Birdlip, 9 de noviembre, 1941
El trabajo equivocado de los centros parte III
Las divisiones mecánicas de los centros tienen su propio trabajo y pueden trabajar correctamente sin atención alguna o con muy poca atención. Cuando usted camina, esta acción requiere muy poca atención, y solo de vez en cuando, y todos los movimientos complejos implicados en el acto de caminar son realizados exactamente por las divisiones mecánicas del centro motor. Lo prueba el hecho de que este trabajo es efectuado por las divisiones mecánicas del centro motor porque mientras camina sus manos pueden estar ocupadas en movimientos que requieren una dirección consciente —por ejemplo, atención— como sacar la punta de un lápiz o desenredar una cuerda, y así sucesivamente. Pero debido a que las partes mecánicas de los centros pueden trabajar con atención cero o con muy escasa atención u ocasionalmente, a menudo actúan de manera independiente, por ejemplo, un hombre se viste para asistir a una cena mientras reflexiona sobre un problema y eventualmente se encuentra, para gran sorpresa suya, metiéndose en la cama. Todos habrán observado ejemplos similares.
Ahora bien, toda la máquina humana está construida de tal modo que en un momento de urgente necesidad una parte puede hacer el trabajo de otra parte durante un tiempo. Esto se expresa, en este sistema, diciendo que los centros se sobreponen en cierto modo a su función. Y aunque a causa del sobreponerse de los centros en grado limitado la máquina humana pueda hacer frente a ciertas necesidades perentorias y es por lo tanto más capaz de ajuste, en realidad debido a dicho sobreponerse se dan ocasiones para el trabajo equivocado de los centros. Demos un ejemplo: sabemos que la respiración puede llevarse a cabo sin que nuestra atención sea necesaria. Aquí el centro motor, que contrae y relaja los músculos empleados en la respiración, es controlado por el centro instintivo, que calcula la condición de la sangre a cada momento y en consecuencia aumenta y disminuye el ritmo de la respiración. Pero no lo podemos observar directamente. No podemos observar el centro instintivo y su intrincada tarea de atender al trabajo interior de los órganos. Pero podemos observar el resultado de su trabajo, a saber, que después de correr nuestra respiración es más profunda o si tenemos fiebre respiramos más rápidamente y comprender que esto se debe a que el centro instintivo necesita más oxígeno, y así sucesivamente. Pero la respiración no es solo efectuada por el centro instintivo motor. Se produce un sobreponer del control porque podemos respirar deliberadamente, es decir, voluntariamente. Un hombre no puede contener voluntariamente la respiración más allá de cierto tiempo porque el centro instintivo se hará cargo de la respiración en cuanto empiece a perder el conocimiento. Pero un hombre puede interferir en su respiración y hacerla más lenta o más profunda. Esto es algo peligroso, pero hay momentos en que es muy importante y, de hecho, puede salvar la vida de un hombre. No obstante, si una persona trata de controlar su respiración sin comprender lo que está haciendo, y sin conocimiento, puede interferir en el trabajo normal del centro instintivo motor, que entonces se hace perezoso, y, por así decirlo, pasa parte del trabajo de la respiración a otro centro. Recuerdo que oí decir a G. más de una vez que las personas que esperan acrecentar sus poderes mediante el control de la respiración eran insensatas a menos que hubieran realizado un adiestramiento previo bajo un maestro y hubieran sido escogidas por él. Eran insensatas porque interferían con una función que, una vez mal encaminada por un tiempo, nunca trabajaría normalmente otra vez.
La cuestión del trabajo equivocado de los centros es un tema que exige un estudio de toda la vida a través de la observación de sí. Con el fin de entenderlo es preciso comprender su naturaleza, de otro modo se lo encara en una forma equivocada o se tiene una actitud equivocada hacia él. No es posible llegar a la comprensión de los centros y de su trabajo correcto y equivocado en un instante. Si se cree capaz de lograrlo, hará preguntas equivocadas y por cierto nunca asimilará nada sobre este particular. Reflexione un momento. Toda su vida está en función de los centros y es controlada por estos. Sus pensamientos, sus sentimientos, sus ideas, sus esperanzas, temores, amores, odios, sus acciones, sus sensaciones, sus placeres, sus satisfacciones, y así sucesivamente. Luego, ¿cómo espera comprender en tan poco tiempo todo cuanto se refiere al trabajo correcto y equivocado de los centros? Hacerlo equivale a tener la esperanza de comprender todo lo que se refiere a la vida después de asistir a una o dos conferencias que tratan de este tema. Todo lo que se ha dicho hasta ahora solo le puede dar una somera indicación de lo que significa e impulsarlo a empezar el estudio del tema, y a menos que lo estudie por la observación de sí, aun cuando asista a mil y una conferencias sobre dicho tema, no comprenderá ni una sola palabra.
Ahora presentaré la división de los otros centros de modo que se pueda disponer de un diagrama general, que les ayude a encaminarse y al cual puedan referir algunas de las observaciones que hagan sobre sí mismos y encontrar el lugar a qué pertenecen, porque esto ayuda a que uno se vea a sí mismo más claramente.
Dividiré ahora ciertos centros en divisiones positivas y negativas, ante todo, y luego llenaré, aquí y allá, solo algunas de las subdivisiones por el momento, dando definiciones aproximadas de sus funciones. Empecemos con el Centro Intelectual.
Nota.
Solo la Parte Motora del Centro Intelectual está indicada más detalladamente en este diagrama. Obsérvese aquí la diferencia entre la Parte Emocional y la Parte Motora del Centro Intelectual y la Parte Emocional del Centro Intelectual en su conjunto. Obsérvese lo que esto significa.
Como dijimos, en estos diagramas de los centros y sus divisiones solo se señalaron unas pocas partes para que sirvieran de guía a la observación de los centros y de su trabajo. Hace varios años formaba parte de nuestro trabajo observar las partes de los centros y recoger y comparar nuestras observaciones.
Todo lo que fue expuesto hasta ahora requiere un cuidadoso estudio. Porque es preciso registrar todo cuanto se ha dicho acerca de los centros y las partes tal como fue expuesto y luego reflexionar sobre lo que significa y lograr una idea individual del tema —porque esto nos pone en las partes superiores de los centros— y luego encontrar ejemplos y tratar de ubicarlos. Se ruega no hacer preguntas acerca de las partes de los centros que no fueron señaladas. Es siempre un signo de pensamiento negativo y de preguntas automáticas que son peores que las preguntas formatorias, como hacer preguntas sobre Asia cuando se da una conferencia sobre América o hacerlas sobre la excepción cuando se explica una regla.