espejos.
Y me miro en el espejo despacito
Búscome {Bebe}
Me he comprado dos espejos
y un vestido corto para que se me vea el corazón.
Los he sacado de su caja y me he puesto el vestido entre los espejos, ya éramos tres.
Una me mira de frente, otra me clava los ojos en la espalda.
Las tres dicen lo mismo:
hormiga miserable,
te has dejado pegar venéreas haciendo el amor con los libros.
Comes mal,
tus huesos son polvo.
Gilipollas.
Traidora.
Esta no eres tú.
Te atravesaste los pezones
y luego dijiste que te dolía la garganta,
como si nada,
como si la sangre fuese jugo de sandía.
Estúpida,
te pusiste de todo y te quitaste importancia.
Has sido amante de quien no te ha amado
y has golpeado a tus amantes.
Seguirás viva para ver a tu asesino y llorar a tus víctimas.
Mira tus muñecas,
cómo pretendías acabar con un dolor tan grande
desde un sitio tan pequeño,
tan transparente.
Me he comprado dos espejos de mierda en Ikea
para decirme todo lo que me dirías.
Para romperlo y atravesarme el tórax con alguno de los cristales
o para increparme:
“Mujer, que eres una mujer.
Hoy tiene que morir la niña”.