Jueves, 1 de enero

día festivo en inglaterra, irlanda, escocia y gales

Éstos son mis propósitos para el Año Nuevo:

  1. Ayudaré a los ciegos a cruzar la calle.
  2. Colgaré mis pantalones.
  3. Volveré a meter mis discos en sus fundas.
  4. No empezaré a fumar.
  5. Dejaré de apretarme los granos.
  6. Me portaré bien con el perro.
  7. Ayudaré a los pobres e ignorantes.
  8. Después de tener que aguantar anoche los ruidos repugnantes que venían de abajo, he jurado también que jamás beberé una gota de alcohol.

Durante la fiesta de anoche, mi padre emborrachó al perro con aguardiente de cereza. Si se entera la Asociación Protectora de Animales, se le puede caer el pelo. ¡Ya han pasado ocho días desde Navidad y mi madre aún no se ha puesto el delantal verde que le compré! El año que viene, no le regalaré más que sales de baño.

Vaya suerte que tengo. ¡Me ha salido un grano en la barbilla en el primer día del Año Nuevo!

Viernes, 2 de enero

día de fiesta en escocia, luna llena

Hoy me siento fatal. La culpa es de mi madre, por haber cantado «A mi manera» a las dos de la madrugada en lo alto de la escalera. Qué suerte la mía tener una madre así. Es posible que mis padres sean alcohólicos. El año que viene, puede que tenga que vivir en un orfanato.

El perro se vengó de mi padre. Dio un salto y tiró una maqueta de barco, luego salió corriendo al jardín, con el aparejo enredado en sus patas. Mi padre no dejaba de repetir: «Tres meses de trabajo para nada».

El grano de mi barbilla se está haciendo más grande. Mi madre tiene la culpa, por no saber nada sobre vitaminas.

Sábado, 3 de enero

La falta de sueño me está volviendo loco. Mi padre echó al perro de casa y éste se pasó la noche ladrando bajo mi ventana. ¡Vaya suerte la mía! Mi padre le soltó una palabrota. Si no tiene cuidado, la policía lo detendrá por decir obscenidades.

Creo que mi grano es un forúnculo. Tengo tanta suerte que me ha salido en un sitio donde todo el mundo lo ve. Le dije a mi madre que hoy no había tomado la vitamina C. Me contestó: «Pues cómprate una naranja». Es típico de ella.

Sigue sin ponerse el delantal verde.

Tengo ganas de volver al colegio.

Domingo, 4 de enero

segundo después de navidad

Mi padre ha cogido la gripe. No me sorprende, con lo que comemos. Mi madre salió de casa bajo la lluvia para comprarle un jarabe con vitamina C, pero le dije: «Ya es demasiado tarde». Es un milagro que no tengamos todos el escorbuto. Mi madre dice que no ve nada en mi barbilla, pero es su mala conciencia, por lo mal que nos da de comer.

El perro se escapó porque mi madre no cerró la puerta de la valla. He roto el brazo del equipo estéreo. Aún no lo sabe nadie y, con un poco de suerte, mi padre estará enfermo durante mucho tiempo. Sólo lo usamos él y yo. El delantal sigue sin estrenarse.

Lunes, 5 de enero

El perro no ha vuelto todavía. Qué paz hay sin él. Mi madre llamó a la policía para darles una descripción del animal. Lo pintó más feo de lo que es en realidad: greñas que le tapan los ojos y cosas por el estilo. Personalmente opino que la policía tiene cosas más importantes que hacer que buscar perros, como, por ejemplo, atrapar asesinos. Se lo dije a mi madre, pero ni caso, y les llamó. Lo tendrá bien merecido si la asesinaran por lo del perro.

Mi padre sigue haciendo el zángano en la cama. Se supone que está enfermo, pero ¡no ha dejado de fumar!

Nigel vino a visitarme hoy. Ha vuelto moreno de sus vacaciones de Navidad. Me parece que Nigel enfermará pronto de la impresión de volver al frío de Inglaterra. Creo que sus padres hicieron mal en llevarlo al extranjero.

