Great Amwell House, 22 de abril de 1950
Sobre el querer lo que se tiene que hacer
Las personas dicen muchas veces: «¿De qué trata el Trabajo? ¿Qué tendría que hacer?». Por lo general la respuesta es: «Tiene que darse a sí mismo el Primer Choque Consciente». Luego las personas dicen: «¿Qué es el Primer Choque Consciente, que según tengo entendido es el Recuerdo de Sí?». Y luego prosiguen muy naturalmente: ¿Qué es el Recuerdo de Sí? El Primer Choque Consciente en función del Diagrama significa que una persona tiene que dejar entrar el Carbono 12 para transformar las impresiones entrantes. Les he dicho a menudo que el Carbono 12 que debe intervenir entre las impresiones y las formas en que se toman mecánicamente es en realidad el Trabajo mismo. Como se dijo anteriormente, si se pudieran ver las impresiones entrantes antes que actuaran sobre nosotros mecánicamente, y se pusiera el Trabajo entre la recepción de ellas y la reacción mecánica, nos daríamos cuenta del significado del Recuerdo de Sí, que en realidad es Psicotransformismo.
Hoy les hablaré de un método de Recuerdo de Sí según la siguiente frase de Trabajo: «Intenten querer lo que tienen que hacer». Dije una vez a modo de comentario que cuando suena el teléfono no hay que dejar que se apodere de uno sino ir a él. Con esto quiero decir, quererlo. Querer lo que nos sucede produce un maravilloso efecto en nuestra relación con la Segunda Fuerza. Claro está, si uno va hacia el teléfono suspirando, rezongando y diciendo: «¿Por qué diablos tengo que hacerlo?». ¿No se dan cuenta acaso que hacen que la vida esté llena de Segunda Fuerza? Por otra parte, si se quiere lo que hay que hacer, por ejemplo fregar la despensa, como tuve que hacerlo en el Instituto, pelar papas, encender el fuego al amanecer, y todo lo demás —si, digamos, una persona lo quiere, entonces no hay ahí Segunda Fuerza—. Por lo tanto, si quiero lo que tengo que hacer, reduciré la Segunda Fuerza, pero si aborrezco lo que tengo que hacer acrecentaré tanto la Segunda Fuerza que me convertiré en un pelele.
Cuando era alumno del Dr. Jung en Zurich, éste me dijo un día: «Tengo que ir a la Universidad de Zurich para pronunciar una conferencia sobre psiquiatría (era profesor allí) refiriéndome a los factores psicológicos en la demencia». (Éste era el comienzo de lo que luego se llamó psicoanálisis). Luego de haber charlado un largo rato en su villa, se levantó y dijo: «Vamos, Nicoll, tengo que pronunciar esta noche una conferencia en la Universidad. Desde luego, no servirá de nada. Nadie creerá una palabra de lo que voy a decir. Vamos, Nicoll, cumplamos con nuestro deber». Ahora bien, les hago una pregunta, ¿no era esto querer lo que tenía que hacer? Cuántos, al tener que hacer un trabajo, dicen: «Pues bien, tengo que hacer mi trabajo; cumplamos con nuestro deber». Ésta es una forma de Recuerdo de Sí, tomar la vida desde el punto de vista de siempre enfrentarse contra la Segunda Fuerza, en cuyo caso se puede hacerlo muy fácilmente y no se sufre después.
Ahora bien, es todo lo que tenía que decir acerca de este aspecto del Recuerdo de Sí —a saber, tomar las impresiones más conscientemente— de hecho, transformarlas queriendo lo que sucede. En cuanto a mí, descubrí que tengo que querer que estoy envejeciendo —esto es, tengo que querer que no puedo levantar pesos, construir, cavar, etc., y en lugar de oponerme a todo ello, tengo que querer el hecho de que no puedo hacer todas esas cosas—.
Hablaba a algunas personas acerca de la idea de querer lo que nos sucede, y una persona dijo: «¿No cree usted que esto se aplica a las tareas nimias, querer lavar los platos, encender la estufa?». Por ejemplo, si ustedes tienen hijos, tienen que querer su existencia. Supongamos que un hombre no tiene dinero, tendrá que querer el hecho de que es pobre. Les daré otro ejemplo. Digamos que está estornudando —intente querer estornudar—. Éste es un tema que se presta a la discusión. Se realizaron algunos experimentos acerca del poder de bostezar como imitación del Centro Motor. Se dijo a los presentes que tratasen de bostezar imitando a los primeros que habían bostezado, y nadie bostezó. Si se hace una cosa con más conciencia, tiene menos poder para trastornarnos. Por eso nos dicen en el Trabajo que hemos de tener una actitud más consciente hacia la totalidad de nuestra vida —querer lo que es inevitable—.
Este Trabajo es llamado Psico-transformismo. ¿Qué significa el Psico-transformismo? Significa una transformación psicológica. ¿Qué significa psicología? Significa de qué modo se comporta usted psicológicamente. Sí, pero ¿qué significa «psicología»? Digamos que usted aborrece a un hombre, a una mujer: esto es psicológico. Digamos que a usted le gusta un hombre o una mujer: esto pertenece a su lado psicológico. ¿Es cierto? Ahora ¿hace la distinción entre su cuerpo físico y su cuerpo psicológico? Ahora bien, si su cuerpo psicológico se basa en el infierno —es decir, en la envidia, el aborrecimiento, la malevolencia, etc.— luego éste es el lugar donde usted está, cualquiera sea el sitio donde esté su cuerpo físico.
Entendemos así que las impresiones entrantes se pueden transformar. Nuestro querido amigo, sea hombre o mujer, es una impresión. De qué modo se reacciona a esa impresión entrante es cosa nuestra.