Birdlip, 30 de diciembre, 1944
El poder cognoscitivo de las emociones

  1. El Trabajo dice que las emociones son cognoscitivas. ¿Qué se entiende por esto? Dénos ejemplos.
  2. El Trabajo dice que si el Centro Emocional estuviera libre de emociones negativas sería clarividente. ¿Puede explicarnos lo que esto significa?
  3. ¿Son las emociones negativas cognoscitivas?

Uno de los ejemplos más sencillos del aspecto cognoscitivo de las emociones es el poder que tienen las aves de construir nidos en la estación de apareamiento. Aquí el estado emocional está acompañado de un conocimiento que el ave de otro modo no posee y que cuando el estado emocional se desvanece hace que todo el ciclo maternal concluya. En este caso es desde luego, la parte emocional del Centro Instintivo la que está implicada, no el Centro Emocional mismo, que probablemente apenas si existe en las aves. Conviene que sea así porque la parte emocional del Centro Instintivo puede soportar las cosas y olvidarlas mejor, de hecho, completamente. No puede ser negativo, de otro modo la vida animal perecería. Los animales, las aves, no retornan a Papá y Mamá una vez que el estado motor-emocional pone fin a esa maravillosa cognición, todo el asunto llega a su fin. En el caso del Hombre educado todo es diferente; pero en las primitivas tribus salvajes era más o menos lo mismo. La parte emocional del Centro Instintivo, cuando está temporariamente despierta, posee maravillosos conocimientos que transmite al Centro Motor —por un breve momento—.

Cuando el Trabajo dice que las emociones tienen un valor cognoscitivo significa que existe un modo definido de conocer algo conectado con determinado estado emocional. Nos ocuparemos ahora del Centro Emocional mismo. Para comprender que hay un definido estado del conocer conectado con las emociones recordemos que conocer no es pensar. Podemos conocer una cosa de diferentes maneras, sin pensar. Podemos conocer, por ejemplo, a través de nuestros sentidos, que el día es hermoso, y no pensar que es hermoso o podemos conocer que otra persona es desdichada; o podemos conocer que algo es verídico. Los estados emocionales están conectados particularmente con el conocimiento de la verdad. Cuando se está en determinado estado emocional se puede conocer algo que no se puede conocer en ningún otro estado. Se ve la verdad de algo, y luego el estado emocional cambia y ya no se ve más la verdad que se vio antes. Esto es lo que sucede en especial cuando se pasa de emociones relativamente simples a emociones negativas definidas. Las emociones negativas nunca pueden ver la verdad que las emociones no negativas alcanzan a ver. Esto en la vida explica muchas cosas. Explica por qué cuando uno es negativo hacia otra persona no se puede ver lo que se había visto antes. No vemos la verdad unos acerca de los otros. Citaré uno o dos pasajes de las respuestas que se dieron en cuanto a ver la verdad emocionalmente:

  1. «Comprendo por lo que dice el Trabajo sobre las emociones cognoscitivas que nuestro conocer es de una calidad por entero diferente cuando el Centro Mental conoce que nuestro ser está compuesto de muchos “Yoes”. Pero, en el supuesto caso de que un hombre vea de pronto un “Yo” que lo ha atormentado toda su vida, y su Centro Emocional rebose de alegría al comprender que es un “Yo” y no una parte de sí mismo, su conocimiento es elevado instantáneamente más allá de toda teorización intelectual».
  2. «En el Trabajo se suele conocer lentamente, por ejemplo, la idea, de que el “Hombre no puede hacer”, y luego un día, en un abrir y cerrar de ojos, se ve la propia mecanicidad e impotencia y se descubre que es uno mismo quien no puede hacer; ésta es la cognición del Centro Emocional».
  3. «Al dar estas respuestas a las preguntas, a veces sentí como si golpease con el bastón de mi propia mente, así como el ciego ve su camino golpeando con su bastón, dando golpes a una pared de conocimiento y obteniendo una suerte de respuesta guiadora; luego se golpea de repente y no se obtiene ninguna respuesta, las paredes caen y uno se ve enfrentado con el vacío. Ya no conviene pensar más porque no hay nada sobre qué pensar más y nuestra mente empieza a girar en redondo. Se abandona todo. Luego, muchas veces al cabo de un tiempo, sin haber pensado otra vez sobre este particular, de pronto se conoce algo sobre esta cuestión sin saber de dónde proviene el conocimiento. ¿Acaso el Centro Intelectual sigue trabajando en alguna parte de uno mismo sin que se lo perciba, o cuando nuestra mente deja de dar golpes el Centro Emocional puede trabajar»?

