FOCAIDA
1A
Se llama Focea porque a los fundadores los acompañaron muchas focas.
ESTEBAN DE BIZANCIO, s.v. Phókaia
1B
Otros (dicen que a Focea la llaman así) porque vieron a una foca que salía hacia lo seco[4].
HERACLIDES PÓNTICO, Constitución de los Focenses
2A
Los focenses, en la guerra contra los orcomenios, hicieron incursiones contra las aldeas de éstos y se llevaron muchas mujeres prisioneras. Tomándolas como concubinas, engendraron hijos. Crecido no poco el ardor juvenil de los bastardos, los legítimos, temerosos, se alejaron del país. Tras haber llegado hasta Tórico en el Ática, poniéndose a la cabeza de éstos como jefes se hicieron a la mar, junto con los jonios, y se les unieron también muchos peloponesios.
Al ganar Hermo con las naves y cuando arribaron a un islote no lejos del continente, a numerosos bárbaros que les atacaron, les hicieron frente y los vencieron, así que, penetrando hasta una colina del continente, decidieron fortificar toda la parte central. Como Menes, el tirano de Cime que por entonces dominaba en aquellas tierras, trataba de impedir que construyeran las fortificaciones, un hermano suyo, Vatias, concierta con ellos un pacto de amistad y de posibilidad de casamiento mutuo[5], para derrocar a aquél y darles la región como independiente. Ellos aceptaron, así que aquél, con cuantos cimeos pudo, atacó a Menes y una vez que se le unió rápidamente el pueblo, tras vencerlo en la batalla, entregó a su hermano a los cimeos.
Los cimeos lo lapidaron e hicieron rey a Vatias. Éste juzgó en seguida conveniente confirmar con los focenses los pactos que había concertado para la libertad de aquéllos. Ellos lo obedecieron y les entregaron el territorio.
NICOLÁS DAMASCENO, Fr. 51 J 90
2B
Focea (fue fundada) por los atenienses, con Filógenes a la cabeza.
ESTRABÓN, 633
3
Como los jonios no los admitían en la Confederación Jonia hasta que aceptaran reyes de la raza de los Códridas, aceptan de Eritrea y de Teos a Deetes, Periclo y Abarto.
PAUSANIAS, VIII 3, 10
4
Fobo y Blepso eran dos hermanos gemelos de la familia de los Códridas de Focea. De ellos Fobo fue el primero que se lanzó al mar desde las Rocas Leucadias, como contó Caronte de Lámpsaco. Fobo, tras asumir el poder y el rango regio, zarpó hacia Pario por asuntos particulares. Habiéndose hecho amigo y huésped de Mandrón que era rey de los bébrices llamados Pitioesenos, los auxilió y combatió al lado de ellos cuando se hallaban hostigados por los pueblos vecinos. Mandrón dio abundantes testimonios de amistad a Fobo a su partida y prometió concederles una parte de la región y de la ciudad si quería establecerse en Pitioesa con colonos focenses.
Así que Fobo convenció a los ciudadanos y envió a su hermano con los colonos. Tuvieron, pues, a su disposición lo prometido por Mandrón, como esperaban, pero ellos, como lograron grandes ganancias, despojos y botín de los bárbaros vecinos, primero se volvieron objeto de envidia y luego temibles para los bébrices, así que, deseosos de librarse de ellos, no trataron de convencer a Mandrón, que era un hombre de bien y justo con los griegos, sino que cuando aquél se hallaba de viaje se dispusieron a aniquilar a los focenses con una estratagema.
La hija de Mandrón, Lámpsaca, que era joven aún, se enteró de la conjura, así que intenta primero convencer a los amigos y allegados y hacerles ver que intentan llevar a cabo una empresa terrible e impía, asesinando a hombres benefactores y aliados, y ahora también conciudadanos.
Como no logró convencerlos, les contó en secreto a los griegos lo que se preparaba y les exhortó a que tomaran precauciones.
Así que ellos, tras preparar un sacrificio y un banquete, invitaron a los Pitoesenos a un arrabal. Dividiéndose entonces, con unos se apoderaron de los muros, con otros, de los hombres. Una vez que controlaron la ciudad de ese modo, mandaron llamar a Mandrón, pidiéndole que reinara con los de ellos. A Lámpsaca, que murió de una enfermedad, la enterraron en la ciudad con grandes honores y llamaron Lámpsaco a la ciudad por ella[6].
Como Mandrón, tratando de librarse de la sospecha de traición, les pidió habitar con ellos y consideró justo que trajeran a los hijos y mujeres de los muertos, los trajeron de buen grado, sin hacerles daño alguno. Tras haber rendido primero honores de heroína a Lámpsaca, decidieron luego por votación hacer un sacrificio en su honor como a una diosa, y así continúan haciéndolo.
CARONTE DE LÁMPSACO, Fr. 7 J 262