Datos biográficos
Emilio Rabasa nació en Ocozocoautla, Chiapas, el 22 de mayo de 1856. Fueron sus padres don José Antonio Rabasa, catalán, y doña Manuela Estebanell, chiapaneca emigrada a los Estados Unidos en 1824, cuando se decretó la expulsión de los españoles. Su instrucción primaria la hizo en el hogar, recibiéndola, aun con algo de preparatoria, de su familia, que tenía un caudal bien saneado. A los 12 años de edad partió a Oaxaca e ingresó al Instituto de Ciencias y Artes.[1] Se recibió de abogado en 1879; fue diputado a la Legislatura de Chiapas en 1881, y en 1882 dirigió el Instituto del Estado. En el propio año retornó a Oaxaca y el 11 de septiembre casó con la señorita Mercedes Llanes Santaella. De 1883 a 1885 desempeñó, allí mismo, los cargos de juez civil, secretario del gobernador Mier y Terán y diputado local. Su vocación literaria despertó muy temprano: cuando Rabasa tenía 16 años apareció una oda suya a Castelar en el periódico oficial de Chiapas, que se denominaba —caso curioso— La Iberia; en El Porvenir de San Cristóbal las Casas (1881) y en El Liberal de Oaxaca (1883) empezó a escribir con cierta regularidad. Hacia 1884 dedicó a su esposa un poema en 54 sextetas (A Mercedes), del que hizo una edición casi desconocida. También formó y prologó una antología, La musa oaxaqueña, que no logramos localizar. Vino a México en 1886 y fue sucesivamente defensor de oficio, agente del Ministerio Público, Juez 5.º correccional, catedrático de Economía Política en la Escuela de Comercio, etc. Dos años más tarde fundó con Reyes Spíndola El Universal y polemizó con Francisco Sosa sobre la María de Jorge Isaacs. Escribió mucho con el seudónimo de Pío Gil y las novelas incluidas en este volumen aparecieron originalmente bajo el de Sancho Polo. Produjo bastantes cuentos, poemas y estudios de crítica literaria. «Es el primero —dice don Ángel Pola— que viene al mundo de las letras sin el apadrinamiento de D. Ignacio M. Altamirano». Frecuentaba a Cervantes —«no hay año que no lo lea»—, Lope, los dos Luises, Quevedo, Moratín y ¡claro! Galdós. 1891 le ve asumir la gubernatura de Chiapas, puesto que desempeñó por espacio de cuatro años; retornó de allá electo senador. Además de catedrático de las Escuelas Nacional y Libre de Jurisprudencia —en la docencia perseveró hasta el fin de sus días y fue autoridad en Derecho Constitucional—, se le confiaron otros cargos de importancia, como el de representante del Gobierno en las Conferencias de Niágara Falls en 1914. A partir de entonces radica seis años en Nueva York. En 1906 y 1909 viajó por Europa. Fue correspondiente de las Reales Academias Española y de jurisprudencia y miembro de diversas agrupaciones científicas y literarias. Colaboró con brillantez en el periodismo nacional y en revistas especializadas en materia jurídica. Murió el 25 de abril de 1930, a los 74 años de edad.