Nunca ha tenido ni un grano.

Martes, 6 de enero

epifanía, luna nueva

¡El perro se ha metido en un buen lío!

Hizo caer de su bici a un guardia del parquímetro y echó a perder todas sus tarjetas. Así que seguramente terminaremos todos en el juzgado. Un policía dijo que debemos tener al perro vigilado siempre y luego preguntó que desde cuándo está cojo. Mi madre dijo que no estaba cojo y lo examinó. Tenía un pequeño pirata de la maqueta clavado en su pezuña.

El perro se puso tan contento cuando mi madre le sacó el pirata, que saltó sobre la chaqueta del policía con las patas sucias de fango. Mi madre cogió un paño de la cocina, pero estaba embadurnado de mermelada de fresa donde yo había limpiado el cuchillo y manchó aún más la chaqueta. Luego el policía se marchó. Estoy seguro de que dijo una palabrota. Podría denunciarlo por eso.

Voy a buscar la palabra Epifanía en mi nuevo diccionario.

Miércoles, 7 de enero

Nigel vino a casa esta mañana con su bici nueva. Está equipada con una botella para agua, un cuentakilómetros, un velocímetro, un sillín amarillo y unos neumáticos finísimos de carrera. Nigel la desperdicia. Sólo la usa para ir de compras. Si fuera mía, viajaría por todo el país y aprendería cosas.

Mi grano o forúnculo ha llegado a su tope. ¡Espero que no se haga más grande!

He encontrado una palabra en mi diccionario que describe a mi padre. Es simulador. Sigue en cama, atiborrándose de vitamina C.

El perro está encerrado en la carbonera del jardín. La Epifanía tiene que ver algo con los tres reyes. ¡Pues vaya cosa!

jueves, 8 de enero

Ahora es mi madre la que ha cogido la gripe. Eso quiere decir que tengo que cuidar de los dos. ¡Qué suerte la mía!

He pasado el día subiendo y bajando la escalera. Les he preparado una gran cena para esta noche: dos huevos pasados por agua con judías verdes y una lata de crema de sémola. (Menos mal que me puse el delantal verde, porque los huevos se salieron del cazo y me manché). Me sentí tentado de soltarles unos cuantos comentarios cuando vi que no comieron nada de lo que les preparé. No pueden estar tan enfermos. Bajé con la comida a la carbonera y se la di al perro. Mi abuela vendrá mañana por la mañana, así que tuve que fregar los cazos quemados y luego pasear al perro. Me acosté a las once y media. No es de extrañar que sea bajo para mi edad.

He decidido no estudiar medicina.

Viernes, 9 de enero

No hicieron más que toser durante toda la noche. Si no tosía uno, tosía la otra. Podían ser un poco más considerados después del día que me han hecho pasar.

Llegó mi abuela y se llevó un gran disgusto al ver cómo estaba la casa. Le enseñé mi habitación, tan limpia y ordenada como de costumbre, y me regaló cincuenta peniques. Se enfadó mucho cuando le enseñé todas las botellas vacías de alcohol en el cubo de la basura.

Mi abuela dejó salir al perro de la carbonera. Dijo que mi madre era cruel por encerrarlo. El perro vomitó en el suelo de la cocina. Y mi abuela volvió a encerrarlo.

Me apreté el grano de la barbilla. Se ha puesto peor. Le conté a mi abuela lo del delantal verde y me dijo que todas las Navidades le compraba una chaqueta de fibra acrílica a mi madre y que ¡nunca se las había puesto!

Sábado, 10 de enero

Por la mañana. ¡Ahora el que se ha puesto enfermo es el perro! Sigue vomitando, así que tuvo que venir el veterinario. Mi padre me dijo que no debía contarle que el perro llevaba dos días encerrado en la carbonera.

He cubierto mi grano con una tirita para evitar que los gérmenes del perro lo infecten.

El veterinario se ha llevado al perro. Dice que cree que tiene una obstrucción y va a necesitar una operación de urgencia.

