ASIO
INTRODUCCIÓN
1. El autor y su época
De acuerdo con los datos aportados por los fragmentos, Asio fue un poeta de Samos, hijo de Anfiptólemo (fr. 1, 7). Su obra fue amplia y variada. Conocemos, de un lado, varios fragmentos que aluden a uno o más poemas hexamétricos, cuyo título nadie menciona, pero que se organizaban en forma de genealogía, al modo de los de Hesíodo, Eumelo y Cinetón, y que abarcaban temas de diversos ciclos y regiones. De otro, se nos ha conservado un fragmento de un poema sobre el lujo de los samios en la procesión de Hera (fr. 13). Por último, se nos ha transmitido también un fragmento elegíaco que, dada la naturaleza de esta recopilación, no incluimos aquí[1].
Se trata, pues, de una personalidad curiosa por hallarse en la transición entre los últimos épicos y el desarrollo de la elegía jonia. Este carácter transicional se expresa también en su obra. Si bien formalmente Asio se nos muestra semejante a Hesíodo en su utilización de una fraseología épica tradicional, en el contenido es innovador, casi revolucionario, a menudo tendencioso, en sus versiones del mito que frecuentemente se apartan de los puntos de vista tradicionales. El poeta siente preferencia por leyendas locales concretas de Beocia y el Peloponeso, lo que lleva a Huxley[2] a suponer que viajó por estas regiones, y se opone vigorosamente a las versiones mitológicas corintias, especialmente las expresadas por Eumelo.
Tema debatido es el de la datación de Asio. La opinión más extendida lo sitúa a comienzos del siglo VI[3] y una cita de Ateneo[4] según aquél antiguo poeta samio, Asio, elimina una fecha reciente, pero es poco explícita. No obstante, se ha querido llevar su datación a una época más antigua basándose en los trajes descritos por el poeta en el fr. 13. Por el contrario, se ha pretendido ver en este mismo fragmento un tono burlesco, emparentado con el de la comedia ática del siglo V, así como rasgos de lenguaje tardíos, lo que ha llevado a algunos a negar que el autor de estos hexámetros fuera el Asio de las genealogías (suponiendo que se trataba de otro autor del mismo nombre), o bien a situar a un solo Asio en el siglo V a. C. La datación en el siglo VI a. C. ha si do vigorosamente defendida en época reciente por Huxley[5]. Así, el interés de Asió por determinados temas en perjuicio de otros coincide con las tensiones políticas del momento. En cuanto a los rasgos linguísticos recientes, han podido penetrar en el texto en el curso de su transmisión. Por último, señala que el tono cómico no es índice de época tardía, porque se da ya en el Margites que, fuera de duda, es anterior al siglo VI a. C. La mayor antigüedad de los vestidos se explica asimismo por el hecho de que el fragmento sería una humorística visión retrospectiva de modas anticuadas y ya en desuso, y que no correspondían a la época contemporánea del autor.
2. Los fragmentos
Como en el caso de Cinetón, renunciamos a todo intento de reconstruir un esquema argumental para una obra de esta índole y nos limitamos a glosar los fragmentos.
El fr. 1 se ocupa de la leyenda de Antíopa, tema éste polémico por las rivalidades que oponían a Tebas, Sición y algunos lugares de Beocia, y que había llevado a diversos autores a pronunciarse sobre el tema con distintas variantes, trasladando esta rivalidad actual al terreno mítico. Asio innova en este punto frente a Eumelo[6] y Hesíodo[7] uniendo un mito de Sición con un mito tebano. El doble nacimiento de Zeto y Anfión responde a una doble fecundación[8]. Zeus es padre de Zeto, mientras Epopeo, el esposo mortal de Antíopa, es padre de Anfión. Parece que la versión de Asio coincidía con la que dará luego Apolodoro[9]:
Antíopa era hija de Nicteo. Zeus se unió con ella. Cuando quedó encinta, ante las amenazas de su padre, huye junto a Epopeo en Sición y se casa con él. Desalentado, Nicteo se da muerte tras haberle dado a Lico el encargo de castigar a Epopeo y Antíopa. Éste emprende la campaña contra Sición y lo toma, mata a Epopeo y se lleva prisionera a Antíopa. En el camino ella da a luz a dos hijos, en Eléuteras de Beocia.
El fr. 2 se refiere a la historia de Beoto, epónimo de Beocia. La tradición local, expresada por Corina[10] hace a Beoto hijo de Posidón. Aquí no se indica el nombre del padre. Eurípides, que consagra dos tragedias al tema, nos dice que Beoto fue criado por una vaca. No sabemos si este motivo del cuento popular remontaba a Asio.
