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¡Tenía la tentación de pasar la mano a través de los barrotes para tocarla!
-Háblame del mundo –dijo ella de pronto, imperativa.
Seguro que su estancia en la pobre isla de Cefalonia le hacía sentirse aislada; era muy joven; ansiaría conocer otros lugares más acogedores.
-¿Qué quieres saber?
-¿Por qué habéis venido?
-La paz entre los Estados cristianos y el Imperio Otomano se rompió en el año de gracia de 1495.
-¿Por qué?
-Murió Cem, el hermano del sultán Bayaceto II, cuando estaba prisionero del Papa Alejandro VI. Luego los moros atacaron los acantonamientos que la Sereníssima República de Venecia mantenía en el mar Jónico y las costas balcánicas y albanesas –empleaba inconscientemente las expresiones de Gonzalo; se le había pegado su lenguaje de jefe militar-. Los turcos tomaron numerosas plazas, bloqueando el Estrecho de Otranto, así que la Santa Liga reemprendió las hostilidades.
-Aba tenía razón. Él sabía que esta guerra iba a estallar.
Para Rodrigo la guerra era su medio de vida; sin ella volvería a quedarse cruzado de brazos, como le pasaba de adolescente, cuando se sentía un cero a la izquierda. ¡Se había alegrado tanto cuando el contingente español zarpó el cuatro de junio del puerto de Málaga! Ni siquiera lo desalentaban la escasez de agua y la ausencia de vientos, que volvieron fatigosa la travesía hasta Sicilia, provocando numerosas bajas entre las caballerías y los marineros con peor salud.
-¿Habéis conquistado más plazas?
-Corfú y Santa Maura, pero no hubo violencia, gracias a la desbandada otomana.
-¿Por qué decidisteis venir aquí?
-Pensamos cargar sobre Cefalonia e Ítaca porque se encuentran a salvo de los temporales invernales.
Según le confió Gonzalo había razones estratégicas. Cefalonia e Ítaca controlaban los accesos al Adriático y el Golfo de Corinto.
Desde que la isla de Cefalonia recibió el desembarco de una horda de furiosos turcos en 1480, sus habitantes ansiaban que los liberasen. Muchos habían sido capturados para emparejarlos con etíopes y formar un pueblo de esclavos a disposición del emperador…