Mi abuela se ha peleado con mi madre y se ha ido a su casa. Encontró todas las chaquetas que le regalaba en Navidades hechas trizas en la bolsa de los trapos. ¡Qué repugnante, cuando hay tanta gente que se muere de hambre!

Nuestro vecino de al lado, el señor Lucas, ha visitado a mis padres, que siguen en cama. Trajo una tarjeta deseándoles una pronta recuperación y unas flores para mi madre. Cuando mi madre se incorporó en la cama se vieron muy bien sus pechos por el escote del camisón. Habló con el señor Lucas con una voz asquerosamente empalagosa. Mi padre fingió que dormía.

Nigel ha traído sus discos. Le encanta el punk, pero ¿para qué tanto entusiasmo si no oyes las palabras? De todos modos, creo que estoy convirtiéndome en un intelectual. Debe de ser por todas las preocupaciones que tengo.

Por la tarde. He ido a ver cómo estaba el perro. Lo han operado. El veterinario me enseñó una bolsa de plástico con muchas cosas asquerosas dentro. Había un trozo de carbón, el abeto que decoraba el pastel de Navidad, y los piratas de la maqueta de mi padre. Uno de ellos blandía un machete que debió de causar mucho dolor al perro. El perro tiene mucho mejor aspecto. Podrá volver a casa dentro de dos días. ¡Vaya desgracia!

Cuando he llegado a casa, mi padre se estaba peleando por teléfono con mi abuela por las botellas vacías que había en el cubo de la basura.

El señor Lucas estaba arriba, charlando con mi madre. Cuando se marchó, mi padre subió y tuvo una discusión con mi madre, que la hizo llorar. Mi padre estaba de muy mal humor. Eso significa que se siente mejor. Hice una taza de té para mi madre, sin que me la pidiera. Eso también la hizo llorar. ¡Hay personas que nunca están contentas con lo que haces!

Mi grano sigue sin desaparecer.

Domingo, 11 de enero

primero después de la epifanía

Ahora que soy un intelectual. Anoche vi a Malcolm Muggeridge en la tele y entendí casi todas sus palabras. Todo tiene sentido: el hogar inestable, la dieta pobre, mi antipatía hacia lo punk. Creo que voy a hacerme socio de la biblioteca, a ver qué pasa.

Es una lástima que no vivan más intelectuales por aquí. El señor Lucas lleva pantalones de pana, pero trabaja en seguros. Vaya suerte que tengo. ¿El primer qué después de la Epifanía?

Lunes, 12 de enero

El perro ha vuelto. No deja de lamerse los puntos, así que cuando como le doy la espalda.

Mi madre se levantó esta mañana para hacerle una cama al perro, hasta que esté mejor. La hizo con una caja de cartón que antes había contenido bolsas de detergente. Mi padre le dijo que eso le haría estornudar y rompería los puntos y que el veterinario cobraría todavía más si tenía que volver a coserlo. Discutieron por lo de la caja y luego mi padre empezó a despotricar contra el señor Lucas. Para mí es un misterio lo que el señor Lucas tiene que ver con la cama del perro.

Martes, 13 de enero

Mi padre ha vuelto al trabajo. ¡Gracias a Dios! No entiendo cómo lo aguanta mi madre.

El señor Lucas vino esta mañana para preguntarle a mi madre si necesitaba que la ayudara en la casa. Es muy amable. La señora Lucas estaba fuera, limpiando las ventanas de su casa. La escalera no parecía muy segura. He escrito a Malcolm Muggeridge, a la BBC, preguntándole qué se hace cuando uno es un intelectual. Espero que me conteste pronto, porque estoy cada vez más harto de estar solo. He escrito un poema y sólo tardé dos minutos en hacerlo. Se llama «El grifo», pero realmente no se refiere a un grifo, es muy profundo, y es sobre la vida y cosas por el estilo.

El grifo, por Adrian Mole

El grifo gotea y me deja desvelado,

por la mañana habrá formado un lago.

