MINÍADA

INTRODUCCIÓN

1. Título, autor y época

El título de Miníada no ha sido explicado satisfactoriamente hasta el momento. Sería «el poema de los Minias», esto es, de los habitantes de Orcómeno, y por esa razón Welcker[1] pensó que se trataría de la derrota de Heracles ante los orcomenios. Huxley[2] niega que la obra tratara de este tema, pero admite que debía tratarse de un poema nacional de los orcomenios. La principal razón para que no se encuentre explicación del título consiste en que todos los fragmentos conservados aluden a personajes y escenas en el Hades, paralelos a los del descenso de Ulises a los infiernos en la Odisea, e ignoramos si es que todo el poema o la mayor parte del mismo transcurría en el Hades o es pura casualidad que se hayan conservado sólo fragmentos de una parte que en el poema no sería la más extensa.

Idéntica inseguridad rodea la fecha de composición y el autor de la obra. Pausanias lo atribuye con dudas (fr. 4) a Pródico de Focea, mientras Huxley[3] piensa que, si se trata del poema épico nacional de los orcomenios, el candidato más verosímil para ser su autor es el orcomenio Quersias. Sobre la fecha de composición sólo podemos asegurar que, dado que Polignoto se ha basado en la Miníada para algunas pinturas, el poema tiene que ser anterior a mediados del siglo V, aunque no muy anterior, como traicionan los rasgos linguísticos recientes que en él se hallan y la modernidad en el tratamiento de algunas leyendas.

2. Teseo

Papel fundamental en la obra o, al menos, en los fragmentos conservados, lo desempeña Teseo, el hijo de Egeo, que es el protagonista del descenso a los infiernos en compañía de Pirítoo, el rey de los lápitas. Teseo es un héroe ático, cuya tipología es muy similar a la de Heracles. Como él, derrota bandidos como Perifetes, Pitocamptes y Procrustes o monstruos como el Toro de Maratón y el Minotauro; como él, usa clava, desciende a los infiernos y es conocido por sus excesos sexuales. En su leyenda abundan los detalles propios del cuento popular: por dar un ejemplo, el episodio del Minotauro, en el que aparece el tema del tributo de siete jóvenes y siete doncellas a Minos, para encerrarlos en el Laberinto, y el triunfo sobre el monstruo merced a la traición de la hija de Minos, Ariadna, que le da un ovillo para que pueda hallar la salida del laberinto. Este tema de la princesa que traiciona a su padre por amor al extranjero y le da la solución para una situación sin salida, está muy extendido en las leyendas griegas[4].

Junto a estos temas y también como en el caso de Heracles, se le atribuyen logros propios de los héroes de civilización, como es el hecho histórico de la unificación del Ática.

Existen testimonios[5] de que sobre Teseo existía una extensa producción épica en el Ática hacia finales del siglo VI, aunque se han perdido los nombres de su autor o autores y casi todo vestigio de los poemas[6].

3. Análisis de los fragmentos

Ignoramos, como he indicado ya, la temática de la Miníada, y todos los fragmentos conservados se agrupan en torno a un solo episodio, el descenso de Teseo al Hades acompañando a Pirítoo, que intenta sacar de allí a Perséfone para hacerla su esposa. Al principio de su recorrido, al llegar ambos al lugar en el que debía hallarse la barca de Caronte, no la encuentran allí (fr. 1). Es de señalar que Caronte, el barquero que cruza a las almas hacia su residencia de ultratumba, no es un mito conocido por Homero, sino posterior.

En el poema se contendría una descripción de los horrores del Hades, sobre la cual tenemos en primer lugar una información negativa: la Miníada no mencionaba a Eurínomo (fr. 2), así como referencias a una serie de personajes con los que Teseo y Pirítoo se encontraban en su paso por las regiones infernales. Es el caso de Anfión (fr. 3), esposo de Níobe y músico prodigioso, castigado por las calumnias acerca de Leto. Las tales calumnias consistieron en que Níobe presumió ante Leto de ser más fecunda que la diosa, lo que le acarreó el castigo de perder todos sus hijos, asaeteados por Apolo y Ártemis, hijos de Leto. Este tema del castigo divino contra la jactancia aparecía también en la Miníada ejemplificado en otro habitante del Hades, Támiris (fr. 4). La leyenda de este bardo tracio es conocida por Homero[7] que en el «Catálogo de las Naves», aludiendo a Dorio, ciudad del Peloponeso occidental, nos cuenta:

donde las Musas le salieron al encuentro a Támiris el tracio y le hicieron cesar en su canto cuando iba desde Ecalia, de casa del ecalio Eurito. Pues afirmaba, jactándose, que vencería incluso si cantaran las propias Musas, las hijas de Zeus egidífero. Ellas, irritadas, lo dejaron lisiado. Además, lo privaron del canto divino y le hicieron olvidarse del arte de tañer la cítara.

