Birdlip, 8 de enero, 1944
Nota sobre el estudio de la pérdida de energía
El concepto de energía es una idea esencial en el Trabajo. Con el fin de despertar, el hombre debe tener energía: sin energía no puede despertar. Se comprende mejor el concepto de energía si se lo estudia desde dos ángulos. El Trabajo dice que un hombre pierde energía de muchas maneras específicas, que logra energía trabajando sobre ellas, y que crea energía por el acto de Recuerdo de Sí.
Estudiemos la pérdida de energía. Nos dicen que solo empezamos a despertar después de muchos esfuerzos y una prolongada lucha, y esto se debe al hecho de que la vida quiere que permanezcamos dormidos por razones que le atañen. Esto significa que la vida nos impide conservar nuestra energía o, para decirlo de otra manera, la vida nos toma nuestra energía. Ya que no somos sino una masa de hábitos, la vida forma muy temprano en nosotros diversos hábitos de perder energía, a veces hábitos muy complejos. De modo que perdemos nuestra energía mecánicamente, al igual que hacemos todo mecánicamente. Es muy difícil ver de qué modo perdemos energía. Es preciso que nos visualicemos a la luz de un nuevo conocimiento —cambiar nuestras viejas ideas por las nuevas— con el fin de comprender lo que está sucediendo continuamente. Una persona puede perder energía con la velocidad del relámpago, solo por haber tocado una emoción negativa. En el Trabajo, que dura tanto tiempo, empezamos a darnos cuenta que hemos de hacer frente a una masa de hábitos, que no son nosotros. Ésta es una experiencia penosa y no es necesario sufrirla a menos de tener el convencimiento de que nos permite un logro.
Ahora bien, para despertar, todo lo que es antimecánico nos ayuda. La Observación de Sí es antimecánica y ha de venir antes que cualquier otra cosa. Pero es en la no identificación donde está la clave que impide la pérdida de energía. Todo acto de no identificación ahorra energía. Nos referimos a la energía necesaria para el despertar. Si nos identificamos con todo, interior y exterior, no nos quedará energía suficiente para hacer o comprender el Trabajo. El Trabajo permanecerá en la lejanía como una vaga nube. Al cabo de un tiempo se da uno cuenta que está dormido. Esto es, se da cuenta uno que ha perdido energía. Al mismo tiempo se da uno cuenta que el Trabajo y sus ideas parecen haberse alejado mucho. Cuando ya se tiene un barómetro de esa clase, es posible estudiar más detalladamente qué es lo que provoca la pérdida de energía. Aunque las causas que provocan la pérdida de energía pueden disponerse en categorías generales, en cada persona obra una causa particular que puede ser observada individualmente en detalle y sobre la cual cabe reflexionar con cuidado a la luz de la nueva comprensión otorgada por el Trabajo. De otro modo no se es sincero consigo mismo, y solo con la sinceridad es posible construir algo dentro de sí. Tampoco la influencia del Trabajo puede establecer un centro de gravedad, y de este modo nada de lo que pertenece al «Yo» real podrá llegarnos.
Todo esto pertenece a la necesidad de valoración de la que tan frecuentemente se habló. Si se carece de sinceridad con respecto al Trabajo, tampoco puede haber una percepción interior definida de la pérdida de energía. Es decir, una persona no advertirá distintamente que está dormida, aunque pueda darse cuenta que el Trabajo le parece muy lejano. Es muy interesante observar el origen de la pérdida de energía y las condiciones que se relacionan con dicha pérdida. Hay ciertas corrientes de pensamiento, por ejemplo, que provocan una pérdida de energía, pero muchas veces pasan varios años antes que nos demos cuenta de la causa que la produce. Y muy a menudo sucede que ciertas cosas a las que se cree inofensivas y hasta admirables provocan una pérdida de energía.
Ahora bien, recordaremos brevemente el otro ángulo, aquél que crea energía. Es el acto del Recuerdo de Sí el que crea energía. La apertura de la mente a dicho acto y el sentido y la significación del Recuerdo de Sí, es lo que en realidad crea energía. Así, se logra energía por cada acto de no identificación, y se crea energía por el Recuerdo de Sí.
