Retornos

LOS sueños del retorno al colegio, a la infancia o a la universidad son frecuentes. No paso un año sin registrar alguna variante de este género. Me cuentan que lo mismo les ocurre a quienes tuvieron la experiencia del servicio militar obligatorio, y siempre, en sueños, vuelven a convocarlos una y otra vez.

Como ellos, no son sueños que evocan acontecimientos pasados. Ocurren en el presente y el que sueña es uno mismo que, en el presente, por alguna razón debe repetir una experiencia pasada. En mi caso, las causas del retorno son escenas de sueños de terror administrativo: son el extravío de un certificado, o el descubrimiento de un trámite mal realizado los que me obligan a repetir un tramo de mi carrera.

Por ejemplo, en la ceremonia de entrega de diplomas en la universidad me anuncian que, antes de retirar el mío, debo cursar una materia del primer ciclo de la escuela secundaria. Por algo que no puede ser sino un error burocrático me han impuesto perder otro año de mi vida en una rutina casi infantil.

Los sueños de retorno tienen algo de pesadilla: padecer la injusticia bajo la forma de una inapelable justicia administrativa. Pero tienen también una parte de soberbia: las experiencias de ser adulto en un ámbito de niños y de asistir a clases con la certidumbre de saber siempre más que cualquier profesor. «Soberbia» es la expresión adecuada para describir la emoción que acompaña el saberse reconocido como mejor informado que la autoridad.

Tienen también un componente mágico: siempre la ventaja que enorgullece en el pasado procede de una propiedad o de una destreza adquirida en el futuro. En los sueños de retorno el que sueña ha madurado o envejecido mientras los otros personajes —generalmente los mismos camaradas de entonces— son idénticos a los que fueron en el pasado.

Los sueños de retorno son, sin excepción, sueños sobre instituciones. Muchos sueños se escenifican en ámbitos naturales o artificiales creados ad hoc y cuyas autoridades, reglas y límites espaciales se ignoran y tampoco son pertinentes a la historia que se sueña o se vive en el sueño. Pero por lo que conozco de mis sueños y de otros sueños narrados, los de retorno siempre devuelven al que sueña a un espacio institucional, claramente pautado.

En los sueños, a los espacios naturales, estelares, marinos y andinos se llega. A los espacios institucionales se pertenece o se retorna.