Capítulo 30
El lunes, la abuela me dejó en el estacionamiento de Delcroix. Era la última semana de clases antes de Acción de Gracias, y cuando salí del coche, la lluvia fría que había estado cayendo inesperadamente se volvió suave y blanca. Saludé a la Abuela con la mano mientras me alejaba, y luego miré hacia el cielo. A través de la luz de una farola, copos blancos descendían hacia mí. Por un momento dejé que la emoción infantil de ver la nieve abrumara la ansiedad y el miedo con el que había estado luchando toda la semana.
La mezcla de nieve y lluvia cayó durante unos minutos antes de pasar a lluvia helada. Me pregunté si la abuela lograría llegar a casa sin chocar a alguien. Como si en el momento perfecto con mis pensamientos, un sedán gris se estaciono en el estacionamiento y se deslizó unos metros sobre el asfalto resbaladizo. Un chofer salió y abrió la puerta de atrás. Catherine salió con su abrigo azul marino y con un ajustado cinto alrededor de su cintura.
Por primera vez mientras la miraba, la lástima superó mi odio. A su manera, Catherine era tan fenómeno como yo, y ella realmente no tenía padres para ayudarla más de lo que yo los tenía. En todo el tiempo que había estado en la escuela, nunca había recibido la visita de su mamá o papá, quienes estaban en D.C. la mayoría del tiempo, tenía un chofer que la llevaba y traía de la escuela cada fin de semana, sólo para que ella pudiera ir a su casa vacía y quedarse con una niñera. Por lo menos, yo tenía a la abuela.
Mientras el estacionamiento se llenaba, tuve que decirme a mí misma que dejara de esperar a que Jack apareciera repentinamente. Él se había ido. Casi me preguntaba si alguna vez había estado realmente aquí. Mi mochila pesaba sobre mis hombros, el peso era un doloroso recordatorio de la carga que llevaba. La escuela parecía de la misma manera que la semana anterior, pero todo tenía un significado nuevo. Las puertas de hierro forjado se alzaban contra el césped marrón fangoso como una presencia viva, enormes brazos alrededor de la escuela en un apretado abrazo. Me imaginé la biblioteca,
el túnel por el que Cam y yo habíamos ido, y me pregunté cuántos otros secretos habría dentro de la estructura de ladrillo rojo.
Yo quería ser feliz. Debería de haber sido feliz. Después de todo, sólo tres días antes yo había aprendido la verdad acerca de mi poder, encontré personas que podrían enseñarme a usarle, y el chico que había soñado durante meses, dijo que yo le gustaba. Él había sostenido mi mano y me miraba como si yo fuera más que un amigo. Pero por encima de todo era un hecho ineludible: Jack había desaparecido, y una parte de mí se había ido con él. No podía seguir pretendiendo que había respuestas fáciles, o que enterrar mi cabeza en la arena haría que mis problemas desaparecieran. Y estaba bastante segura de que de aquí en adelante, la vida sólo se iba a poner más complicada.
No pasó mucho tiempo antes de que la gente que conocía mejor comenzara a llegar. Allie llegó primero, con su cola de caballo flotando. Vi a Héctor saltar desde la cabina de una 4
x 4, y Marika besó a su madre mientras se despedía.
Ellos probablemente estaban pensando en la tarea y los maestros y lo que usarían en el baile en un par de semanas. Yo tenía que preocuparme de no poner en marcha una reacción nuclear la próxima vez que jugara un poco con las fuerzas de la naturaleza, y si había hecho lo correcto al regresar a Delcroix en vez de huir con Jack.
Quiero decir, yo sabía que quería estar con Cam, y sabía que quería usar mis poderes para hacer el bien, pero ¿cómo sabía que realmente iba a pasar eso en Delcroix?
