Capítulo 14

Desde la época de Platón y Aristóteles, los seres humanos han estado fascinados por el estudio de la ética. En esta clase hemos estado discutiendo

‚ las preguntas con las que las personas han luchando por siglos. Por ejemplo,

¿Cuando es una acción correcta o incorrecta? ¿Cómo podemos distinguir el bien del mal? ¿Podemos juzgar la rectitud de nuestras acciones basados en el número de personas que están afectadas?". El Sr. Fritz, el muñeco troll de pelo hinchado—mi profesor, saltó de su escritorio y comenzó a pasearse delante de la habitación, sus manos eran una animada imagen borrosa.

"Por Dios, él ama su asignatura, ¿cierto?" Murmuró Jack. Su asiento estaba junto al mío en la parte posterior de la clase.

Lo ignore y me volví en ángulo recto hacia el Sr. Fritz.

"Aunque es bastante listo," murmuró Jack, frotando su barbilla pensativamente.

"¡Silencio!" Susurré. Ahora que sabía que Cam estaba vigilándome, quería más que nunca hacer lo correcto y permanecer fuera de problemas. Pero era difícil dar la vuelta y decirle eso a Jack cuando él y yo habíamos estado sentados en la parte de atrás durante semanas, burlándonos del Sr. Fritz y los otros chicos en la clase.

‚Est{ bien, est{ bien." Jack levantó una mano en fingida rendición. Se sentó más recto en su escritorio y blandió su pluma sobre su papel como si fuera a tomar notas.

El Sr. Fritz continuó divagando sobre Kant y John Stuart Mill, que se suponía que estábamos estudiando. Mi atención comenzó a deambular, y me deslicé en una agradable fantasía sobre Cam haciéndome huevos y tomando mi mano. Era lamentable, pero había estado en un estado semi-comatoso desde que él me había dicho esas cosas increíbles la noche anterior. Solo intensificaba mi euforia que mi cena con Cam fuera mi delicioso secreto pequeño. No es que no quisiera decirle a Esther o Hennie, pero se sentía como si algo mágico hubiera pasado entre nosotros, y compartiéndolo podría desaparecer.

No estoy segura de cuánto tiempo pasó, pero cuando deslice una mirada a Jack un poco más tarde, él estaba escuchando de verdad al Sr. Fritz, asintiendo de vez en cuando y tomando notas. Miré abajo a mi propio papel en blanco con una sobrecarga de vergüenza. Si Jack podía prestar atención, seguramente yo también podría hacer lo mismo.

"Ahora, vamos a jugar un pequeño juego. Clase, todo el mundo sobre sus pies y empujen sus escritorio contra la pared. Vamos a necesitar algo de espacio."

Con unos pocos gemidos, todo el mundo se puso de pie. Veinte juegos de sillas y mesas raspando el suelo de linóleo. Habían combinado mi equipo con otro para la clase, y habíamos pasado suficiente tiempo juntos durante el último mes y medio que conocía a todos bastante bien, incluso los que no estaban en mi equipo. Catherine no estaba en la clase, gracias a Dios, pero estaba Cara. Había estado ignorándola desde el incidente de la clase de cerámica, a pesar de que ella no parecía haberse dado cuenta.

Moví mis cosas como todos los demás, esperando que nadie pudiera notar que no había prestado un poco de atención a la clase y no tenía idea de lo que estaba pasando.

Cuando terminamos, el Sr. Fritz arrastró una gran plataforma de madera de detrás de su escritorio y la dejó caer en el centro de la habitación con un ruido sordo. Era de alrededor de un pie de altura y tres pies de ancho. "Mis queridos astronautas, han estado visitando un planeta exterior, encontrando una cura para salvar vidas por una epidemia que esta barriendo la Tierra. Su misión está completa. Pero ha habido un accidente, y el cuerpo de su nave se ha dañado. Este es el compartimiento del viaje de emergencia, y sólo tiene gas suficiente para un viaje de regreso a la Tierra. Cualquiera que deje atrás morirá. Para despegar, tienen que entrar todos al compartimiento de viaje, por tres segundos completos."

