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Si te encuentro gritaré a viva voz,
que prefiero verte que ganar la guerra.
A la sombra de la sierra {La Raíz}
Tú vienes de un lugar cálido,
aunque te haya dolido,
caerte de esa palmera.
Yo,
sin embargo,
vengo del puro hielo de una copa de bourbon que abandonaron en una barra, antes de vomitar las anteriores.
Por eso te digo,
derretir un iceberg con la piel también es jugar con fuego.
Ten cuidado,
para cuando lo necesite.
Sé muy bien que comparto
tu barba con otras chicas
que saben cuánto mido,
y no hasta dónde llegarías por mí.
Que eres un salado,
aunque te pases de empalagoso.
Que Madrid es un gamberro al que dejas quedarse a dormir.
Que todos están invitados.
Sé muy bien que eres libre
y libre te quiero
porque te quiero.
Sabes muy bien que en mi espacio no hay estrellas
tampoco puertas o atajos.
Hay muros que levanté con cemento
para que ni siquiera tú pudieses pasar.
Que iría a buscarte a Groenlandia,
pero no te cogería el teléfono.
Que llevo muy mal eso de que lleven bien quedarse a dormir.
Que a veces soy tan egoísta que se me escapa mi propio nombre en la cama.
Que desprendo esa ternura de niñata que denota que me importas al enfadarme,
pero nunca te lo diría.
Como sabes también
que me salen tulipanes por los ojos cuando abres esa boca.
Fíjate si es bonito lo que dices,
que ignoro que lo acabes con un “nena”.
Que si me vuelves a meter mano,
me la voy a llevar a casa para jugar con ella cuando quiera.
Que una ducha sin ti es una guarrada.
Que si me quedo,
aunque sea lejos,
es para que alguna vez me eches de menos.
Aquí hemos venido a jugar,
y gana el que aprenda a perder.