Birdlip, 29 de mayo, 1941
Nota introductoria a los comentarios sobre las ideas de
trabajo
En la enseñanza de las ideas de este sistema de trabajo, es necesario presentar las ideas de trabajo en su forma pura, es decir, las ideas de trabajo deben ser presentadas exactamente como fueron enseñadas. Ésta es la tarea de quienquiera que haya recibido el permiso de enseñar el trabajo a los demás. De otra manera la gente empezaría a alterar un poco las ideas según su propio nivel de comprensión, de resultas de lo cual con el correr del tiempo llegarían a ser por completo diferentes, con arreglo a los prejuicios, y parcialidades de cada persona. En las charlas que se refieren al trabajo mismo, las ideas fueron dadas en su forma original. Pero el objeto de las ideas de trabajo es el de hacer que por medio de dichas ideas la gente piense por sí misma, pues ninguna de las ideas del trabajo puede apoderarse de una persona a menos que ésta empiece a pensar sobre ellas y trate de ver qué significan individualmente, y empiece a valorarlas y pensar acerca de la vida y su sentido y acerca de sí misma desde el punto de vista de estas ideas. Es preciso agregar aquí que nadie puede ser diferente de lo que es ahora a menos que empiece a pensar de una nueva manera. El trabajo sirve para hacernos pensar y despertar nuestras mentes individuales o lo que es llamado en este sistema el cochero en nosotros, el que en la mayoría de la gente está profundamente dormido y permanece así a lo largo de la vida a despecho de todos los disgustos y desastres, siendo una de las razones por la que el hombre prefiere vivir en el piso bajo de sí mismo, en la parte más baja de sí —en los centros del instinto y del movimiento— es decir, en la sensación, los apetitos y la actividad muscular. Ya que la primera finalidad de este trabajo es hacer que la gente piense por sí misma acerca de las ideas, lo que llamamos comentarios tienen su lugar en el trabajo.
Los comentarios son las reflexiones sobre el trabajo, los pensamientos individuales que surgen de él a través de la observación personal y de la aplicación práctica de las ideas de trabajo, de las ilustraciones adicionales. Esos comentarios constituyen, por lo tanto, un aspecto adicional del trabajo, pero son contribuciones personales al sistema general de ideas del trabajo y por consiguiente nunca deben ser tomados como si fueran la verdadera enseñanza del trabajo mismo o confundirlos con él, y pueden ser aceptados o no, según las preferencias individuales. La enseñanza de las ideas de trabajo es una cosa; los comentarios son otra cosa. La enseñanza de las ideas de trabajo es permanente. Los comentarios pertenecen a otro orden y por su naturaleza misma son más bien sugerencias, posibles extensiones, explicaciones, etc. Como cuerpo, los comentarios son meramente adicionales y pueden ser cambiados con arreglo a las circunstancias. Lo importante es ser capaz de reconocer qué es el trabajo mismo y qué es lo que pertenece meramente a los comentarios, tal como son denominados. A este respecto, ha de comprenderse que hay varias cosas en el trabajo, tal como se lo presentó hasta ahora, que son oscuras y necesitan algunos pensamientos adicionales, con el fin de hacer su significado más preciso. Pero dichos pensamientos adicionales no son otra cosa que comentarios. Son un material adicional, y nada más, y, como ya dije, pueden ser aceptados o no según el gusto individual. Si ayudan a comprender mejor el trabajo, son útiles, y si no lo hacen, no es preciso considerarlos como el trabajo mismo. Los comentarios sobre el trabajo caen bajo dos denominaciones. La primera es: comentarios que contienen ideas que no se encuentran definitivamente en el trabajo mismo. La segunda es: comentarios que son meras reflexiones adicionales y ejemplos que se refieren directamente a uno u otro aspecto del trabajo —tal como los comentarios sobre la observación de sí, el recuerdo de sí, y así sucesivamente—.