LOS MAGOS DE BERFIL
Kelly Link
Kelly Link es una especialista en relatos cortos, que se han recogido en tres volúmenes: Stranger Things Happen, Magia para lectores y Pretty Monsters. También han aparecido en The Magazine of Fantasy & Science Fiction, Realms of Fantasy, Asimov's Science Fiction, Conjunctions y en antologías tales como The Dark, The Raery Reel y Best American Short Stories. Con su esposo, Gavin J. Grant, Link dirige Small Beer Press, y edita el fanzine Lady Churchill's Rosebud Wristlet. Su narrativa le ha ganado un NEA Literature Felloswship y varios premios, incluidos Hugo, Nébula, World Fantasy, Stoker, Liptree y Locus.
Un tema que suele surgir al hablar de historias de magos es éste: ¿Por qué los magos no dominan el mundo? Después de todo, se supone que están en contacto con inmensos poderes mágicos, y sin embargo, la mayoría de los reinos de fantasía aún parecen estar gobernados por reyes, duques y señores, mientras que los magos quedan relegados a simples consejeros, o si no están escondidos en alguna humilde torre, o choza, o cueva. ¿Por qué ninguno de esos supuestos magos apunta un poco más alto? ¿Dónde está su ambición? ¿Acaso no podrían entrar en una ciudad, lanzar unas cuantas bolas de fuego y declararse el mandamás?
Claro que muchos de ellos seguramente son más felices meditando sobre misterios arcanos, pero sin duda, algunos deben de interesarse por los asuntos locales, ¿no? ¿No pueden usar su poder para hacer algo de provecho? En El último unicornio, de Peter S. Beagle, Molly Grue reprende a Schmendrick, el mago: «Entonces, ¿para qué es la magia? ¿De qué sirve la hechicería, si ni siquiera puede salvar a un unicornio?». Respuesta: «Para eso están los héroes».
Pero ¿por qué? Nuestro siguiente relato, que apareció originalmente en la antología para jóvenes lectores Firebirds Rising, se construye sobre este enigma básico: ¿por qué esos malditos magos nunca mueven el culo y, para variar, hacen algo de verdad?