En cuanto al último ejemplo y otros en el mismo sentido, diría que cuando se ordenan los pensamientos y se piensa según el Trabajo desde diferentes lados, muchas veces llega el momento en que todos esos esfuerzos de pensamiento se unen simultáneamente en un nuevo significado. Ésta es la obra de nuestro lado emocional. Carece de importancia aquí que sea la parte emocional del Centro Intelectual o el mismo Centro Emocional. Cuando la gente tiene ideas confusas y desperdigadas del Trabajo —es decir, cuando no trabajan sobre la línea de conocimiento del Trabajo— el Trabajo no puede obrar sobre ellas debidamente porque no buscan unir por su propio esfuerzo las ideas del Trabajo mediante la concentración del pensamiento. Todos ustedes han oído que deben construir primero el Trabajo en su mente y que luego ésta obra como una nueva máquina transmisora. Recuerden que este Trabajo se propone hacernos pensar de una manera nueva. Si nunca se empeñan en hacer realmente este esfuerzo el Trabajo permanecerá alejado de ustedes como una cosa escrita sobre un pizarrón.

Cuando se dice que las emociones son cognoscitivas significa que por medio de ciertos sentimientos se conocen ciertas cosas. Ordinariamente la gente cree que las emociones son ciegas en lo que respecta al conocimiento. El objeto que se propone el Trabajo es despertar el Centro Emocional a través de un camino en el Centro Mental. Tal como es, pegado a los sentidos y al mundo, el Centro Mental engaña al Centro Emocional y de este modo no puede despertarlo. Cuando el árbol del Trabajo es plantado en el Centro Mental, el Centro Emocional empieza a recobrarse, a despertar. El Trabajo no trata de la vida y del mundo sino de cierta manera de pensar sobre la vida y el mundo. Por dicha razón la μετάνοια o cambio del pensamiento mental, es la primera etapa necesaria para restablecer el trabajo correcto y las diferentes formas de clarividencia del Centro Emocional. Mientras uno siga pensando de la misma manera que siempre, mientras no se piense desde las ideas-Trabajo, desde el conocimiento del Trabajo, el Centro Emocional obrará por lo general de acuerdo con la manera en que se piensa habitual o mecánicamente. Éste es uno de los primeros secretos que es preciso entender. Las ideas-Trabajo fueron concebidas para despertar el Centro Emocional. Pero si se piensa en función de hacer cuentas internas, si se piensa de una manera ordinaria —esto es, desde los sentidos— si tan solo se empapa uno de las opiniones de los otros, el Centro Emocional permanecerá prácticamente muerto. La llave mental tendrá una forma equivocada y no podrá abrir las emociones correctas. (Les aconsejo que todos piensen sobre el Rayo de Creación y la Octava Lateral del Sol).

