Great Amwell House, 25 de junio de 1949
Algunas notas sobre el trabajo práctico

Una de las primeras cosas que hemos de entender en el Trabajo sobre sí es que tenemos tres centros: —Intelectual, Emocional y Físico—. Estos tres centros no están en armonía. Observe por sí mismo que puede pensar una cosa, sentir otra y hacer otra. Lo que hace lo hace a través del Centro Motor. A no ser que comprenda que esta aparente contradicción pertenece a su composición, se hallará siempre en un atolladero. La próxima cosa que es necesario entender acerca de uno mismo es que no se es una sola persona sino muchos «Yoes» diferentes que habitan distintos centros. Usted tiene «Yoes» en el Centro Intelectual, «Yoes» en el Centro Emocional, «Yoes» en el Centro Motor y «Yoes» en el Centro Instintivo.

Quiero ahora hablarles otra vez acerca de los diferentes «Yoes» que hay en una persona. Algunos tienen «Yoes» que son muy peligrosos si les permiten hacerse cargo de sus personas. Por ejemplo, algunos tienen «Yoes» que los pueden enfermar si se identifican con ellos al aparecer en la rueda giratoria de su vida interior y al no haberlos observado ni tener el poder de separarse de ellos. Esos «Yoes» viven por lo general en la parte negativa de los centros, en especial en la parte negativa del Centro Emocional. Pueden suscitar en una persona la enfermedad, la debilidad, las lágrimas, la autocompasión. Una persona que se deja gobernar por tales «Yoes», que no realiza esfuerzo alguno por separarse de ellos, tenderá a ser una persona más bien patética. Pero de esta clase de pathos es posible separarse —no identificarse con él—.

La próxima cosa sobre la cual hablaré es la expresión de emociones desagradables, de emociones feas, en el sentido de las observaciones envenenadas. Esos «Yoes» son muy peligrosos para una persona que está en el Trabajo. Todos ustedes deberían aprender a conocerlos y a prevenirlos. A veces están muy alejados de una persona y otras están muy cerca y, por así decir, la rodean y tratan de extraerle la sangre —es decir, le extraen su fuerza—. Si cede internamente a esos «Yoes», siempre estará enferma. Muchas enfermedades y aún cosas peores son debidas a ellos si una persona se deja arrastrar por los «Yoes» equivocados que tiene en sí misma. Aquí hemos de ser fuertes, más conscientes y más inteligentes. Recuerden que en nosotros tenemos «Yoes» que tratan de destruir nuestra vida. La dificultad estriba en que casi todos se toman a sí mismos como si fueran una persona invariable y no pueden ver mediante la autoobservación que esa persona invariable que creemos ser es pura ficción y es llamada el Yo Imaginario. Si una persona no puede ante todo escindirse en tres centros y luego en muchos diferentes «Yoes» por medio de la observación de sí, le será imposible hacer este Trabajo. Ahora bien, ¿por qué es tan difícil?

  1. Porque pensamos ser siempre una sola persona —lo cual es el «Yo» Imaginario—.
  2. Porque nuestra vanidad, que pertenece a la Falsa Personalidad, siempre obra de tal manera que nos mantiene en la idea que somos una y la misma persona en todo momento.

