53. Tercera amenaza
Ese domingo 16 de agosto estaba escribiendo cuando a las 00 horas sonó el teléfono. Temeroso de contestar, dejé actuar a la máquina contestadora. Entonces una mujer, que pretendía estar drogada o borracha, dejó una amenaza de muerte.
Te vas a arrepentir, hijo de puta.
Tus hijas son unas putas.
¿No lo sabías? ¿Lo quieres comprobar?
Las puedes encontrar en el metro Talismán.
¿Y tú? Tú vas a morirte muy pronto.
Hasta pronto.
Por el identificador de llamadas supe que la llamada telefónica se había hecho desde el Hotel Acuario, Calle Poniente 112 Número 100, Colonia Panamericana.
Al día siguiente el general Pedro Huerta me entregó la lista de las personas registradas en dicho hotel: María de la Luz García, Mery López, Beatriz Salgado, Luis Prado, Víctor Reyes, Brígida Nogueiras, Manuel Ojeda, Juan Hernández, Armando Ruiz, José Luis Morales, Enriqueta Cruz y Susana Jumeli, Pepe Islas, Ángel Pérez y Ricardo Reyes Ruiz. Este último, que había llegado al hotel el 11 de julio acompañado de Guadalupe Guadarrama, una semana después trajo a su cuarto a otra mujer. Aunque más joven y bastante diferente de facciones, la había registrado con el nombre de la anterior. Una pareja de lesbianas, Consuelo y Manuela, y dos profesores de la Universidad Autónoma de Puebla, que andaban de escapada ese fin de semana, también estaban anotados.
“Aunque la mujer pretendía estar borracha o drogada, el mensaje fue escrito por profesionales de la intimidación”, le dije al general.
“El error deliberado es que se mencione a sus hijas, cuando se sabe que ellas residen en el extranjero y ni siquiera tendrán idea dónde se halla el metro Talismán”, replicó él.
“Aparte de los insultos, la primera y las últimas líneas son preocupantes, pues en ellas se expresa la agresión. Después de oír repetidamente el mensaje, estoy seguro de que la mujer no estaba borracha y de que las palabras fueron bien escogidas. Los principales sospechosos son los guaruras. Ellos son los únicos que estaban enterados de la posible visita de mis hijas a México. Ellos, y nadie más.”
“¿Cómo iban ellos a saberlo, si desde hace una semana no acuden a su casa ni se aparecen en el domicilio de seguridad?”
“Cuando me comuniqué al Cisen preguntando por ellos, si habían sido comisionados en otro asunto o qué, una secretaria me dijo que allí no conocían ni a Mauro Mendoza ni a Peter Peralta. Así que mientras son peras o son perones, he cancelado el viaje a México de las hijas.”