Todo el mundo aquí parecía pensar que Jack era una persona horrible, peligrosa: tanto es así, que parecían dispuestos a matarlo. Yo no podía entender eso. Estaba mal matar a alguien sólo porque pensabas que podría ser peligroso, especialmente si nunca realmente lo habían entendido en primer lugar.
Y luego estaba todo el problema que había creado para Cam. Él había lucido tan preocupado cuando se fue de regreso a la escuela, el viernes. No tenía ni idea de lo que pensaba decirle al Sr. Judan, pero me sentí mal cuando me imagine el problema que podría haberle causado. Se suponía que yo no sabría lo que era Delcroix hasta el otro año, por lo que no podía hablar con otros estudiantes de primer año sobre lo sucedido. Y a Anna todavía yo no le gustaba—o tal vez le gustaba mucho menos ahora que sabía la verdad.
Esto habría ayudado si hubiera hablado con Cam el fin de semana. Estoy segura de que él estaba demasiado ocupado lidiando con el lío que yo había creado como para pasar por allí. Yo ni siquiera sabía si ellos lo habrían dejado salir de la escuela para
verme. Pero habría sido agradable oír su voz o ver su sonrisa. Saber que él se preocupaba por mí.
Justo cuando me había convencido a mí misma de casi correr de vuelta a casa y esconderme debajo de mí cubrecama, Esther llegó. Cuando ella me vio, gritó y corrió como si hubiéramos estado separadas durante meses.
"Te he llamado diez veces este fin de semana y nadie atendió. ¡Ya es suficiente!"
Orgullosa, me tendió una pequeña caja de cartón con la imagen de un teléfono celular en la parte superior. "Ahora no seas rara y digas que no puedes aceptarlo, porque es realmente para mi conveniencia, no la tuya. Y sólo tiene prepago 200 minutos, pero tú eres tan responsable, es probable que los hagas durar hasta Año Nuevo."
Me quedé mirando la caja, y una pequeña lágrima comenzó a formarse en algún lugar detrás de mis ojos. Dos gruesas lágrimas se deslizaron por mis mejillas. "Hubo un accidente en mi calle", le dije, con voz temblorosa. "Nuestro teléfono se apagó." Traté de mirar hacia otro lado, pero Esther me acaba de dar uno de esos abrazos embarazosamente grande y me miró a la cara.
‚Bueno, estábamos preocupadas por ti‛ dijo ella. "Te veías muy molesta la semana pasada, y luego, cuando nosotras no te vimos el viernes después de la escuela..." Ella me dio otro apretón y me soltó. "Hennie y yo decidimos que necesitábamos alguna manera de obtener noticias sobre ti."
Hennie llegó corriendo, su largo cabello fluía en olas perfectas por la espalda. Ella tropezó con sus cordones y me agarró del brazo para sostenerse a sí misma. "¿Ya se lo diste?" Ella frunció el ceño a Esther. "¡Yo quería estar aquí cuando se lo dieras!"
"Esto es realmente agradable", le dije, mirando hacia delante y hacia atrás entre ellas. "No sé qué haría sin ustedes."
Hennie me abrazó, menos feroz que Esther pero con no menos emoción. "Por alguna razón tenía esta sensación de que podrías haber dejado la escuela para siempre.
Pero no harías eso, ¿verdad? ¿Sin hablar antes con nosotras?"
Negué con la cabeza y me limpié la cara seca. "De ninguna manera. Las extrañaría demasiado chicas. Además, ¿quién pagaría la cuenta del teléfono celular si me voy?"
Todas nos reímos y nos abrazamos de nuevo, y un peso que había sido colgado en mi
corazón se disolvió. "Entonces, ¿qué pasa con Yashir?" le pregunté a Hennie. "¿Le llamaste este fin de semana?"
"Apuesto a que se acobardó", dijo Esther.
Hennie sacó la lengua. "Solo voy a decir que no lo saben todo."