Por falta de una arandela la alfombra se puede estropear,

y luego, para comprar otra, mi padre tendrá que bregar.

Mi padre podría diñarla con tanto agobio.

Papá, compra una arandela, ¡no seas bobo!

Se lo enseñé a mi madre, pero se rió. No es muy inteligente. Aún no ha lavado mi pantalón corto de deporte y mañana hay colegio. No es como las madres que se ven en la tele.

Miércoles, 14 de enero

Me he hecho socio de la biblioteca. Saqué El cuidado de la piel, El origen de las especies y el libro de una mujer de quien mi madre se deshace siempre en elogios. El título es Orgullo y prejuicio y es de una tal Jane Austen. Me di cuenta de que la bibliotecaria se quedó muy impresionada. A lo mejor es una intelectual como yo. No se fijó en mi grano, así que tal vez se esté secando. ¡Ya es hora!

El señor Lucas estaba en la cocina tomando café con mi madre. La cocina estaba llena de humo. Se estaban riendo, pero cuando yo entré se callaron.

La señora Lucas estaba en su jardín, limpiando los desagües. Parecía de muy mal humor. Creo que el matrimonio de los señores Lucas no es feliz. ¡Pobre señor Lucas!

Ninguno de mis profesores se ha dado cuenta de que soy un intelectual. Lo van a lamentar cuando sea famoso. Hay una chica nueva en clase. Se sienta a mi lado en la clase de geografía. No está mal. Se llama Pandora, pero le gusta que la llamen Caja. No me preguntéis por qué. A lo mejor me enamoro de ella. Ya es hora de que me enamore, después de todo tengo trece años y medio.

Jueves, 15 de enero

Los cabellos de Pandora son del color de la miel y los lleva en una melena, como tiene que ser. Tiene un buen tipo. La vi jugando al ping-pong y su pecho se bamboleaba. Sentí algo raro. ¡Creo que va de veras!

Le han quitado los puntos al perro. Mordió al veterinario, supongo que está acostumbrado. (Me refiero al veterinario, ya sé que el perro sí que está acostumbrado).

Mi padre descubrió el brazo roto del tocadiscos. Le conté una mentira. Le dije que el perro saltó encima y lo rompió. Mi padre dijo que esperaría hasta que el perro estuviera completamente recuperado de su operación y luego le daría una patada. Supongo que lo dijo en broma.

El señor Lucas estaba otra vez en la cocina cuando volví del colegio. Mi madre está mucho mejor, así que es un gran misterio para mí el porqué de tantas visitas. La señora Lucas estaba plantando árboles en la oscuridad. Leí unas páginas de Orgullo y prejuicio, pero es muy anticuado. Creo que Jane Austen debería escribir algo más moderno.

Los ojos del perro son del mismo color que los de Pandora. Me di cuenta después de que mi madre le cortara el pelo. Tiene peor aspecto que nunca. El señor Lucas y mi madre se estaban riendo del nuevo corte de pelo del perro, lo cual es muy feo, porque los perros no pueden responder, al igual que la Familia Real.

Me voy a acostar pronto para pensar en Pandora y hacer mis ejercicios de estiramiento de espalda. No he crecido en dos semanas. Si sigo así, seré un enano.

El sábado, si el grano no ha desaparecido, iré a ver al médico. No puedo seguir viviendo así, con todo el mundo mirándome.

Viernes, 16 de enero

El señor Lucas vino y se ofreció para llevar de compras a mi madre en coche. Me llevaron al colegio. Me alegré de bajar del coche, porque dentro todo eran risas y humo de tabaco. Vimos a la señora Lucas mientras íbamos en el coche. Llevaba varias bolsas grandes de comida. Mi madre la saludó con la mano, pero la señora Lucas no le devolvió el saludo.

Hoy me tocó la asignatura de geografía. Durante toda una hora estuve sentado al lado de Pandora. Cada día está más guapa. Le dije que tenía los ojos del mismo color que los de mi perro. Me preguntó qué clase de perro era. Le contesté que un chucho.

