Capítulo 4

A la mañana siguiente, a las once, entré en pánico total. Como parte de mi rutina-invisible, había acumulado un buen numero de ropa inclasificable.

Esto nunca antes me había molestado, ya que nunca había invitado a almorzar a un chico increíblemente sexy. Ahora me daba cuenta con una claridad dolorosa de que ninguna de mis ropas estaba realmente en forma–todo lo que tenía provenía de un Wallmart o de alguna obra de caridad—y los colores iban del negro al marrón tostado. Así que básicamente, estaba más limpio que ayer, pero eso no lo hacía mucho más atractivo.

Deje mi bicicleta junto a una señal de ‘No parquear’ y entre al café de Bev’s—el único restaurante decente en Danville—justo a medio día. Un poco de molesta música vieja sonaba de una maquina de discos al otro lado del cuarto. A la abuela le encantaba Bev’s. Tenía parquet negro y blanco, con mesas blancas, y sillas de cuero rojo. Ella piensa que todo eso es adorable. A mí solo me gustan las hamburguesas.

Cam ya estaba acomodado en una mesa de la esquina, y me saludo. Me invadió el terror puro. El era incluso más lindo de lo que recordaba. Tome una respiración profunda y me acerque a él, tratando de actuar como si hiciera este tipo de cosas todos los días.

‚Hey, Dancia. Me alegro de que nos pudiéramos encontrar.‛ El se recostó en el respaldo de la silla, su cabello desgreñado caía sobre sus ojos oscuros.

‚Si, hola.‛ Las palabras se atascaron en mi garganta como si me hubiera tragado un gran bocado de mantequilla de maní. Por supuesto, yo sabía que solo había aceptado reunirse conmigo, porque este era su trabajo. Pero una chica puede soñar ¿No?

Me senté frente a él, y una camarera se apresuro afanosa hacia nosotros. Su rostro se ilumino tan pronto como me vio. ‚Dancia, cariño. ¿Cómo est{s? ¿Cómo est{ tú abuela?‛

‚Ella est{ bien, gracias, Patty.‛ Tenía la esperanza de que Cam no pensara que yo era irremediablemente-friki por hablar con la mesera. La abuela y yo solíamos venir por aquí un par de veces al mes, y era imposible no conocer a todos. ‚¿Cómo esta Ella?‛ Ella era su gato, y Patty la adoraba de la misma forma en la que la mayoría de las personas adoraban a sus hijos.

‚¡Que cosa m{s dulce para preguntar! En realidad, Ella hizo una cosa muy linda el otro día. Mientras Patty nos entregaba los menús y llenaba nuestros vasos de agua, nos hablo sobre las últimas y adorables novedades de Ella, lo cual incluía la trituración de las cortinas de la sala de estar. Luego fijo su vista con aspecto curioso hacia Cam. ‚¿Eres nuevo en la ciudad? No te reconozco de la secundaria.‛

Cam le tendió la mano. ‚Soy Cameron Sanders. Voy a la escuela en Delcroix.‛

‚Oh.‛ Patty dio un paso atr{s. Ella se centro en su mano por un momento, y luego limpio su propia mano con el delantal. ‚¿Delcroix? ¿En serio? La gente de all{ no suele venir mucho por aquí.‛ Ella le estrecho la mano con un gesto r{pido y nervioso.

‚Un error terrible.‛ Él le dio una gran sonrisa. ‚Este lugar es genial. A partir de hoy, se que voy a estar aquí todos mis días libres.‛

Patty le miro en silencio por un momento y luego retorció sus manos en un gesto de nerviosismo. No podía saber si estaba aterrorizada o agradecida. Supongo que no había pensado en como otras personas de la ciudad podían ver a los de Delcroix. Quiero decir, los niños de mi escuela secundaria pensaban que los niños de Delcroix eran ricos y extraños, pero no les prestaban mucha atención. La abuela, por otra parte, hablaba de Delcroix como si tuvieras que ser una especie de Dios para estar ahí.

‚¿Alguno de tus profesores realmente escribió discursos para el presidente?‛

pregunto Patty, las palabras salían apresuradas. ‚Mi hermana dijo que no era verdad, pero escuche que si lo era. Y ellos dicen que él podría venir a visitarnos este año.‛

Cam asintió. ‚Ellos dijeron que él iba a venir. Pero no estamos seguros.‛

‚Bueno, eso sería genial.‛ Ella apretó los labios en una mueca extraña la cual creo que estaba destinada a ser una sonrisa. ‚Claro, que me gustaría ver al presidente.‛

Diciendo eso, Patty hizo una leve inclinación con su cabeza hacia Cam que casi parecía un arco, y luego ella se escabullo.

Cogí mi vaso y me tome la mitad. Tal vez Delcroix estaba incluso más fuera de mi alcance de lo que esperaba. Con la partida de Patty, el silencio se extendió entre nosotros.

Haz una pregunta, me dije a mi misma. Eso siempre funcionaba.