"¡De ninguna manera!", dijo Esther. "¿En serio lo llamaste? ¿Y hablaste con él? "
"No estoy seguro de qué más haría por teléfono", dijo con aire de suficiencia Hennie.
‚¿Y...?", le dije.
Ella miró a su alrededor, como para asegurarse de que no iba a ser oída, y luego susurró: "Creo que me gusta."
Esther le echó los brazos al aire. "¡Es un milagro! ¡Ella finalmente lo ha descubierto!"
"Hablamos durante una hora", dijo en sueños. "Y yo no podría haberlo hecho sin ustedes dos." Ella nos dio a cada una de nosotras un rápido abrazo.
"No hay problema‛ dije, abrazándola de nuevo. "Ahora, ¿alguna posibilidad de que quieras hacer el trabajo de Cívica Mundial para mí?"
Tan pronto como llegamos a la escuela me fui directamente a la oficina del Sr. Judan y le entregué los libros. Él simplemente asintió con la cabeza y dijo gracias. Al igual que él esperaba que yo regresara con ellos todo el tiempo.
Una multitud de estudiantes corrían arriba y abajo del pasillo cuando salí. Trevor me pasó y me detuvo en la puerta. Él arqueó las cejas en cuestión.
"Me los trajo de vuelta", le dije a la defensiva.
Volvió la mirada de acero a la pared de la oficina del Sr. Judan, y luego se volvió hacia mí. "Nunca dudé de que lo haría. Yo no creía que fuera correcto preguntar."
Empecé a responder, pero las palabras murieron en mi garganta, una figura alta de cabello castaño se acercó detrás de él. Cam lucía cansado, ojeras bajo los ojos, y su cabello
estaba desordenado en la parte trasera. Hubo un golpe morado en uno de sus ojos y una curita en la mandíbula. Él siempre se veía tan bien cuando estábamos juntos, que era difícil no quedar boquiabierta por su apariencia desaliñada.
"Tenemos un par de minutos antes de la clase", dijo. "¿Puedo hablar contigo?"
Su rostro era oscuro y serio, y yo tenía el temor repentino de que me iba a decir que ambos habíamos sido expulsados, y que tendría que ir a Danville High School, después de todo.
Asentí con la cabeza y lo seguí por el pasillo a la oficina de la enfermería. La puerta estaba entreabierta; la enfermera estaba a una poco distancia, charlando con uno de los profesores. Cuando se giró a gritarle algo a un niño corriendo por las escaleras, Cam y yo nos metimos dentro y empujamos la puerta que se cerró detrás de nosotros.
Era un espacio pequeño, sólo un escritorio y una cama. Cuando la puerta se cerró, sentí que las paredes de cerraban en torno a nosotros.
Cam y yo estábamos solos.
"¿Cómo estás?", me preguntó.
Forcé a un tono alegre. "Estoy bien. Hay una especie de hueco grande en frente de mi casa, y la compañía telefónica dijo que pasarían unos días antes de que pudieran sustituir el poste que se derrumbó, pero aparte de eso, fue un fin de semana bastante aburrido."
Él sonrió, y por un segundo el Cam viejo brilló en sus ojos. Pero este nuevo, sombrio Cam reapareció, y comenzó a pasearse por la puerta. "Me sentí muy mal por haberme ido sin ti de esa manera. Pensé que tenía que volver tan pronto como pude.
Quería explicar lo que sucedió al Sr. Judan en persona."
"¿Qué le has dicho?"
"Le dije que encontramos a Jack, y que él y yo luchamos, pero él se escapó", dijo.
"¿Estaba enfadado por el sumidero?" le pregunté.
Cam sacudió la cabeza. "Le dije que fuiste tu quien encontró a Jack. Supongo que eso era suficiente. Él no preguntó acerca de lo que le pasó a tu calle."
Sentí una oleada de gratitud por el Sr. Judan. "Eso fue suerte."