En lo que respecta a la clarividencia, éste es un importante tema de discusión y solo haré uno o dos comentarios. La clarividencia es cierta clase de cognición inusitada. En realidad hay dos clases de clarividencia: una radica en conocer algo acerca de alguien o algo que no tiene conexión con uno mismo; y la otra es conocer algo sobre alguien con quien se tiene una conexión personal. Clarividencia significa ver claramente. Cabe pensar en la clarividencia como si fuera una manera cognoscitiva, emocional de ver la verdad acerca de alguien o de algo. Nuestro Centro Emocional, sin embargo, es rara vez clarividente y por lo general de un modo tan mezclado y muchas veces tan equivocado que el resultado es inútil. Para purificarlo, es preciso que la parte adquirida del Centro Emocional afloje su poder y no ocupe el lugar principal en nuestra vida emocional. En términos generales, tal como somos, ocupa en nosotros un lugar central, particularmente en relación con nuestra vida interior tal como es y con el sentido que tenemos de nosotros mismos. La purificación de las emociones empieza con el trabajo sobre las autoemociones que surgen de la Falsa Personalidad. La impureza de nuestros estados emocionales se debe en gran parte al fingimiento, al merecimiento, a la falsedad, a toda clase de formas de exhibicionismo, de autodecepción e insinceridad. Tenemos un sentido muy equivocado de nosotros mismos, creemos en nuestro mérito, pensamos que podemos hacer el bien desde nosotros mismos, que somos conscientes, que tenemos Voluntad, etc. Todo ello hace que la vida emocional sea desastrosa. De hecho, cabe decir que nos convendría mucho más no tener vida emocional ninguna.

Citaré varios pasajes de las respuestas que me dieron acerca de la purificación y la clarividencia del Centro Emocional:

(1). «He oído decir en el Trabajo que solo la Esencia puede ser clarividente —nunca la Personalidad—. Y los niños pequeños son a veces clarividentes y pierden esa cualidad en cuanto se forma la Personalidad…».

(2). «¿Cabe la posibilidad de que el Centro Emocional con sus hidrógenos más sutiles sea capaz, una vez purificado de las emociones negativas, de trascender las leyes del espacio y el tiempo, lo cual según parece es el sentido de la clarividencia? Así el Centro Emocional puede visualizar a veces algo que está sucediendo lejos, particularmente si se refiere a alguien con quien se tiene una fuerte conexión emocional».

(3). «Si el Centro Emocional estuviera purificado, ¿no se podría ver la propia vida en su conjunto y con más comprensión, comprendiendo el modelo del cual forman parte todos los trocitos aparentemente no relacionados? Y, entonces, al mirar desde un nivel superior, ¿se vería uno a sí mismo en contraste con un nivel superior de ser y conciencia? El hecho de que el Centro Emocional estuviera purificado a tal punto, ¿nos daría acaso la fuerza de soportarlo»?

(4). «Si el Centro Emocional estuviera purificado de las emociones negativas nos ubicaría, creo, por encima de la línea del tiempo que pasa y desde ese nivel se podría discernir muchas cosas que son oscuras e inexplicables en nuestro nivel actual. El tiempo sería totalmente diferente. Los eventos existirían conjuntamente en lugar de estar en una serie desarticulada y muchas cosas aparentemente no relacionadas estarían conectadas. El significado de la causa y efecto se convertiría en un todo coherente. En tal estado sería uno receptivo a las influencias de los centros superiores y me imagino que se podría ver y comprender las cosas objetivamente y de acuerdo con su valor real».

(5). «Si el Centro Emocional estuviera purificado de las emociones negativas y uno dejara de estar identificado consigo mismo, tendría la capacidad de ver más profundamente en la propia vida y en la de los otros —el centro entonces trabajaría con hidrógenos mucho más altos y se empezaría a ser consciente en los centros superiores—».