El fr. 3 narra la genealogía de Ptoo, héroe epónimo de un oráculo cercano a Acrefia, al este del lago Copais. Sin que podamos tener garantías de que la historia fuese narrada así en Asio, merece la pena reproducir la versión que de la misma da Apolodoro[11]:
Luego Atamante se vio privado también de los hijos de Ino por el rencor de Hera. Pues él, en un rapto de locura, asaeteó a Learco, mientras que Ino se arrojó al mar con Melicertes. Expulsado de Beocia, preguntó al dios en qué lugar debía vivir, y recibió un oráculo de que debía vivir en un lugar en el que fuera hospedado por fieras salvajes. Tras haber atravesado mucha extensión de tierra[12], encontró a unos lobos que devoraban pedazos de reses. Y ellos, al verlo, huyeron, abandonando lo que se estaban dividiendo. Atamante colonizó el lugar y lo llamó, por él, Atamantia. Tras casarse con Temisto, la hija de Hipseo, engendró a Leucón, Eritrio, Esquénoo y Ptoo.
El fr. 4 trata la genealogía de Alcmena, otra ocasión en la que Asio se aparta de la versión tradicional, que la hacía hija de Electrión y Lisídice[13], considerándola hija de Anfiarao y Erífila, con lo que entronca el tema de la madre de Heracles con el de los Siete contra Tebas.
El fr. 5 se ocupa de la genealogía de Foco, que enlaza con la de Agamenón, de acuerdo con el siguiente esquema:
Foco es el epónimo de Fócide, y Panopeo y Criso, de dos ciudades de Fócide. La madre de Foco era Asterodia, y se cuenta que ambos hijos llegaron a las manos en el vientre de su madre, antes de nacer[14], lo que es una explicación mítica de la rivalidad tradicional entre las ciudades que recibieron de ellos sus nombres, probablemente aludida por Asio.
El fr. 6 es un mito peloponesio, la genealogía de los Tindáridas, tema sobre el que considero suficiente remitir a lo dicho en las introducciones a las Ciprias y a Eumelo[15].
El fr. 7 nos ofrece la elaboración de una genealogía compleja para situar el origen de Samos, su isla natal. Se remonta para ello a Eneo, un hijo de Egipto, según Apolodoro[16], lo que enlaza este tema con la leyenda de Dánao. Anceo es un argonauta. Quizá contaba Asio una historia que conocemos a través de Aristóteles, según la cual murió al perseguir un jabalí en el saqueo de Samos.
En cuanto a Astipalea es la heroína epónima de la primitiva ciudad de Samos, situada por Asio en la misma generación que Europa, la heroína que da origen a Creta, y en un mito paralelo. Mientras que Europa fue raptada por Zeus en forma de toro y llevada a Creta, Astipalea lo fue por Posidón y llevada a Samos. Ello excluía la tradición corriente, según la cual Samos había sido colonizada por Creta.
El fr. 8 alude a un mito del primer hombre, diferente al narrado por los argivos en la Forónida. Aquí el primer hombre es Pelasgo, probablemente, como en Hesíodo[17], autóctono, nacido de la tierra y arcadio.
El fr. 9 ofrece una nueva discrepancia de Asio con Eumelo en el nombre del padre de la heroína arcadia Calisto que se convirtió luego en la constelación de la Osa Mayor. Probablemente el tema se introducía dentro de la genealogía arcadia de Pelasgo.
El fr. 10 enlaza temáticamente con el 6 si se sigue la genealogía que ofrece Estesícoro, según la cual Tindáreo e Icario eran ambos hijos de Perieres. Si es así, la genealogía completa quedaría así:
El fr. 11 diverge también de Enmelo en la genealogía de Sición, aunque conserva la relación con el Ática en lo que parece un deseo de agradar a los atenienses.
El fr. 12 nos informa negativamente de que las genealogías de Asio no incluían referencia alguna a la progenie de Mesena y Policaón.
En cuanto al fr. 13 ya hemos indicado lo fundamental al hablar de la datación de Asio, supra.
3. Bibliografía
Ediciones: F. DÜBNER, tras F. S. LEHRS, Hesiodi Carmina, París, 1840, págs. 1-4; KINKEL, Epicorum…, págs. 202-206.
Estudios: E. BETHE, s.v. Asios, en PAULY-WISSOWA, R.E.; L. A. MICHELANGELO, «I frammenti di Asio», Riv. St. Ant. 3 (1898), 71 ss.; F. R. ADRADOS, Líricos Griegos. Elegíacos y yambógrafos arcaicos, t. I, Barcelona, 1956, págs. 247-248; HUXLEY, Greek epic…, páginas 89-98.
4. Texto seguido en nuestra traducción
Ed. de KINKEL, Epicorum…, págs. 202-206, salvo que leo en fr. 13, lín. 5 ὰμφὶ βραχίοσιν ἦσαν, y lín. 6, ]τες ὑπασπίδιον πολεμιστήν.