Él nos sonrió y pasó sus dedos por su pelo blanco, esponjándolo en una suave nube. "Oh, sí, y tienen un cuarto de hora antes de que el oxígeno se agote en sus trajes espaciales. Mejor consiguen irse.‛

Kurt, un chico flaco con pelo lacio, empujó un par de gruesas gafas en su nariz con un lápiz. "Sr. Fritz, con el debido respeto, hay veinte de nosotros. No hay manera de que todos quepamos en ese pedazo de madera al mismo tiempo."

Varias personas, incluyendo a Gideon y Hector, asintieron con la cabeza.

"Es su nave espacial", dijo el Sr. Fritz. "Y su tripulación. Debes encontrar una manera."

Más gemidos. Recordé inmediatamente nuestro viaje a la pared. ¿Qué era eso sobre esta escuela y su obsesión con las actividades grupales? Intenté forzarme a mi misma a quedarme atrás de la multitud, pero no podía evitar dar una sugerencia aquí y allá mientras intentamos varias posiciones en la plataforma. Pusimos algunos del grupo en hombros, de pie sobre los pies del otro, y sosteniendo el uno al otro. Soy alta, por lo que todos pensaban que debería estar en el exterior del círculo. Esto dejó a las chicas bajas y lindas, como Allie, paradas sobre mis pies, lo que no me gusto. Pero todo el mundo se estaba quejando y riendo, así que puse a un lado mi irritación. Nos acercábamos al éxito, pero alguien se deslizó fuera de la plataforma antes de que pudiéramos contar hasta tres.

"¿Es esto alguna especie de lección en inutilidad?" Rió Alessandro. "¿Es ético decir que lo dejemos?"

"Esto es estúpido", dijo una chica de cabello oscuro llamada Morah, no exactamente en voz baja.

El impulso en el grupo lentamente quedo en nada, y al poco tiempo estábamos reducidos a intentos sin rumbo en las mismas cosas que habíamos hecho antes. Diez minutos pasaron. No me gustaba la idea de renunciar, pero no tenía ideas y estaba empezando a sentirme frustrada.

Jack, que había estado recostado contra uno de los escritorios, alzó su voz por encima de las conversaciones entre dientes. "Vamos a tener que sacrificar algo del grupo."

"¿Me estás tomando el pelo?" Yashir se veía horrorizado."¿Sacrificar algo de nuestro grupo? ¿Como, dejar algunos de nosotros atrás?"

‚Correcto. Es la única manera de volver con la cura a la Tierra." Jack habló casualmente, sus manos hundidas en sus bolsillos.

La habitación estalló en conversación. "¿Qué?"

"Yo no me quedo atrás."

"No podemos dividir el grupo."

"Estás enfermo, hombre. Realmente enfermo".

Una sonrisa se dibujó alrededor de la boca de Jack mientras los observaba. Por alguna razón, eso me fastidió. Habíamos estado teniendo un buen momento. Claro, no

estábamos teniendo éxito, pero había sido divertido intentarlo. Todo el mundo estaba de buen humor. ¿Por qué Jack tenía que ir y arruinarlo?

"Vamos a dejarlo atrás."

"Síp, si piensas que debemos dejar a alguien atrás, ¿Qué te parece tú?"

Jack se sentó en una de las sillas desechadas. Entrelazó sus dedos detrás de su cabeza y se echó hacia atrás. "Simplemente estaba señalando una opción. Pueden dejarme atrás si lo desean."

"Tienen tres minutos para marcharse‛ dijo el Sr. Fritz desde atrás de su escritorio.

Podría haber jurado que estaba intentando no sonreír. Fue entonces cuando me di cuenta de que debía haber sabido que la plataforma era demasiado pequeña. Toda esta cosa era nada más que un montaje para conseguir que nos demos cuenta que íbamos a tener que hacer algo drástico si queríamos que nuestra ‘misión’ tuviera éxito.

Todo el mundo entró en pánico. Yashir y Marika y un par del otro equipo empezó a ladrar órdenes a todo el mundo, diciéndoles que saltaran sobre la plataforma y sostuvieran las manos como habíamos intentado una vez antes. Me quedé allí y observé, volviéndome más enojada por el segundo. Unas pocas personas me llamaron para saltar, pero hice señas de retirarme. Mis manos apretadas en puños.

