo está interrelacionado, nada está separado. Por lo tanto todo ocurre de la única manera en que puede ocurrir. Si la gente fuera diferente todo sería diferente. Son lo que son, todo es lo que es».

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Uspenskii Libro 2
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