Birdlip, 12 de agosto, 1944
Niveles de conciencia

Esta noche estudiaremos la Ley de Siete o Ley de Octava. Como saben, el supremo ejemplo nos lo da el Rayo de Creación que nos muestra los diferentes niveles o notas: Do, Si, La, etc., descendiendo hasta Re, que en nuestro caso representa la parte más minúscula y no desarrollada —es decir, la Luna. Con arreglo a la Ley de Octava las notas de la octava descendente incluyen cada vez más leyes, y viceversa. La parte está bajo más leyes que el todo. La Luna está bajo 96 leyes u órdenes de leyes, la Tierra bajo 48 leyes, y el Do de la cúspide, el Absoluto, no está bajo ley alguna salvo las leyes de su propia unidad. De esto se infiere que cuanto más baja está una cosa en la Octava bajo más leyes está— esto es, la Voluntad del Absoluto no nos llega directamente sino en la forma de 48 órdenes de leyes que producen en sus diversas combinaciones las condiciones de nuestra vida.

Ahora bien, una organización o un organismo cualquiera está construido con arreglo a la Ley de Tres y la Ley de Siete de la misma manera que el Universo, que es un vasto organismo. Tomemos la Vida Orgánica que es un organismo que se extiende como una delgada película sobre la Tierra para recibir y transmitir influencias desde el Sol y las Galaxias. El Hombre es un organismo dentro de la Vida Orgánica. Es una diminuta parte, una diminuta célula, en el cuerpo de la Vida Orgánica, y se lo puede comparar con una célula del cerebro en nuestro cuerpo. Construyamos una octava entre la Vida Orgánica y el Hombre. El Sr. Uspenskiï nos pidió una vez que reflexionáramos sobre este particular y al mismo tiempo construyó la octava en la forma siguiente:

Do Vida Orgánica
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Si Humanidad
La Raza Blanca
Sol Nuestra Civilización
Fa Europa
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Mi Una Nación
Re Una Familia
Do El Hombre

El Sr. Uspenskiï dijo que deberíamos pensar en función de la Ley de Octava sobre la actual situación del Hombre en la Tierra. Esto fue poco antes del comienzo de la actual guerra. Nos dijo que si estudiáramos la Octava tal como la había construido veríamos que en el lugar del choque entre Mi y Fa era necesaria una cosa para que la fuerza ascendente pudiera pasar de la Conciencia nacional a la Conciencia europea. El Hombre como Do había llegado primero al Sistema patriarcal o de Familia, Re, y después había alcanzado la Conciencia de la nota Mi, es decir, la Conciencia Nacional. Un inglés, por ejemplo, se siente a sí mismo un individuo, una familia, y una nación. Da el sonido, por así decirlo, de las tres notas Do, Re, Mi, pero no siente Europa —esto es, no da el sonido de la nota Fa—. En ese nivel no está consciente. A este respecto es como si la gente se enfrentase con un obstáculo, contra una cosa que requiere un choque para permitirle superarlo. Todos estarán de acuerdo en que en el nivel de Conciencia perteneciente a la nota Re, el organismo al que llamamos por lo general Familia, sería absurdo que alguien se encerrara en su casa y empezara a echar bombas a sus vecinos. Todos juzgarían tal conducta perfectamente ridícula. Del mismo modo la guerra europea es igualmente ridícula e igualmente criminal. La guerra franco-prusiana que tuvo lugar en el decenio del setenta del último siglo fue una guerra criminal, totalmente diferente de las guerras anteriores cuando los medios de comunicación eran escasos. Europa se asemeja a un edificio lleno de departamentos. Que un departamento haga la guerra a otro departamento es criminal y en realidad puede destruir todo el edificio, porque del mismo modo que el Hombre mismo es un organismo, y una Familia o una Clase es un organismo, y una Nación es un organismo, Europa debe llegar a ser un organismo, en especial con el desarrollo de los medios de comunicación que tuvo lugar en los últimos cien años. Ha aumentado el poder de los gobiernos, lo cual es obvio, y si un gobierno es malo, luego la situación también es mala, y mucho peor de lo que podía ser antes de que Europa tuviera la posibilidad de convertirse en un organismo. En Europa no hay nación que pueda vivir sin otra nación, del mismo modo que en el cuerpo humano no hay órgano que pueda existir sin los demás órganos.