Le presté a Pandora mi rotulador azul para colorear el contorno de las islas Británicas.

Creo que agradece estas pequeñas muestras de atención.

Hoy empecé a leer El origen de las especies, pero no es tan bueno como la serie de la televisión. El cuidado de la piel es magnífico. Lo he dejado abierto en la página que habla de las vitaminas. Espero que mi madre se dé por enterada. Lo dejé encima de la mesa de la cocina, al lado del cenicero, así que por fuerza tiene que verlo.

He pedido hora por lo del grano. Se ha puesto morado.

Sábado, 17 de enero

Esta mañana me despertaron temprano. La señora Lucas está cubriendo el jardín de delante de su casa con hormigón, y el camión tiene que tener el motor en marcha mientras ella extiende el hormigón con una pala. El señor Lucas le preparó una taza de té. Es muy atento.

Nigel vino a verme por si yo quería ir al cine, pero le dije que no podía, que tenía que ir al médico por lo del grano. Me dijo que no veía ningún grano, pero fue sólo para tranquilizarme, porque el grano se ha puesto enorme.

El doctor Taylor debe de ser uno de esos médicos de quienes se lee que siempre están agobiados por el trabajo. Ni siquiera examinó el grano, sólo me dijo que no debo preocuparme y luego me preguntó si todo andaba bien en casa. Le conté lo malas que son, tanto mi vida familiar como mi dieta insana, pero me contestó que yo estaba bien alimentado y que sería mejor que agradeciera la suerte que tengo. ¡Vaya trato que te dan en la Seguridad Social!

Me buscaré un trabajo de repartidor de periódicos e iré a un médico de pago.

Domingo, 18 de enero

segundo después de la epifanía.

comienza el semestre de oxford hilary

La señora Lucas y mi madre se han peleado por culpa del perro. No sé cómo se escapó de casa y pisó el hormigón húmedo de la señora Lucas. Mi padre dijo que iba a matar al perro, pero mi madre empezó a llorar, así que desistió de hacerlo. Todos los vecinos estaban en la calle lavando sus coches y con los oídos atentos. ¡A veces siento odio por este perro!

Hoy recordé mi propósito de ayudar a los pobres e ignorantes, así que llevé mis viejas publicaciones anuales de Beano a una familia bastante pobre que se ha mudado a la calle de al lado. Sé que son pobres porque tienen una tele en blanco y negro. Me abrió la puerta un chico. Le expliqué para qué había ido. Echó un vistazo a las revistas y dijo: «Las he leído todas», y me cerró la puerta en las narices. ¡A la porra con los pobres!

Lunes, 19 de enero

He ingresado en un grupo escolar llamado los Buenos Samaritanos. Salimos para ayudar a la comunidad y cosas por el estilo. Nos perdemos la clase de matemáticas de los lunes por la tarde.

Hoy tuvimos una charla sobre nuestros quehaceres. Me han puesto en el grupo que ayuda a los pensionistas ancianos. A Nigel le ha tocado el trabajo repugnante de cuidar de los niños durante el recreo. Está que bota.

Tengo ganas de que llegue el lunes. Me darán una casete para que pueda grabar las historias de los vejetes sobre la guerra y cosas así. Espero que me toque uno que tenga buena memoria.

El perro vuelve a estar con el veterinario. Tiene hormigón pegado a las patas. Ahora entiendo por qué anoche armó tanto alboroto en la escalera. Pandora me sonrió durante la hora de la comida en el colegio, pero no pude devolverle la sonrisa porque me había atragantado con un trozo de tendón. ¡Vaya suerte la mía!

Martes, 20 de enero

LUNA LLENA

¡Mi madre está buscando trabajo!

Eso significa que yo podría terminar como un delincuente, merodeando por las calles y todo eso. ¿Qué haré durante las vacaciones? Supongo que tendré que pasarme el día en las lavanderías para encontrar un poco de calor. Seré un crío con la llave de la casa, signifique eso lo que signifique. ¿Y quién cuidará del perro? ¿Qué tendré para comer durante todo el día?