Hablemos ahora de la cognición de las emociones negativas. Es preciso que todos comprendan que cognición significa conocimiento y que el conocimiento puede ser malo o bueno. Las emociones negativas tienen su propia clase de conocimiento, en especial en todo lo que concierne a herir a la gente y ofenderla. Cuando se está en un estado negativo hacia alguna persona, por regla general se sabe muy bien ofender a dicha persona y decirle cosas hirientes. Las emociones negativas, que se adquieren por medio de la imitación, trastornan notablemente el Centro Emocional que ha nacido puro. Puesto que todas las emociones tienen un valor cognoscitivo, hasta las emociones negativas tienen su propio valor cognoscitivo que permite ver el peor lado de una cosa cualquiera. El recelo, por ejemplo, es una emoción negativa y a menudo es muy hábil. Aunque es injusto al mismo tiempo tiene razón en su propio nivel. Pero recuerden que siempre es injusto. En efecto, todas las emociones negativas en su lado cognoscitivo son siempre injustas. Ven solo un lado de una cuestión. Si una persona se deja guiar por ellas la llevan al infierno, es decir a la Luna, hacia un nivel inferior, a una manera más baja de tomar las cosas. Si se interpreta todo en su nivel más bajo, ocurre lo que en los Evangelios se llama pecar contra el Espíritu Santo, en el pasaje donde los fariseos acusan a Cristo de curar por medio del demonio. (Mateo XII 32). Algunas personas se imaginan que no ven el peor lado de las cosas y fingen una especie de bondad, una especie de simulación de alegría u optimismo para con los otros, mientras que en realidad creen cuanto les dicen cognoscitivamente sus emociones negativas. Es muy diferente observar la cognición proveniente de las emociones negativas acerca de otra persona y no creer en realidad que es un retrato de cuerpo entero de dicha persona. Es preciso ver la cognición que llega a través de las emociones negativas y reconocer su presencia y luego obrar en contra de ella; esto requiere mucho trabajo y mucho Recuerdo de Sí. El seudooptimismo, la seudoalegría, son enteramente inútiles y de hecho intensifican el poder de las emociones negativas en el mundo. A cada persona le fueron dadas sus emociones negativas, por así decirlo, con su cognición, con su falso conocimiento, y cada persona, si desea trabajar, debe de algún modo aligerar la carga del peso total de las emociones negativas que existen en el mundo, el cual está gobernado por las emociones negativas. Pero es menester hacerlo genuinamente y en especial viendo sus propias emociones negativas y así «perdonando a los otros» en el sentido de saldar por completo sus deudas. En cada caso las emociones negativas solo ven las verdades a medias —por ejemplo, una persona que es negativa y que refiere lo que otra persona le dijo quizá refiera realmente lo que se le dijo pero sin mencionar una o dos cosas o repitiéndolo de otro modo o cambiando el tono de voz, etc.—. Así traza una imagen oscura, una mentira. Han de recordar las charlas sobre la mentira y cómo la primera forma de mentira es siempre disponer las cosas de tal modo que siempre lo beneficien a uno, deformando ligeramente lo que sucedió, como cuando una persona dice: «Le dije a ella… me dijo a mí», etc. Ahora bien, si una persona es negativa y por lo tanto falta de generosidad, suele describir algo que sucedió en relación con una persona que le es antipática y el resultado será la verdad en cierto sentido, pero una verdad a medias. Sabemos que en la antigua literatura se dice que los demonios son muy hábiles e ingeniosos pero que solo conocen las verdades a medias. La bondad siempre parece estúpida en comparación con la inteligencia de los «Yoes» negativos que están mintiendo. Me pregunto si alguna vez han advertido las emociones negativas en el rostro de las personas que están a su alrededor, si han notado la expresión de sus ojos, y advertido cómo están vigilando. Basta pensar un momento de donde están vigilando y de qué desean apoderarse. Basta pensar en la colección que tales «Yoes» harán para su álbum de los incidentes de la vida. Quizá conozcan todos ustedes que cuando una persona es negativa y recelosa todo lo que se le dice es como echar leña al fuego. Recuerdo una vez cuando tuve que atender a personas dementes, que están totalmente bajo el poder de las emociones negativas y del pensamiento negativo, cómo el menor movimiento que hacía era siempre interpretado en favor de sus ideas negativas de las cuales instantáneamente deducían toda clase de cosas que eran parcialmente ciertas. Los «Yoes» negativos son en nosotros «Yoes» verdaderamente dementes. Una persona sumida en sus emociones negativas siempre advierte muy rápidamente lo que uno ha descuidado pero no tiene cognición de lo que uno ha hecho. A este respecto las emociones negativas le procuran cierta cognición, a menudo muy confusa y sutil y no obstante siempre equivocada. Lo curioso es que las emociones negativas siempre se las arreglan para encontrar pruebas, y si se ponen todas esas pruebas juntas, luego será subyugado por la vida. En realidad hilvana un modelo de vida en el que elimina todo lo que va en contra de esas pruebas y, como lo sabe muy bien, ignora el buen lado y se aferra simplemente a las cogniciones del lado desagradable que posee su propia verdad. De resultas de ello se pone solo bajo la verdad de las emociones negativas y, como dije, tales verdades son falsas, porque no abarcan todos los lados. A veces se tiene una vislumbre del lado negativo de nuestro ser y de lo que nos ocasiona todos los días. No es algo bueno sino una pequeña lombriz asquerosa, un niño malcriado y cansador, una cosa muy desagradable de percibir. La gente alaba los estados negativos. Siente que es justo preocuparse y estar identificado. Sin embargo, esto no es cierto. Es preciso esforzarse para salir de ese pozo. Es posible. Pero no lo es si el Trabajo no tiene un verdadero y esencial asidero en uno, porque de otro modo se siente uno justificado en las negativas y dolorosas emociones de vida. Y no solo esto —sino que las emociones negativas nos sustentan con su propio lado cognoscitivo, de modo que siempre se es capaz de probar que se tiene razón.