Ahora bien, toda evolución es el ascenso de una octava. La evolución psicológica es un acrecentamiento de la Conciencia Intelectual, la unión de muchas cosas en una unidad, porque tener Conciencia Intelectual significa conocer conjuntamente. Del mismo modo una evolución de las emociones es la reunión de muchos sentimientos diferentes y esto hace la Conciencia Moral. Y los dos, este conocer conjuntamente y este sentir conjuntamente, son las líneas de la evolución psicológica, tanto para el Hombre mismo como para la Humanidad. Así ven que una de las explicaciones de la actual situación de este siglo, que hubiera debido ser un definido paso hacia adelante, se debe a la falta de desarrollo de la Conciencia intelectual que no pudo superar el nivel nacional, que no pudo ir más allá de la nota Mi en la Octava construida entre la Vida Orgánica y el Hombre.

Observemos ahora que un hombre, un individuo solo, debe ante todo pertenecer a alguna clase de grupo, el que a su vez está conectado con una organización más amplia. Cuanto más se estudia la Ley de Siete más se ve que es una armazón de unión, un esqueleto, por así decirlo, para todas las formas de vida, psicológica o física. Todo está unido, todo está relacionado, nada puede existir independientemente; empero cada cosa tiene su propia existencia individual aunque está conectada con lo que está por debajo y por encima de ella. El Sr. Uspenskiï acostumbraba detenerse muchas veces en este punto; todo está interrelacionado y nada está separado. Solía decir que la conciencia de la gente está tan escasamente desarrollada a este respecto que ni siquiera advierte que todo el alimento proviene del Sol. A veces decía que el objeto de este Trabajo era el de acrecentar la Conciencia. No se funda, decía, en la fe, o en la esperanza, o en el amor, aunque los incluye a todos. A lo que se da la mayor importancia es a la Conciencia intelectual.

Decía que G. hablaba constantemente de la necesidad de desarrollar la Conciencia intelectual, y que solía comparar el trabajo interior del Ser del Hombre a complejas máquinas que trabajan prácticamente en la oscuridad. El primer desarrollo de la Conciencia intelectual radica en llegar a ser consciente de la Personalidad y de los muchos diferentes «Yoes» que la componen, algunos útiles y otros inútiles. Éste es un desarrollo definido de la Conciencia intelectual y desde esta etapa es posible desarrollar aún más la Conciencia intelectual llegando a ser más consciente del prójimo. Pero si no se tiene una mayor conciencia de sí no se puede llegar a ser consciente del prójimo, salvo de un modo ilusorio, en la imaginación. Es preciso, soportarse a sí mismo antes de poder soportar a los otros.

Ahora bien, este desarrollo de la Conciencia intelectual es exactamente comparable al desarrollo que se ve en la Octava entre la Vida Orgánica y el Hombre. Cada paso es un acrecentamiento de Conciencia intelectual. En el caso de un individuo, el autoestudio llevado en una línea correcta conduce a una nueva nota que suena en él. No es necesario discutir cuál esa nota. Pero cuando esa nota comienza a sonar experimentará sensaciones y sentimientos por entero nuevos. Llegará a desconocerse y si no se da cuenta de lo que sucede tal vez se imagine que ha tomado una dirección equivocada. Pero si sale de la habitación en la que siempre estuvo, se encontrará necesariamente en una nueva situación.

Ahora bien, basta imaginarse lo que sucedería si se produjera un desarrollo de la Conciencia europea y toda Europa se uniese en un nuevo organismo. Experimentaríamos, desde luego, sensaciones y sentimientos completamente nuevos. Ya no nos enorgulleceríamos como antes ni tendríamos las mismas relaciones. Por eso al comienzo sentiríamos una aparente pérdida de algo que para nosotros era muy importante. Pero es precisamente la pérdida de esa cosa lo que nos permitiría dar el sonido de una nueva nota en nuestra evolución psicológica individual. Es necesario que se produzca una pérdida para que suene una nueva nota, que todas las formas de vanidad y casi todas las formas de orgullo cambien, dejen de darnos las diversas satisfacciones secretas que hasta ahora nos daban. Al mismo tiempo las condiciones bajo las cuales suena una nueva nota en la octava de nuestro desarrollo exigirán un incremento de la Conciencia intelectual para conocer y sentir más conjuntamente. Si pudiéramos conocer todo, nuestro actual sentimiento de nosotros mismos cambiaría completamente. Afortunadamente no podemos lograrlo, porque, como es sabido, enloqueceríamos al percibir todas las contradicciones de nuestra vida. Para que no podamos ver esas contradicciones un dispositivo llamado «tope» es introducido en edad temprana con el inevitable, resultado de estrechar la Conciencia. Se ve así que un aumento de las conciencias implica, en última instancia un debilitamiento de los topes y creo que se puede trazar el mismo paralelo en conexión con el acrecentamiento de Conciencia en la otra octava. Para que cada nación esté al nivel de Europa tendrán que desaparecer muchos topes nacionales.