‚Así que supongo que te gusta mucho Delcroix, ¿No?‛

El hizo una pausa y me estudio con sus grandes ojos negros. ‚Me encanta. Y creo que a ti también te gustaría.‛

‚¿Qué te gusta de ella?‛

‚Bueno—‛, el me miro directamente a los ojos mientras hablaba. ‚Conozco a muchos chicos que sienten que no pueden ser ellos mismos en su escuela. Ellos piensan que tienen que cambiar para encajar en un grupo o ser aceptados. Eso no pasa en Delcroix. Allá todo el mundo es lo que debe ser. Difícil de creer, lo sé, pero es la verdad.

Tú no tienes que fingir en Delcroix.‛

Su voz se redujo, y aunque él no podría haberlo planeado, sus palabras viajaron directamente a mi corazón. ¿No tener que fingir? ¿Cómo se sentiría eso?

‚Tú solo tienes que ser tu misma, Dancia. ¿No sería asombroso?‛

Algo en la voz de Cam era hipnótico. El restaurante, Patty, incluso la música cursi se desvaneció. Cerré mis ojos por un segundo y me imagine caminando por el pasillo de una escuela nueva, la gente pasando y diciendo ‘hola’, amigos esperando por mí, cuando llegara a clase. Pase saliva mientras las lágrimas me empezaban a escocer detrás de los ojos.

Cuando abrí mis ojos, Cam me estaba estudiando. Su frente estaba un poco arrugada, como si él se estuviera cuestionando. ‚Sé que suena extraño,‛ dijo él suavemente, ‚Pero no eres la única que se siente de esa forma.‛

¿Cómo sabía lo que estaba pensando?

Sacudí la mano y me esforcé por parecer despreocupada. ‚En realidad, mi escuela secundaria es genial. En serio. Quiero decir, hay toda clase de cosas usuales con frikis y los chicos geniales, pero en general, todos se llevan bien.‛

‚Por supuesto.‛ El asintió y cogió el menú. La cadena m{gica que nos conectaba se quebró y se disolvió. ‚Así que, ¿Qué es lo bueno de aquí?‛

‚¿Nunca has comido en Bev’s? ‚ No pude ocultar mi sorpresa. ‚¿No dijiste que habías empezado en Delcroix hace dos años?‛

El parecía un poco avergonzado. ‚La escuela me tiene ocupado.‛

Pensé en lo que Patty había dicho, sobre como las personas de Delcroix nunca bajaban aquí, y me di cuenta con un sobresalto que Cam, nunca antes había conocido a ninguno de aquí. Seguro, nosotros creábamos historias sobre ellos, pero en realidad nunca habíamos hablado con un chico de Delcroix. Lo cual los hacía parecer extraños, inesperados o solo presumidos. Pero no Cam. Cam nunca seria presumido. Comprendí.

‚Oh, no quise decir eso,‛ dije. ‚Solo pensé que todas las personas de Danville comían aquí. Tienen muy buenas hamburguesas y papas fritas. Pero mantente alejado de la sopa de almejas.‛

El sonrió. ‚Gracias por el consejo.‛

Cuando llegue a casa dos horas más tardes, me dirigí hacia mi abuela y fruncí el ceño. Ella ni si quiera cerró su revista para hablarme. ‚¿Cómo estuvo el almuerzo?‛

‚Genial,‛ dije. Asombroso. Increíble. Y ahora estaba completamente enamorada de un chico con el que probablemente nunca volvería a hablar.

‚¿De qué hablaron Cameron y tú?‛

‚Nada. Escuela. Delcroix.‛

Todo. Hablamos de futbol y de cómo el equipo de las chicas necesitan a una nueva delantera. Hablamos de los cursos electivos elegidos en Delcroix, al igual que de la música popular, la poesía, y el estudio independiente, en el cual podrías hacer tu propia clase. El me hablo de su papá, sobre como lo echaba de menos en el año escolar, pero también de lo divertido que era vivir en el campus. Jugué a ser genial, pretendiendo que tenía muchos amigos que dejar atrás, pero tenía la sensación de que él sabía la verdad. El no dijo nada al respecto. El era… dulce. Cuidadoso. Comprensivo. El me hablo sobre las cosas increíbles que ha hecho, como visitar Cabo Cañaveral. Uno de los pilotos del transbordador espacial se había ido a Delcroix, e hizo un recorrido por las clases de astronomía avanzada. Por no mencionar todos los músicos que hacían de profesores invitados allá. No solo músicos clásicos, si no, gente genial. Gente de la que había oído hablar.

‚¿Y tomaste una decisión?‛

Apreté la mandíbula. ‚Iré a Delcroix, pero si no me gusta hasta las vacaciones de navidad. Me transferiré de regreso a la escuela de Danville.‛

Ella ojeo unas cuantas p{ginas m{s. ‚Eso suena bien, querida. Un plan excelente.‛

‚¿No vas a decir nada m{s?‛ espete. ‚Algo como, ¿Te lo dije?‛

‚¿Por qué iba yo a hacer algo así?‛ dijo la abuela, cerrando su revista. ‚Ahora, ¿Qué tenemos para cenar?‛

Me quede viendo mi habitación, molesta por saber, que como siempre, mi abuela siempre conseguía lo que quería.