Se reunieron en la plataforma, extrañamente serios ahora. Pequeños grupos de personas se caían cada pocos segundos y luego se apresuraban a volver al grupo.

"¡Un minuto!", el Sr. Fritz levanto su reloj.

Jack se levantó y se encaminó hacia mí. "Qué montón de idiotas", susurró. "Podrías pensar que están realmente tratando de salvar la tierra. ¿Qué dices si les tiramos?"

"De ninguna manera, Jack‛ dije. "Quiero que lo hagan."

A Cam le gustaría que lo hicieran, pensé. A Cam no le gustaría la forma en que Jack estaba tratando de estropear las cosas. A Cam le gustaría que lo hicieran, y él habría querido que ayudara.

"Vamos, eso sería divertido", dijo Jack. "Sólo un pequeño empujón y todos habrán caído, como una cadena de dominó humano. Tienes que admitir que te gustaría ver eso."

"No, no quiero, Jack".

Okay, no me hubiera importado ver a Allie caer, o Marika, o Cara. Los mire fijamente, felizmente agarrándose unos a otros mientras estaban en la plataforma, y por un minuto estaba de vuelta en ese pasillo, escuchándolas hablar de mí... riéndose de mí....

"Te digo que, los tumbare, y puedes ver." Jack dio un paso decidido hacia el grupo. Él me guiñó un ojo sobre su hombro y comenzó a levantar sus manos.

Sacudí mi cabeza para intentar borrar esos sentimientos horribles. No iba a permitir a Jack hacer algo malo.

Mirando atrás, no sé lo que pensé que podía hacer — ¿sostener el grupo entero en la plataforma? ¿Dejar caer algo pesado sobre Jack? Fuera lo que fuese, el deseo de hacer algo era abrumador. La necesidad ascendiendo dentro de mí, casi una cosa física, y luego sentí el cosquilleo familiar y escuche el zumbido en mis oídos.

Era el poder. Cuando me di cuenta de lo que estaba pasando, cerré mis ojos con fuerza y apreté mis puños. No, rogué. Ahora no. ¿Qué si hiero uno de mis compañeros de clase? ¿Qué si toda la escuela se enteraba de mí?

Estaría en muchos más problemas si el poder se hacía cargo. No sería capaz de quedarme. No sabía lo que harían conmigo, pero no me dejarían quedar y pretender que era una chica normal.

Me forcé a tomar una respiración profunda y pensar antes de que hiciera algo estúpido. Sabía que lo que fuera que hacía saltar mi mente iba a pasar, ¿pero que si la cosa que imaginaba era que nada pasaba?

Parecía una locura, pero valía la pena intentarlo.

Abrí mis ojos y mire fijamente la plataforma, negándome a mirar lejos incluso cuando Jack susurró mi nombre. Me concentré en la madera, intentando desesperadamente mantener mi mente fija en todo mientras existía justo en ese momento. Seguramente si llenaba mis pensamientos de ese modo, nada malo podía suceder.

El deseo de mirar hacia otro lado era tan fuerte, que mis manos empezaron a temblar. Fije mi mandíbula, decidida a no dejar ir. Me dije que era como estar en una batalla de mirar fijamente con la abuela. La visión de la madera vaciló pero no desapareció.

Jack se inclinó hacia delante, su cara cerca a la mía. Lo ignore deliberadamente mientras apagaba el poder. Un segundo después, el hormigueo se desvaneció. El férreo control que tenía en mi cuerpo se relajo tan de repente que me tropecé hacia atrás y casi caigo al suelo. Al mismo tiempo, escuché el coro del grupo, "¡Uno, dos, tres!"

Estallaron en vítores. Debían haberlo hecho, me di cuenta vagamente. El sabor de la bilis inesperadamente llenó mi garganta.

Levanté mi mano. "Necesito ir al baño, Sr. Fritz," logré croar mientras mi estómago daba un vuelco.

Sin esperar una respuesta, corrí por el pasillo al cuarto de chicas y entre en una cabina justo a tiempo para vomitar los asquerosos restos del escarchado copo que había comido en el desayuno.

