oye, ¿no tienes nada de sueño?
Hay un lugar justo al norte del mundo donde una vez fui feliz.
Todas las aves del sur {Fabián}
Han cerrado la tienda de caramelos del final de la calle vieja, cuando uno descubre algo tan bueno, y tan desconocido, no puede evitar creer que nunca ha estado abierto del todo. Haciéndose descubridor de esto lo esconde, lo preserva para su intimidad y tras este voto de silencio: lo hunde.
Han cerrado mi tienda de caramelos, no lo he visto yo. Me lo ha contado Pilar, que pasaba por allí. Se habrá muerto porque hacía tiempo que no iba a verla, seguro. Ha tenido que ser eso.
Jamás podré llevarte a mi tienda de caramelos, he pensado de inmediato. El amor debe ser esto: no haberte llevado antes a mi tienda de caramelos. Tal vez, si lo hubiese hecho, de inmediato me hubiese lamentado de no volver a probar esos caramelos. Y para entonces ya me habrías dado igual. La abuela de Caperucita nunca compraba caramelos.
Yo sólo querría el caramelo que no volveré a tener.
Y tú el que no habías tenido nunca.
Pero esto ya no ocurrirá, porque han cerrado la tienda de caramelos del final de la calle vieja. No lo he visto yo, me lo ha contado Pilar. Que pasaba por allí como si nada. Yo estaba distraída pensando en cómo cierras los ojos. Es que cierras los ojos tan bonito... Una no puede evitar pensar que nunca han estado abiertos del todo. Haciéndome descubridora de esto te escondo, te preservo para mi intimidad y tras este voto de silencio: te hundo.