Great Amwell House, 14 de noviembre de 1948
Notas sobre las diferentes cualidades de la conciencia
IDEA-TRABAJO
El Trabajo nos enseña que tenemos cuatro estados de conciencia, dos que conocemos y dos que ignoramos.
COMENTARIO
La persona que solo piensa en sí misma es la que está más dormida en el Trabajo. Cuando estamos identificados con la Falsa Personalidad es el momento en que más dormidos estamos. Para estar despierto no hay que tener Falsa Personalidad. Aquéllos de ustedes que han tenido momentos, por más breves que fueran, en que estaban relativamente libres de la Falsa Personalidad, ya conocen que a este respecto existe la posibilidad de lograr un definido nuevo estado de sí. Hemos de afirmar en nosotros mismos cada experiencia definida y registrar a solas su validez —de otro modo el Trabajo no está estructurado dentro de nosotros. Se convierte el Trabajo en una cosa informe y no vertebrada dentro de sí si no se comprende ni aprueba una sola parte de lo que enseña por medio de la propia experiencia práctica y si no se persiste en su veracidad—. Será lo que Gurdjieff llamaba una persona débil. Ahora bien, a veces le es dado a un hombre estar libre de la Falsa Personalidad en momentos de tensión, de guerra o de enfermedad. Entonces sabe o debería saber que otro estado de sí está a su disposición. Lo ha visto por sí mismo. Conociéndolo, afirmándoselo a sí mismo en profundidad, verifica el Trabajo. Así hace que el Trabajo sea real para sí mismo —es decir, que lo ayude, le transmita fuerza—. Empieza por calmarlo, por ensancharlo, primer resultado de gran importancia. Pero si un hombre discute en su fuero interno las palabras utilizadas en el Trabajo, o, aun peor, nunca piensa realmente en ellas, ¿cómo puede éste ponerse en conexión con él? Tal como lo dijera Gurdjieff: «No presten atención a las palabras —traten de oír internamente el significado—».
Una de las razones por las cuales no establecemos el Trabajo en nosotros mismos es que solo pensamos en nuestra persona —sí, en todo momento—. Ésta es la Consideración Interna. La Falsa Personalidad solo se preocupa por sí misma y la fascina siempre la manera de ser tratada. Cuando estamos identificados con ella es el momento en que estamos más dormidos. No cuesta ver el porqué. Todas las emociones se convierten en Falsa Personalidad. Ahora bien, pensar el Trabajo significa abandonar la Falsa Personalidad. Pero la Falsa Personalidad aborrece el Trabajo, porque éste con el tiempo terminará por destruirla. Todo acto de Recuerdo de Sí debilita la Falsa Personalidad. En el tercer nivel de conciencia la Falsa Personalidad no puede respirar —no puede existir—. Vive en el segundo nivel de conciencia —el así llamado Estado de Vigilia—.
Así nos dicen que nuestro actual nivel de conciencia no puede cambiar. Somos arrastrados por la vida —por la adulación, por las encantadoras sonrisas falsas, por los afeites y las maneras convencionales, por forjarnos imágenes de nosotros mismos y todo lo demás—. Enumerar otra vez todo lo que pertenece a la Falsa Personalidad y sus infinitas manifestaciones es una tarea excesivamente tediosa. Hasta la dama más inocua, que vive con su perrito, está tan llena de Falsa Personalidad como el magnifico ejemplar de hombre siempre bien vestido, cuyo retrato se ve en todos los periódicos. Sí —¿pero qué es usted tras todas sus buenas maneras y su imagen?—. Es a este nivel más hondo hacia el cual el Trabajo dirige la atención.
