la extinción.
No me da miedo el fuego pero temo al dragón.
Escandar Algeet
Despertar es el primer escalón.
La noche desaparece.
Cuando uno despierta la noche no existe.
Existen,
en cambio,
el zumo de naranjas o las palmeras de chocolate.
Existen tus pies.
Existiré con ellos hasta que no existan.
Si existe la idea del proyecto,
haz que existe el proyecto.
Una vez que este exista,
verás que los inconvenientes nunca existieron.
Existen mis manos y tantas texturas.
Cuantas más conozca más sabré que sus manos no existen.
Nunca existieron.
Existen los coches y los trenes y los barcos y los aviones.
Existen motos y bicicletas.
Patines.
¡Existen las piernas!
Qué bien que existan las piernas. Que tengamos dos piernas.
Cuanto más salte con ellas más sabré que los muros no existen,
dejan de existir,
nunca existieron.
Entonces existe la victoria.
¡Existe!
Sólo existen las ciudades que no has visto,
las que has visto han cambiado,
son otras.
Existe ese chico al que puedo llevar a las ciudades que no existen,
para que sepa que lo hacen,
de otra forma,
otro nuevo.
Existe la música.
Casi todas las canciones que existen,
existen de verdad.
Y las que no existen las están existiendo.
Existen los libros de la mesilla
y en los de la estantería existe la posibilidad de que alguien aprende algo.
El sexo insiste.
El sexo sólo no existe cuando no se hace,
como el amor.
El amor tan simple.
Existe allí donde el que quiero lo hace como quiere.
El desamor,
en cambio,
no existe.
El desamor es amor que ya no existe.
Existen tantas cosas que algo siempre me hace dudar de las ganas,
pero, ay,
las ganas.
Las ganas son mi peligro de extinción.