Ahora bien, comprenderán que es necesario aislarse de la acción de la vida. Pero comprender lo que esto significa en un sentido general y lo que significa para cada uno de ustedes en un sentido particular, es algo particularmente complejo. Solo se lo puede entender gradualmente. La gente es impaciente en lo que concierne al Trabajo. A veces me sorprende ver cómo espera alcanzar en poco tiempo, estados que exigen toda una vida antes que puedan ser logrados. Siempre hay algo exterior y algo interior en una persona de lo que debe intentar aislarse. Puede «aislarse», si ello le causa placer. Si la vida nos extrae toda nuestra energía y nos mantiene dormidos es menester al menos aislarse de los diversos poderes que nos dominan. Algunas personas se inquietan por distintos motivos. Digamos que se inquietan por la política, o por la moral, o por la religión, o por la higiene, o simplemente, porque siempre se inquietan por algo. Pierden energía. Es decir, de esta manera la vida les roba toda la energía que necesitan para despertar. Creen, sin embargo, que obran bien. No es cosa que convenga la de pensar mecánicamente. Cuando se siente que se obra bien se puede tener la seguridad de que se está dormido. Pero desde luego la vida nos roba energía de muchas otras maneras. Carecemos de importancia en el Rayo de Creación. Vivimos en un mero punto de la Vía Láctea, galaxia compuesta de miles de millones de soles, y hay miles de millones de Vías Lácteas. Sí, somos extremadamente pequeños. Pero hay una posibilidad. Poseer este sentimiento doble es una forma de Recuerdo de Sí.
Ahora bien, en lo que concierne al Recuerdo de Sí, que es el medio que en realidad nos permite crear energía —¿recuerdan el Primer Choque Consciente y las energías que resultan de él?— hay muchas maneras de Recuerdo de Sí. Pero todas ellas dependen del sentimiento de que hay otra cosa, de que la vida en este planeta extremadamente malo no es explicable en términos de sí misma. Hay otra cosa. Meditamos luego sobre la Octava del Sol, hasta que se convierta en algo viviente en nuestra mente, y nos hable. Entonces quizás empecemos a darnos cuenta de lo que significa el «aislamiento». No obstante, hay momentos en que sentimos que el futuro será de seguro mejor. Pero hay dos futuros, uno en el tiempo y el otro en escala. Uno horizontal y otro vertical, que está siempre allí, justo encima de nuestro estado actual. Hay muchas formas de Recuerdo de Sí. Nadie tiene que ser un estorbo en su propio camino, ni oscurecer sus propias luces. Ya que todos somos diferentes en diferentes momentos, el Recuerdo de Sí es diferente en diferentes tiempos. El «Hombre Ladino» lo sabe. No practica siempre el mismo método. Hacerlo así es convertirlo en algo mecánico. Lo que es mecánico es inútil para el Trabajo. Se mueve, por así decirlo, hacia adelante y luego hacia atrás y luego hacia adelante, y así sucesivamente. En todo caso experimenta. Advierte lo que era útil y ahora no lo es más e inventa algo diferente. En otra oportunidad hablaremos del «Hombre Ladino». Pero ante todo es menester que cada cual piense, estudie y trate de recordarse a sí todos los días. Que intente no ser un obstáculo en su propio camino. Que intente permitir que algo entre. ¿Puede detener el ruido de sí mismo aunque solo sea un instante? ¿Puede salir del ordinario sentimiento de sí mismo? ¿Puede llegar a ser nadie para sí mismo, por un instante? O, por contraste, ¿puede sentir la intensa realidad de sí mismo? ¿Puede sentir Yo en todo lo que tiene que hacer, por un momento? Todas éstas son diferentes maneras de recordarse a sí mismo. Hay muchas otras maneras, pero intente descubrir una para empezar, y trate de conocer su sabor. Entonces comenzará a conocer cuando está dormido. Estamos intentando despertar a otro nivel de vida. Creemos que éste es el verdadero significado de la existencia. Pero para despertar es preciso tener energía. Sea lo que hagamos conscientemente, permanece: sea lo que hagamos mecánicamente, está perdido para nosotros. De modo que es preciso aprender a vivir en la vida y a no ser devorado por la vida. Basta identificarse con la vida y prestarle toda la propia energía y ya no se puede despertar, del mismo modo que no se puede hacerlo si uno se identifica consigo mismo. Cuan rico se sentía el joven, cuan identificado con todas sus virtudes y talentos. Le dijeron que se fuera y vendiera todo antes de que pudiese despertar. Sintió gran pesadumbre. Esto es lo que significa dejar de atribuirse todo lo que se hace y se cree que se es —es decir, vender todas las posesiones. ¿Quién es capaz de imaginar lo que esto significa realmente? ¿Tiene alguna vislumbre de su significado en relación consigo mismo? Si es así, ya habrá comprendido que su energía es dilapidada en todo momento, de que manera es empleada y por qué la gente está dormida sin darse cuenta de ello.