III. Arruga
III
Arruga
«La ciudad, con menos de mil habitantes de población permanente, estaba tan llena de vileza que la mismísima atmósfera parecía impregnada con el olor de la abominación; el crimen campaba a sus anchas; la ebriedad, era la regla; el juego, pasatiempo universal; las peleas, mero entretenimiento».
J. W. BUEL