No tendré más remedio que comer patatas fritas y dulces hasta que tenga la piel estropeada y se me caigan los dientes. Me parece que mi madre es muy egoísta. De todas formas, hará mal su trabajo. No es muy lista y bebe demasiado en Navidades.

Llamé a mi abuela y se lo dije, y me respondió que puedo pasar las vacaciones en su casa y asistir a las reuniones de los Evergreens por las tardes y cosas así. Habría sido mejor que no la hubiera llamado. Los Samaritanos se reunieron hoy durante el recreo. Nos repartimos a los viejos. Me tocó uno llamado Bert Baxter. Tiene ochenta y nueve años, así que no creo que esté mucho tiempo con nosotros. Voy a hacerle una visita mañana, Espero que no tenga perro. Estoy harto de los perros. Siempre están en el veterinario o delante de la tele.

Miércoles, 21 de enero

¡El señor y la señora Lucas se van a divorciar! Son los primeros de la calle. Mi madre se fue a casa del señor Lucas para consolarlo. Lo debe de pasar muy mal, porque mi madre seguía allí cuando mi padre volvió de su trabajo. La señora Lucas se había marchado en un taxi. Creo que se ha marchado para siempre, porque se llevó su juego de enchufes. El pobre señor Lucas, ahora, tendrá que lavar su propia ropa y todo lo demás.

Mi padre ha hecho la cena esta noche. Hemos comido arroz con curry, hervido en su bolsa de plástico; era lo único que quedaba en el congelador, aparte de una bolsa verde sin etiqueta. Mi padre ha hecho una broma acerca de enviarla a Sanidad para que la analicen. Mi madre no se rió. A lo mejor pensaba en el pobre señor Lucas, que está tan solo.

Después de la cena fui a ver al viejo señor Baxter. Mi padre me llevó en su coche de camino a su partida de bádminton. La casa del señor Baxter apenas se ve desde la calle. Tiene un enorme seto de alheña que la rodea. Cuando llamé, un perro empezó a ladrar y gruñir y se lanzó hacia la ranura de la puerta por donde meten el correo. Oí un ruido de botellas al caer y a alguien que soltaba palabrotas antes de que me pusiera a correr. Espero haberme equivocado de número.

Vi a Nigel cuando volvía a casa. Me contó que el padre de Pandora es lechero. Ya no me cae tan bien.

Cuando llegué, no había nadie en casa, así que di de comer al perro, me miré los granos y me fui a la cama.

Jueves, 22 de enero

¡Es mentira podrida que el padre de Pandora sea lechero! Es el contable de la lechería. Pandora dice que le va a dar una tunda a Nigel si sigue diciendo infamias. Me he vuelto a enamorar de ella.

Nigel me pidió que fuera mañana por la noche a un baile en el club para jóvenes; es para recaudar fondos para un nuevo paquete de pelotas de ping-pong. No sé si iré, porque Nigel se convierte en punki los fines de semana. Su madre se lo permite si lleva una camiseta especial. Mi madre tiene una entrevista para un trabajo. Pasa todo el día practicando la mecanografía y no prepara ninguna comida. Así que, ¿qué pasará si consigue un trabajo? Mi padre debe tomar cartas en el asunto antes de que seamos una familia rota.

Viernes, 23 de enero

Es la última vez que voy a un baile. Todos los que estaban allí eran punkis, salvo Rick Lemon, el líder juvenil, y yo. Nigel se pasó la noche faroleando. Terminó clavándose un imperdible en la oreja. Mi padre tuvo que llevarlo al hospital en nuestro coche. Los padres de Nigel no tienen coche, porque el padre tiene una placa de acero en la cabeza y su madre mide menos de un metro y medio. No es de extrañar que Nigel lleve tan mal camino, con un maniático y una enana por padres.

Aún no he recibido noticias de Malcolm Muggeridge. Tal vez esté de mal humor. Los intelectuales como él y yo estamos a menudo de mal talante. La gente corriente no nos entiende y nos acusa de que nos enfurruñamos, pero no es cierto.