"Pasaremos el resto del fin de semana en busca de Jack", continuó Cam. "Sin embargo, Jack estaba en lo cierto. Él realmente sabe cómo ocultarse."
Asentí con la cabeza, entristecida de que Cam se había visto obligado a mentir. Era obvio que no le gustaba. "¿Estás de acuerdo con eso?"
"No lo sé." Él me miró, con sus ojos oscuros atormentados. "Yo sólo me sigo preguntando... ¿si hicimos lo correcto? ¿Y si hace algo terrible, o lastima a alguien?"
"Oh, Cam, no estoy segura." Luché para encontrar las palabras para explicar lo que sentía, y por qué pensé que valía la pena el riesgo de dejar a Jack ir. "Creo que realmente no tenía otra opción. Jack es una persona. Me hacia reír. Él se preocupaba por mí. Hay bondad en él, lo sé. No podía dejar pasar eso".
Jack era poderoso, incluso yo sabia eso. Podía ser peligroso. Incluso podría haber un poco de mal en él. Pero ¿no todos tenemos un poco de maldad?
Cam suspiró. ‚Ya lo sé. No podía haber dejado que se vaya si no me lo creo. Sólo espero que el bien sea más fuerte que el mal."
Él estaba tranquilo, y pensé en lo que la abuela había dicho hace mucho tiempo, que a veces sólo se sabrá que uno ha tomado el camino equivocado porque algo dentro se sentirá torcido. Dejar a Jack con los Vigilantes estaba mal. Aquella tarde, cuando vi que esos hombres se dirigían hacia nosotros, yo lo sabía. Lo sentí en mi corazón.
En el pasillo sonó la campana para el primer período. Ajusté mi mochila. "Creo que debemos llegar a clase."
Cam asintió y me tendió la mano. "¿Dancia?"
Rodé mis ojos. "¿Sí?"
Suavemente, me atrajo hacia él. Cuando estuvimos a pocos centímetros de distancia, miré hacia arriba. Su boca se cernía por encima de la mía, sus ojos eran tiernos.
"Me alegro de que decidieras quedarte", susurró.
Y entonces él se inclinó y llevó sus labios a los míos.
El beso comenzó suave y ligero, como el roce de una brisa de verano, y yo me fundí en él. Él me acerco aun mas, haciéndome sentir segura y cálida. Nuestros brazos se entrelazaron, y así como cuando me bese con Jack, en ese beso—hubo repentinas sacudidas, e incluso un poco de miedo—este beso era simplemente... el cielo. Nuestros labios encajaban perfectamente. No tuve que pensar en qué hacer a continuación.
Y por primera vez en mi vida, sabia que estaba en el lugar donde pertenecía.
Vagamente, oí sonar una campana. Nos separamos y me balanceé sobre los talones.
Él se quedó mirándome con una sonrisa torcida.
Le devolví la sonrisa. "Yo también".
ancia está de regreso en Delcroix, pero este año, todo es diferente. Gracias al talento de Dancia, y sus poderes, ella ha sido invitada a unirse a la razón D real de la existencia de Delcroix—el Programa. Dancia, durante toda su vida, deseo poder usar sus poderes para ayudar a las personas—y ahora Delcroix iba a darle a ella el entrenamiento que necesita para usar su don para el bien.
O al menos… eso es lo que la escuela le dice que aprenderá a hacer con sus poderes.
Su guapo, y lindo novio Cam insiste en que todo es verdad, y también lo hacen el resto de estudiantes. Pero hay una pequeña vocecita dentro de su cabeza que se pregunta—si el Programa es tan bueno, ¿por qué su casi-sólo-amigo Jack tuvo que huir en vez de unírseles? ¿Y por qué la escuela estaba siendo atacada por ex-estudiantes molestos?.
Dancia es una estudiante leal... una novia fiel. Pero si averiguar lo que realmente estaba pasando, significaba que tenía que hablar con Jack, entonces—era un riesgo que esta dispuesta asumir.