Una y otra vez vomité hasta que había vaciado mi estómago y las cosas que estaba vomitando quemaban mi boca y mi nariz. Cuando pude ver claramente, me apoye contra la cabina del baño y levante una mano temblorosa para limpiar el sudor de mi frente. Estaba caliente y fría al mismo tiempo, y tan cansada, que pensé que podría desmayarme.

¿Era éste el precio a pagar por negarme a usar mi poder? Mi estómago irritado y retorcido, y mis miembros estaban como flojos tallarines blancos en el suelo del cuarto de baño. Una lágrima goteo por el rabillo de mi ojo y se deslizó por mi mejilla. Estaba demasiado cansada para limpiarla.

Alguien llamó a la puerta de la cabina. "Dancia, ¿estás bien?"

Genial. Eso es todo lo que necesitaba. Un grupo de rescate.

"Seh, gracias." Traté de no gemir las palabras.

"¿Estás segura? El Sr. Fritz quería que te vigilara."

Miré a la parte inferior de la puerta de la cabina, donde pude ver un par de lindas botas marrones de tacón apilado. Era Allie.

‚No, me siento mejor. Debo haber comido algo raro en el desayuno." Traté de hacer que mi voz sonara fuerte, pero no creo que funcionara.

"Okay." Sonaba dudosa. "Si estás segura."

"Estoy segura".

Vi las botas hacer una pausa por un momento, luego salió caminando ruidosamente del cuarto de baño. Cuando oí la puerta girando cerrada, empujé mi pelo de mi cara e intenté levantarme. Mis piernas se sentían decididamente inestables, así que pare a medio camino y me senté en el inodoro.

No parecía estar sintiéndome mejor, pero tampoco parecía estar empeorando. Decidí intentar caminar de vuelta a clase. Mi cabeza daba vueltas cuando me puse de pie y empecé a tirar de la puerta.

Mis piernas comenzaron a temblar. Justo antes de que se doblaran, me apoyé en la pared. Mi cuerpo se deslizó contra el frío metal como una medusa. Cuando llegué al suelo, deje caer mi cabeza en mis rodillas.

Diablos, diablos, diablos. Un sollozo de rabia y frustración se construyó profundo en mi garganta. Me negué a dejarlo escapar. No aquí, no cuando el Sr. Fritz podría irrumpir en cualquier segundo.

Mi breve triunfo por haber aplastado mi poder se desvaneció cuando los colores se arremolinaron detrás de mis ojos cerrados. Podría haber descubierto la posibilidad de detener el poder, pero claramente esto no era una alternativa. No podía pasar mi vida vomitando, desmayándome o acurrucada en un cuarto de baño, sin poder caminar. Al parecer, mi poder era una parte de mí, e intentar detenerlo era como intentar cortar mi brazo.

¿Pero cuál era la alternativa? ¿Volviendo a las cosas como habían sido en la escuela intermedia? ¿Ocultarme y hacerme invisible? ¿Arrebatarme de Cam, Jack, incluso Hennie y Esther, y haciéndome un paria? Eso ya no sonaba como una gran opción. Por un lado, no había funcionado realmente en el pasado. Había estado haciéndolo desde que tenía diez años, después de todo, y no había sido capaz de dejar de causar estragos. En todo caso, estaba usando más mi poder a medida que iba creciendo, no menos.

Por otro... bueno... pensé sobre la sensación de la mano de Cam cubriendo la mía, y la forma en que mi corazón brinco cuando él había dicho: "Te estoy vigilando, Dancia."

No podía esconderme de Cam—o si pudiera, seguro no lo quería intentar. Y Esther y Hennie eran las mejores amigas que había tenido nunca. Cuando estaban alrededor, olvidaba cuan diferente era, y me sentía como alguien que podría encajar. Alguien que pertenecía a un lugar.

En una manera extraña, Delcroix me estaba dando mi primera oportunidad de ser una chica normal, y no quería renunciar a ella. No, me negué a darme por vencida. El hecho era, que en el poco tiempo desde que el Sr. Judan y Cam habían ido por primera vez a mi casa, había cambiado.

Ocultarme y tratar de ser invisible no era suficiente para mí.

Ya no más.