Agregaré unas pocas palabras que se relacionan con la Voluntad sobre la cual hemos hablado recientemente. La Voluntad Real no es exactamente tomar una decisión o negarse a hacer algo, sino que finca en hallar soluciones. Por esta razón, con nuestra limitada Conciencia, pocas esperanzas tenemos de alcanzar la Voluntad Real. Con el fin de alcanzarla es preciso tener conciencia de muchas cosas simultáneamente y no meramente de una por vez. Con nuestra estrecha Conciencia vemos una cosa, luego otra y luego una tercera y no podemos ver ninguna conexión entre ellas y nos parecen opuestas e incluso irreconciliables. Creo que han de recordar el cuento oriental de los sabios que tenían que examinar a un elefante en la oscuridad: uno tocó la cola, otro la trompa y otro la oreja y al final cada uno dio una descripción por entero diferente al Califa. Nuestra situación se asemeja en cierto modo a ésta. Si pudiéramos ver al elefante íntegramente, podríamos darle órdenes y comprenderíamos cuáles son sus diferentes partes. Pero tal como están las cosas, vemos un trocito por vez e intentamos proponemos algo y ejercer nuestra Voluntad sobre esos trocitos sin ver su relación con el todo. Pero siendo como somos, nos proponemos hacer algo y creemos tener la voluntad de cumplirlo. Pero el Propósito supremo, sin el cual nunca llegaremos al Amo o al «Yo» real, es el Trabajo y todo cuanto significa. Esto, como es sabido, está dicho en los Evangelios: «Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas esas cosas os serán añadidas». ¿Cómo podemos esperar realmente, salvo para propósitos de experimentación y observación, lograr algún resultado de los designios que se fundan en la voluntad de sí o empecinamiento y cómo esperaremos que de este modo nuestra Conciencia supere su actual nivel? Toda la idea del Trabajo ha de ser inteligente. Para poder cruzar el Atlántico es preciso navegar hacia el Norte y el Sur y a veces hacia el Éste. Pero si ha alcanzado una genuina observación de sí, si la nota Do del Trabajo produjo un fuerte sonido y si, sobre todo, siente que no puede desprenderse del Trabajo, entonces, aunque muchas veces tenga que seguir caminos aparentemente contradictorios, caminos a menudo desconcertantes, una especie de sentimiento le pondrá sobre aviso si toma un camino equivocado, aunque no diga nada cuando sigue el buen camino. Como es sabido, en la Parábola del Caballo, del Carruaje y el Cochero, cuando el Cochero está en la cabina y tiene las riendas, debe ponerse en camino en la mejor forma posible y luego el Amo quizá se encuentre sentado en el Carruaje y diga algunas palabras. Recuerden que la Voluntad Real o Amo proviene de un nivel superior y no puede alcanzar el estado ordinario de conciencia llamado estado de vigilia o de conciencia despierta. Es preciso que algo esté despierto en uno para establecer un contacto y esto significa la presencia del Recuerdo de Sí. Al cabo de un tiempo uno empieza a advertir cuando está adormecido interiormente, esto es, cuando ninguna clase de Recuerdo de Sí tiene lugar.

Se suele decir que cuando se está en dificultades el Trabajo nos allanará el camino. Sí, es así, pero solo cuando se siente el Trabajo y se lo valora. Ha de estar en usted, no meramente fuera de usted. Cuando se tiene afecto por algo, cuando se lo valora, esa cosa está en usted. El Amo puede hablar a través del Trabajo, y el Trabajo nos puede hablar, pero el Amo no puede hablarnos directamente.

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Uspenskii Libro 2
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