Ahora bien, en el así llamado Estado de Vigilia, en el cual vivimos —esto es, en el segundo estado de conciencia— toda clase de mentiras son tomadas como verdades. Sin embargo nacimos con la capacidad de vivir en el tercer estado de conciencia, donde las mentiras son imposibles —por ser tan obvias— que ninguna persona puede engañar a otra. Por eso, en esta breve nota, oiremos nuevamente lo que dice Gurdjieff acerca de esos estados de conciencia posibles al Hombre, comprendiendo claramente que un estado superior de conciencia se caracteriza por el hecho de tener conciencia de más cosas, de modo que se está más despierto y así es más difícil ser engañado. Ser más consciente, llegar a estar más despierto, significa que se goza de más luz, y así se percibe más, mental y emocionalmente. Basta reparar en lo que dice Gurdjieff a continuación: hemos nacido dotados del derecho de vivir en el tercer estado de conciencia. El Hombre puede conocer cuatro estados de conciencia. El primero, el estado de Sueño con Ensueños, el segundo el denominado Estado de Vigilia, el tercero Estado de Recuerdo de Sí, y el cuarto, Conciencia Objetiva. Solo los dos estados superiores pueden comunicarse con los dos Centros Superiores de los cuales provienen las Emociones Positivas.
Citemos ahora las palabras de Gurdjieff acerca de los estados de conciencia: «Los dos estados superiores de conciencia son inaccesibles al Hombre, y aunque tenga destellos de esos estados, es incapaz de comprenderlos desde el punto de vista de los estados en los que acostumbra hallarse. Los dos estados acostumbrados, esto es, los dos estados inferiores de conciencia, son primero, el sueño, que es un estado pasivo en el cual el Hombre pasa la tercera parte, y muy a menudo la mitad de su vida, y luego el estado en el cual los hombres pasan la otra parte de su vida, en el que andan por las calles, escriben libros, se refieren a temas importantes, intervienen en política, se matan unos a otros, que consideran un estado de actividad, y lo llaman “conciencia clara” o “estado de conciencia despierta”».
«El tercer estado de conciencia es el “Recordarse a Sí” o Conciencia de Sí, o Percepción de Sí. Por lo general creemos tener ese estado de conciencia, o poder tenerlo si así lo deseamos. Nuestra ciencia y filosofía han pasado por alto el hecho que no poseemos este estado de conciencia y que no podemos crearlo en nosotros por el solo deseo o decisión».
«El cuarto estado de conciencia es llamado el Estado de Conciencia Objetiva. En este estado un hombre puede ver las cosas tal como son. El Hombre suele tener destellos de este estado de conciencia. En las religiones de todas las naciones, hay indicios de la posibilidad de un estado de conciencia de esta clase que es llamado “Iluminación” y también con varios otros nombres, pero que no puede describirse con palabras. Pero el único Camino Recto a la Conciencia Objetiva pasa a través del desarrollo de la Conciencia de Sí».
«Si un hombre ordinario es artificialmente llevado al estado de Conciencia Objetiva y luego devuelto a su estado normal, no recordará nada, y luego pensará que había perdido la conciencia por un instante. Pero en el estado de conciencia de sí un hombre puede tener destellos de Conciencia Objetiva y recordarlos. El Cuarto Estado de Conciencia en el Hombre significa un estado completamente diferente de ser y es el resultado del crecimiento interior y de un prolongado y difícil trabajo sobre sí».
«Pero el Tercer Estado de Conciencia constituye el derecho natural del Hombre tal como es, y si un hombre no lo posee, se debe únicamente a las condiciones equivocadas de su vida. Al presente, este Tercer Estado solo sobreviene al Hombre en la forma de muy raros destellos y únicamente por medio de un adiestramiento especial puede llegar a ser más o menos permanente en él».
«Para la mayoría de la gente, hasta para las personas instruidas y los pensadores, el principal obstáculo que se opone a la adquisición de la “conciencia de sí” estriba en el hecho que creen poseerlo —que pueden “hacer”, que tienen “voluntad”, y un “Yo” permanente e inmutable. Es evidente que un hombre no se interesará si se le dice que puede adquirir por un largo y arduo trabajo algo que según su parecer ya posee. Por lo contrario, creerá que la persona que se lo dice está loca o que quiere engañarlo con la idea de lograr un beneficio personal».
«Los dos estados superiores de conciencia están en conexión con el funcionamiento de los dos “Centros Superiores” en el Hombre».