Pandora visitó a Nigel en el hospital. Tiene un poco de infección en la sangre, causada por el imperdible. Pandora piensa que Nigel es de lo más valiente. Opino que es de lo más estúpido.

He tenido dolor de cabeza durante todo el día por culpa de mi madre y su abominable mecanografía, pero no me quejo. Tengo que dormir ahora. Mañana tengo que ir a ver a Bert Baxter en su casa. El número era correcto, ¡peor suerte aún!

Sábado, 24 de enero

Hoy ha sido el día más espantoso de mi vida. ¡Mi madre ha conseguido un empleo para hacer su abominable mecanografía en una compañía de seguros! ¡Y empieza el lunes! El señor Lucas trabaja en el mismo sitio. Llevará a mi madre al trabajo todos los días.

Mi padre está de un humor de perros, será por algo del coche. ¡Y lo peor de todo es que Bert Baxter es un viejo pensionista antipático! Bebe y fuma, y tiene un pastor alsaciano que se llama Sabre. Sabre estuvo encerrado en la cocina mientras yo podaba el enorme seto, pero no dejó de gruñir ni una sola vez.

¡Pero lo peor vino después! ¡¡¡¡Pandora sale con Nigel!!!! ¡Creo que nunca me recuperaré de este golpe!

Domingo, 25 de enero

tercero después de la epifanía

10 de la mañana. Estoy enfermo con tanta preocupación, demasiado débil para escribir. Nadie se ha dado cuenta de que ni he desayunado.

2 de la tarde. He tomado dos aspirinas infantiles a mediodía y me he sentido un poco mejor. A lo mejor, cuando sea famoso y se encuentre mi diario, la gente entenderá el tormento que significa ser un intelectual aún desconocido de trece años y medio.

6 de la tarde. ¡Pandora! ¡Mi amor perdido! ¡Nunca acariciaré tus cabellos color de miel! (aunque mi rotulador azul sigue a tu disposición).

8 de la tarde. ¡Pandora! ¡Pandora! ¡Pandora!

10 de la noche. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Medianoche. He comido un sándwich de pasta de cangrejo y una mandarina (buena para la piel). Me siento un poco mejor. Espero que Nigel se caiga de su bicicleta y que lo aplaste un camión. No volveré a dirigirle la palabra. ¡Él sabía que yo estaba enamorado de Pandora! Si yo hubiera recibido una bicicleta de carreras en Navidad, en lugar de un estúpido despertador digital y estéreo, nada de esto habría ocurrido.

Lunes, 26 de enero

Hoy he tenido que dejar mi lecho de enfermo para visitar a Bert Baxter antes de ir al colegio. Tardé un montón de tiempo en llegar, porque me sentía débil y tenía que pararme para descansar de vez en cuando, pero con la ayuda de una vieja con bigote de pelos largos y negros, conseguí llegar a la puerta de su casa. Bert Baxter estaba en la cama, pero me tiró la llave desde su habitación en el piso de arriba para que pudiera entrar. Sabre, encerrado en el cuarto de baño, gruñía y hacía ruido, romo si estuviera rompiendo las toallas.

Bert Baxter estaba tumbado en una cama toda sucia y fumaba, había un olor que apestaba en la habitación y creo que procedía del mismo Bert. Parecía como si las sábanas estuvieran manchadas de sangre, pero Bert me dijo que era de los bocadillos de remolacha que toma antes de dormir todas las noches. Es la habitación más repugnante que he visto (y estoy bastante acostumbrado a la mugre). Bert Baxter me dio diez peniques para que fuera al quiosco a comprarle el Morning Star. ¡Así que, encima de todo, es comunista! Sabre suele ir a buscar el periódico, pero hoy está castigado por morder el fregadero.

