Great Amwell House, 25 de diciembre de 1948
Nota escrita en tiempo de navidad 1948
A todo lo largo de la historia conocida se realizaron varios intentos para despertar al Hombre al misterio de su existencia. Tan fuerte es, empero, el hombre externo, el hombre formado por el contacto con la vida externa por vía de los sentidos —en suma, la Personalidad adquirida— que esos intentos se volvieron inútiles con el tiempo y dejaron lugar a otras tentativas que tenían siempre el mismo propósito en vista. El Hombre dormido da por supuesta tanto su existencia como la del Universo. Esto lo mantiene esclavo del mundo externo, de la Naturaleza y sus leyes. Tal hombre, si por acaso piensa, cree que la Naturaleza se creó a sí misma de un modo u otro, en remotas edades —idea muy extraña si se reflexiona un poco sobre ella—. Ahora bien, como consecuencia de este gran poder de hipnotismo que ejerce la vida externa, la parte verdaderamente esencial del Hombre no puede desarrollarse. La Esencia, aunque no desarrollada, y de tantas maneras infantil, es el verdadero hombre o mujer, y no puede desarrollarse mientras la parte del Hombre vuelta hacia la vida la domina. Como se dijo, la gente da por supuesto este misterio de su existencia y del universo. Tan solo cuando comienzan a sentir y ponderar este misterio es cuando tienen la posibilidad de despertar del sueño. Esta capacidad se llama Centro Magnético. Si un hombre siente el misterio en todas las cosas, si siente que nada ha sido explicado, si puede ver que en el mundo hay influencias de vida, tales como las económicas, y distintas de las otras influencias, tales como los Evangelios, entonces ha empezado a alimentar, a nutrir, a hacer que crezca su lado interior esencial —esto es, su Esencia—. Los niños pequeños, como Esencia, preguntan. No tardan en darles respuestas que los detienen. Luego se forma la dura costra de la Personalidad. Cuando un hombre muere, su Personalidad se rompe, y si en ella hay lugares duros, lo hace con dolor. La Esencia regresa y vuelve a nacer. Si no hubo crecimiento de Esencia, del hombre interior, la vida será la misma porque, como es sabido, el ser atrae la vida. Basta cambiar la Esencia, y la vida ya no será la misma. Recuerde esto: su Personalidad no es usted. Lo que es realmente usted es lo que está detrás de la Personalidad. Pues, tras todas las manifestaciones de la Personalidad y en especial de la Falsa Personalidad, la cual no es en lo más mínimo usted, y es la causa de casi todo el sufrimiento inútil en la fábrica de dolor de este mundo, hay algo que es realmente usted. Éste es llamado el Yo Real. Por haber nacido en este planeta, tenemos que conquistar esta meta mediante la observación de sí, mediante el no identificarse. No nos fue dada. Mediante la muda, mediante el arrancarse, mediante el desnudarse de las capas exteriores de sí mismo que hasta ahora ha considerado como sí mismo, y empezando con la Falsa Personalidad que no trata de mantener sino una ficción de sí mismo, una distorsión, a menudo demasiado cara para mantenerla andando, y que es psicológicamente un despilfarro, entonces empezará a acercarse al Yo Real. Este traje interior se llama el Trabajo o la Vía o simplemente Esoterismo.