Otro personaje con el que se encuentran es con Meleagro, rey de Calidón (fr. 5), participante en la expedición de los Argonautas y en la cacería del mítico jabalí enviado por Ártemis a Calidón en venganza por el olvido de un sacrificio. Su muerte tuvo lugar en un combate contra los Curetes. Precisamente un texto papiráceo nos ha devuelto el fragmento de las Eeas de Hesíodo al que se alude en el fr. 5[8] y que menciona la muerte de Meleagro:

Ninguno de los héroes se atrevió a resistir de cara en el combate homicida, lamentable, al ver al fuerte Meleagro cuando se lanzaba de frente a combatir, sino que sucumbió por obra de las manos y los dardos de Apolo, combatiendo a los Curetes en torno a la excelsa Pleurón.

El fr. 6, también papiráceo, nos presenta una conversación entre Meleagro y Teseo en el Hades, que es verosímil que perteneciera a la Miníada, aunque también podría pertenecer a una obra hesiódica sobre el tema[9]. Probablemente a instancias de Pirítoo, Meleagro cuenta en los primeros versos su muerte y pregunta la razón de la presencia allí de ambos héroes. Teseo, que parece tener la iniciativa de la expedición, toma la palabra y le cuenta la pretensión de Pirítoo, quien, basándose en la costumbre divina de casar con una hermana, se considera con más derecho a desposar a Perséfone, su hermana, que Hades, que es tío paterno de ésta.

Meleagro se aterra ante el intento y trata de disuadirlos, al parecer recordándole a Pirítoo que ya estaba casado. Por lo que sabemos, sin embargo, Pirítoo y Teseo no hacen caso de sus consejos.

El fr. 7 es muy poco claro. Falta precisamente lo que dicen de Orión Hesíodo y el autor de la Miníada. Se ha pretendido cubrir el hueco de formas diferentes: bien leer «fue picado por un escorpión» o «murió a manos de Ártemis[10]». Orión es un héroe beocio, que aparece también en la visita de Ulises a los infiernos, narrada en la Odisea[11]:

Vi después al gigantesco Orión, persiguiendo por el prado de asfódelos a las fieras a las que él mismo había matado en los solitarios montes, llevando en sus manos una clava toda de bronce, indestructible por siempre.

Las leyendas de Orión son oscuras y tardías y hay entre ellas toda suerte de variantes[12] por lo que ignoramos cuál podría ser el contenido de la alusión a este personaje en la Miníada.

En cuanto al final de la aventura de Teseo y Pirítoo posiblemente era el que pintó Polignoto y describe Pausanias en el fr. 8, esto es, que ambos quedaron sentados en tronos de los que no podían moverse. Pausanias no dice que el pintor lo hubiese tomado de este poema, pero es lo más verosímil y es esta la razón de incluirlo aquí. Es asimismo probable que Teseo lograra salvarse al final en el poema.

4. Bibliografía

Edición: KINKEL, Epicorum…, págs. 215-217.

Estudios: W. ALY, s.v. Prodikos, en PAULY-WISSOWA, R.E.; SEVERYNS, Cycle…, págs. 183-188; HUXLEY, Greek epic…, págs. 118-121; R. MERKELBACH, «Peiríthou Katábasis», Stud. It. Fil. Clas. N.S. 24 (1950), 255-263.

5. Texto seguido para nuestra traducción

Fragmentos 1-5, según KINKEL, Epicorum…, págs. 215-217, 6=fr. 280 de Hesíodo en la edición de MERKELBACH y WEST, con adiciones del aparato crítico y otras procedentes del artículo de MERKELBACH en Stud. It. Fil. Clas. N.S. 24 (1950), 255-263. 7=6 de KINKEL, pero corregido según fr. 345 de HESÍODO, ed. MERKELBACH y WEST, y 8=Pausanias, X 29, 9.

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