Concluiré citando algunas observaciones sobre la cognición de las emociones negativas:

  1. «He observado en mí mismo que las emociones negativas estimulan a los “Yoes” de desagradable naturaleza a una actividad inusitada: recelo, sentimiento de no ser estimado como uno merece, resentimiento, etc., hacen que uno sea anormalmente sensible al posible significado de las palabras de otra persona, a la entonación de la voz, el énfasis, a las miradas, a las vacilaciones, etc. Hasta cierto punto tales emociones negativas son indirectamente cognoscitivas, pero es probable que no sean exactas».
  2. «Por ejemplo, los “Yoes” despechados suelen ser extraordinariamente hábiles para encontrar la cosa exacta que hiere. Si tan solo tuviéramos la mitad de la habilidad que tienen, para encontrar en nuestros ordinarios contactos de vida la cosa justa que decir, nuestros contactos y conexiones serían muy diferentes. Pero las emociones negativas no son cognoscitivas en relación con la propia vida como un todo —allí son completamente ciegas»—.
  3. «Las emociones negativas, como los celos y el odio, pueden desarrollar cierta astucia y conocimiento de la gente para promover sus propios fines. Una persona que es celosa u odia a alguien suele saber mucho acerca de su víctima, quizá más que una persona que ama mecánicamente, lo que tan a menudo es solo una proyección del egoísmo o amor de sí».
  4. «Mientras estemos unidos a una persona por las emociones negativas, no hay posibilidad ninguna de conocer a esa persona. La vemos a través de un medio que la deforma. He advertido muchas veces cuánto me cuesta admitir en la gente con quien no simpatizo las buenas cualidades que sé que poseen».
  5. «Recién me doy cuenta cuan ciegas y estúpidas y al mismo tiempo cuan increíblemente hábiles en un sentido torcido llegan a ser nuestras acciones cuando se fundan sobre una base emocional negativa. Veo que cuando empiezo desde un punto de partida negativo, los abogados del diablo que están en mí suelen producir muy fácilmente un caso aparentemente bien razonado, que es falso de cabo a rabo».
Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Uspenskii Libro 2
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