El quiosquero me pidió que le diera a Bert Baxter su cuenta (debe 31,97 libras por sus periódicos), pero, cuando se lo dije a Bert Baxter, dijo: «Asqueroso cuatro ojos», y se rió y rompió la cuenta. Llegué tarde al colegio y tuve que ir a secretaría para que anotaran mi retraso. ¡Ése es el agradecimiento que recibo por ser un Buen Samaritano! ¡Y tuve que ir a la clase de matemáticas! Vi a Pandora y a Nigel muy juntitos, esperando en la cola del comedor, pero he decidido no hacerles el menor caso.

El señor Lucas guarda cama porque lo han abandonado, así que mi madre lo cuida después de terminar su trabajo. Es la única persona a quien quiere ver. ¿Cuándo va a encontrar tiempo para cuidarnos, a mí y a mi padre?

Mi padre está de morros. Sospecho que está celoso porque el señor Lucas no quiere verlo a él.

Medianoche. Buenas noches, Pandora, mi amor de los cabellos melosos.

Besos, besos, besos, besos, besos.

Martes, 27 de enero

Hoy la clase de arte ha sido buenísima. He pintado un chico solitario en un puente. El chico acaba de perder su primer amor por culpa de su mejor ex amigo. El mejor ex amigo lucha en un río torrencial. El chico mira cómo se ahoga su mejor ex amigo. El mejor ex amigo se parece un poco a Nigel. El chico se parece un poco a mí. La señorita Fossington-Gore ha dicho que mi pintura «tiene profundidad», lo mismo que el río. ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!

Miércoles, 28 de enero

cuarto menguante

Esta mañana me he despertado un poco resfriado. He pedido a mi madre una nota para que me dispensen de hacer gimnasia. Se ha negado, diciendo que está harta de mimarme. ¿Y si fuera ella quien tuviera que correr por un campo fangoso, bajo una lluvia helada, vestido sólo con un pantalón corto y una camiseta? El año pasado, cuando participé en la carrera de la fiesta deportiva del colegio, vino a verme, ¡y llevaba su abrigo de piel y se tapó las piernas con una manta, aunque ya era junio! Bueno, mi madre ya está arrepentida de su decisión; de jugar al rubgy, mi ropa de gimnasia se ha llenado de barro y ha atascado la tubería de desagüe de la lavadora.

El veterinario ha llamado para exigir que recojamos al perro. Lleva allí nueve días. Mi padre dice que tendrá que quedarse hasta que mañana le paguen. El veterinario sólo acepta dinero y mi padre no tiene nada.

¡Pandora! ¿Por qué?

Jueves, 29 de enero

Ese estúpido perro ha vuelto. Me niego a pasearlo hasta que no le crezcan los pelos de sus patas afeitadas. Mi padre vino pálido del veterinario; decía una y otra vez: «Es tirar el dinero», y dijo que, a partir de ahora, el perro sólo comerá las sobras de su plato.

Eso quiere decir que el perro morirá pronto de hambre.

Viernes, 30 de enero

Ese sucio comunista de Bert Baxter ha llamado al colegio para quejarse de que yo he dejado las tijeras de podar a la intemperie y se han mojado con la lluvia. Según él, se han oxidado. Exige una compensación. Le he dicho al señor Scruton, el director del colegio, que ya estaban oxidadas, pero estoy seguro de que no me ha creído. Me soltó un discurso sobre lo difícil que es para los viejos llegar a fin de mes. Me mandó que fuera a casa de bert Baxter para limpiar y afilar las tijeras. Hubiera querido decirle al director lo horrible que es Bert Baxter, pero el señor Scruton tiene algo que me deja la mente en blanco. Creo que es su manera de poner ojos saltones cuando se enfada.

Cuando iba hacia la casa de Bert Baxter vi a mi madre y al señor Lucas que salían juntos de un local de apuestas. Los saludé con la mano y les grité, pero no creo que me vieran. Me alegro de que el señor Lucas se sienta mejor. Bert Baxter no contestó a mi llamada. A lo mejor se ha muerto.

¡Pandora! No dejo de pensar en ti, guapa.

Sábado, 31 de enero

Es casi febrero y no tengo a quien enviar una tarjeta de San Valentín.