¿No comprenden que decir, entender, observar y reconocer mediante la autoobservación que no se es una persona sino muchas es dar un importante paso en el Trabajo que nos puede conducir al establecimiento en nuestra persona de un autodesarrollo enteramente nuevo? Nos quejamos sombríamente de no haber actuado rectamente o hablado rectamente pero no vemos que ello se debe a que diferentes «Yoes» nos estaban usando en todo momento. Así regresaremos a la antigua parábola que compara al Hombre a una casa en desorden porque el Amo está ausente, y cualquiera de los sirvientes de la casa puede utilizar el teléfono en su nombre. Si usted identifica su sentimiento de Yo con todos esos diferentes y siempre cambiantes «Yoes» tendrá que justificarse muchas veces para mantener la ficción de ser un Yo permanente e inmutable. Digamos que ayer usted habló equivocadamente, se culpa a sí mismo. Sí, esto es justo en un sentido, pero ¿no ha observado que el «Yo» que habla equivocadamente está separado de lo que usted toma como su Yo? ¿No se da cuenta que es un «Yo» en usted que se hace cargo de su persona en cierto momento y no es realmente usted? —De otro modo tiene que justificarse con el fin de guardar ese «Yo» Imaginario—. Existe una cosa tal como el Yo Real, pero mientras siga tomando todos esos «Yoes» como usted mismo y no pueda separarse de ellos, usted se asemeja a un hombre que está en la calle y toma todo lo que ve como él mismo. Solo se alcanza el Yo Real separándose de todos esos «Yoes» que en usted dicen Yo, que no son realmente usted, pero que adquirió por imitación.

Así el Trabajo enseña a separarse ante todo de los «Yoes» negativos porque no son usted —son el resultado de haber imitado otras personas, lo que ha leído, lo que le han enseñado, y lo que ha imaginado acerca de sí mismo—. Todo esto da origen a muchos «Yoes» en su persona que no son realmente usted. Así el Trabajo dice «Esto no es Yo».

Cuando usted se deja dominar por la ira, cuando está en un estado negativo, cuando se siente lleno de autocompasión, tiene que crear el sentimiento y el poder de decir: «Esto no es Yo». Ha de tener la capacidad de entender y reconocer que su ira no es usted, que su depresión no es usted, que sus celos, su estado negativo, no son usted. Aquí está el núcleo del Trabajo para todos nosotros en la presente etapa. Actúo a veces para todos ustedes al decir: «¿Dónde está mi rabia?», alguien contesta: «Se fue al lavadero». Así digo: «¿Dónde está la profunda piedad que siento por mí mismo?», y se me responde: «Tenemos seis pero están todas en el lavadero».

Ahora bien, como es sabido, para definir el nivel en el cual estamos, nos dicen que nuestro ser está caracterizado por la multiplicidad —es decir, que carecemos en absoluto de ser real—. Solo tenemos muchos «Yoes» en nosotros y no tenemos verdadera unidad. Solo podemos crear la unidad en nosotros mismos separándonos de los diferentes «Yoes» y viendo que no son nosotros. El Trabajo pone especial énfasis en la clase de «Yoes» de los cuales hay que separarse y se refiere en especial a la emoción negativa en todas sus formas sutiles, tales como:

  • La depresión.
  • La desesperanza.
  • El sentimiento de no ser bueno.

¿No comprenden que esas emociones negativas son en realidad «Yoes» que quieren arrastrarlo? Por lo tanto desde ese punto de vista tenemos en nosotros el Cielo y el Infierno. Todo lo que tiene que ver con las emociones negativas tiene que ver con el Infierno. Pero todos los «Yoes» que desean trabajar en nosotros tienen que ver con el Cielo —es decir, con otro estado de nosotros mismos que nos lleva a conocer el Amo o Yo Real—. Las gentes se dejan devorar por las emociones negativas a todo lo largo del día, ya sea estando solas o en compañía de otros. Es lo mismo que tener un bote y no estar lejos de una isla, pero pasarse el tiempo diciendo: «No sé navegar en bote, siempre me mareo, la mar está gruesa. No distingo bien la isla», y luego, por así decir, estallar en lágrimas porque nadie nos enseña a navegar hacia la isla. Si este Trabajo le imparte instrucciones que le permitan navegar, que es la enseñanza del Trabajo, entonces verá que le es posible llegar a la isla. Por eso trate de trascender sus problemas, trate de trascender sus emociones negativas —trate, sobre todo, de recordarse a sí mismo—.

Finalmente, señalemos que cada acto de «no identificarse» nos ahorra energía y nos aísla de los efectos de la vida.

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Uspenskiï Libro 4
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