Birdlip, 14 de noviembre, 1942
Sobre los hidrógenos I

Después de un largo intervalo esta noche hablaremos otra vez acerca del lado cosmológico del Trabajo. Este tema es tan importante que, al parecer, nunca podremos agotarlo. Se refiere al hecho de que el Hombre está en el Universo y el Universo en el Hombre, de un modo que es de difícil explicación. Por esta razón existe en el Trabajo un lado Psicológico y otro Cosmológico, que se interrelacionan y se comprenden gradualmente. De otro modo no podría haber verdadera Psicología. El Trabajo dice que el Hombre no puede ser separado del Universo, o Cosmos, donde existe, ni tampoco el Cosmos puede ser separado del Hombre. El Gran Mundo en el cual el Hombre aparece es el Macrocosmos y en él el Hombre sería un Microcosmos, o pequeño Universo, es decir, tiene en él las posibilidades de reflejar el Universo en sí mismo y de estar en armonía con él.

Ya hemos hablado de la pequeña octava lateral del Sol en el Gran Rayo de Creación, en la cual el Hombre encuentra su lugar, y en ese punto nos detuvimos, en nuestro estudio del aspecto cosmológico del Trabajo. Desde ese punto de vista empezamos a estudiar las ideas contenidas en las parábolas de los Evangelios. El Hombre no aparece en el Gran Rayo mismo. El hombre es un experimento del Sol en evolución de sí. Como una parte de la Vida Orgánica en la Tierra, sirve a la naturaleza. Sirve a la evolución de la Tierra y a la de su Luna. Pero es creado por el Sol con la posibilidad de otro destino, si trata de despertar. Es por eso por lo cual el Trabajo y todas las enseñanzas similares existen en la Tierra, para despertar al Hombre, quien solo está al servicio de la naturaleza mientras siga durmiendo, de modo que puede despertar y ponerse bajo influencias más inteligentes y por fin regresar a su fuente de origen. Éste es el doble aspecto del Hombre, y por ello el Hombre en el Trabajo esta dividido en Hombre dormido u Hombre mecánico, y Hombre que despierta o que ya ha despertado parcialmente o que está plenamente despierto, es decir, en Hombre consciente.

A continuación esbozaré brevemente las diferentes ideas que en este Trabajo derivan del primer gran diagrama cosmológico, el Rayo de Creación. Este diagrama se inicia en el Absoluto y desciende en etapas hasta las más minúsculas y menos desarrolladas partes del Universo, en escala descendente. Nuestro Rayo de Creación desciende hasta la Luna. Ahora relacionaremos este diagrama con la idea de las diferentes materias o energías en los diferentes niveles del Rayo. En este sistema se habla de la materia y de la energía como si fueran los diferentes aspectos de una sola cosa. Lo primero que es preciso entender a este respecto es que en lo alto del Rayo existe la materia sutil y en lo bajo del Rayo la materia más grosera o tosca. Esto les da la idea de diferentes materialidades que pertenecen a cada etapa de la creación. Como el proceso creativo sigue la Ley de Las Tres Fuerzas, y se manifiesta en sucesivas etapas con arreglo a la Ley de Siete o la Ley de la Octava, a medida que el poder creativo desciende, la materialidad de cada nivel de creación se vuelve más densa. Con el nivel más elevado, el Absoluto mismo, es preciso asociar la materia más fina y de este modo la mayor energía. La Luna en el fondo del Rayo, está asociada a la materia más grosera y de este modo con la menor energía libre. Hay materias que pertenecen al nivel del Absoluto, materias que pertenecen al nivel de la Galaxia Estelar, al nivel del Sol, al nivel de la Tierra y al nivel de la Luna. Una vez que se entiende que el Universo es una Escala Descendente de Creación, que se aleja cada vez más del Absoluto y, por así decir, a medida que se aleja, se hace más fría y densa, comprenderán algo de lo que quiere decir el Trabajo cuando se refiere a un punto en el Universo. Un punto aparece en el Universo cuando se encuentra una forma particular de materia, o llamémosla materia-energía. Visiblemente, comprendemos que la materialidad del Sol incandescente es más fina que la materialidad de las sillas y mesas en la Tierra —o por cierto la materialidad de la Tierra como sustancia— que no podría existir en el Sol. Si nos damos cuenta ahora de que el acto de la creación es una serie de condensaciones sucesivas no estaremos lejos de la verdad. Visto a esta luz, como Escala Descendente que procede del Absoluto, el Universo es una serie de energías o materia-energías. O, en suma, una serie de materialidades diferentes. En este sistema los diferentes puntos en el Universo o las diferentes materias se llaman Hidrógenos. Por el momento es preciso aceptar este término sin explicación alguna. El Universo es una serie de Hidrógenos o materias, que empiezan desde lo alto y descienden hasta lo bajo. Los «Hidrógenos» o materia-energías aumentan de densidad a medida que bajan. Se vuelven más groseras, más toscas, o más pesadas, por así decirlo.

Éste es un diagrama que muestra cómo el Universo deviene una serie de Materia-Energías. Primero, se toman cuatro puntos en el Rayo de Creación, Absoluto, Sol, Tierra y Luna. Están unidos por 3 octavas, y el resultado es llamado las 3 Octavas de Radiación. Las primeras 3 notas, Do, Si, La, forman la primera materia-energía o Hidrógeno, y así sucesivamente. Todo ello será explicado detalladamente en otro momento. Me propongo dar aquí una idea de lo que significan los Hidrógenos de modo que pueda proseguir exponiendo otros diagramas. Basta comprender el concepto de que esos Hidrógenos o Energías se forman en diferentes niveles del Rayo a medida que éste desciende. Ahora bien, los Hidrógenos se gradúan según una escala descendente, tal como se presentan en la última columna. Esto se debe a que en el Hombre solo están o pueden estar presentes ciertos Hidrógenos. El Hombre no tiene en sí todas las materias o energías que componen al Universo. No tiene, por ejemplo, la materia del Absoluto. La tercera Columna nos da los Hidrógenos que se encuentran en el Hombre, o más bien, que el Hombre tiene en él. Basta estudiar un rato este diagrama. Verán que el Universo en orden descendente se ha transformado en un Universo de energías de diferentes calidades y densidades que provienen de diferentes puntos en el Rayo de Creación. Los primeros cuatro Hidrógenos, 6, 12, 24 y 48 son Psíquicos. Es decir, las energías son «psicológicas». Son las energías con las cuales trabajan los centros en el Hombre. El quinto Hidrógeno —96— es llamado «Magnetismo Animal». El sexto —192— es llamado «aire». Luego viene el 384, «agua», el 768, «Alimento», después el 1556, que incluye sustancias como la madera, las fibras, el pasto, después el 3072, llamado minerales. Todos estos Hidrógenos se encuentran en el Hombre. Y porque el Hombre tiene esas materias en él, representa el cosmos (hasta cierto punto) en sí mismo. Es preciso observar que en cierto punto, esos Hidrógenos llegan a ser «visibles». Los Hidrógenos Psíquicos son «invisibles».

Apliquemos ahora esos Hidrógenos al Hombre, considerado como una Fábrica de tres pisos. Tres Alimentos entran en el Hombre, los que en términos de Hidrógenos son los Hidrógenos, 48, 192 y 768.

Figura 1. El Hombre es alimentado por el Universo desde tres puntos. Estos Hidrógenos son digeridos. Determinemos la Digestión de 768. La Digestión es Transformación. El Cuerpo transforma Hidrógenos inferiores en Hidrógenos superiores por la ley de octavas. En suma, el 768 es transformado en 384, etc., hasta que se llega al Hidrógeno 12.

Figura 2. Ahora bien, ya que explicamos todo en pocas palabras, no nos ocuparemos de la octava de aire y nos referiremos a la transformación de las Impresiones 48. Ésta no obra por sí misma salvo en cantidades reducidas. Sin embargo es la más importante octava de digestión en el Cuerpo.

Esta energía se detiene a menos que aparezca algo para digerirla. Si la octava se inicia forma Hidrógenos suplementarios en el Cuerpo.

Es preciso que se produzca el primer choque consciente, sin embargo, para que esto tenga lugar. Así:

Cuando un hombre trabaja sobre sí pone en acción la octava y crea nuevas energías en sí mismo. Esto tiene lugar cuando el Trabajo inicia en un hombre la creación de nuevas fuerzas. Solo deseo que entiendan la idea general. Todos los detalles serán dejados para más adelante.

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Uspenskiï Libro 1
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