WILKIE COLLINS, nació el 8 de enero de 1824 en Londres (Inglaterra), hijo de Harriet Geddes y del pintor William Collins. Estudió pintura en su niñez y más tarde leyes en Lincoln’s Inn, aunque jamás ejerció la abogacía, dedicando todo su tiempo a la literatura, profesión que le llevó a convertirse en el impulsor de la novela detectivesca en el Reino Unido. Después de redactar en 1848 una biografía de su padre, Collins escribió el título histórico Antonina o la caída de Roma (1850) su primera novela, continuada por Basil (1852), un libro alabado por Charles Dickens, a quien le unía una estrecha amistad desde 1851. En 1858 Wilkie se enamoró de una mujer viuda llamada Caroline Graves, con quien convivió durante largos años. La dama de blanco (1860) le granjearía la inmortalidad. Novela de intriga y misterio victoriana aparecida por entregas en «Household Worlds», publicación dirigida por Dickens en la que colaboraba desde el año 1856. El empleo de diversas perspectivas, la captación de sugerentes atmósferas, su retrato de personajes y la habilidad para la creación de complejas tramas fueron algunos de los factores clave del éxito de los textos de Collins.
Posteriormente y de manera prolífica publicó varios libros de relatos y novelas como El secreto de Sarah (1857), Sin nombre (1862), Armadale (1866), La piedra lunar (1868), uno de los primeros títulos de detectives en la historia de la literatura británica. Doble engaño (1873), La ley y la dama (1875), El Hotel encantado (1878), Las hojas caídas (1879), La hija de Jezabel (1880), El legado de Caín (1889), o la novela póstuma Blind Will (1890), libro terminado de escribir por su íntimo amigo Walter Besant. El mismo año de la publicación de La piedra lunar, Collins, sin dejar a Caroline, comenzó también una relación amorosa con Martha Rudd. Wilkie Collins, que sufría de agudos dolores reumáticos y era habitual consumidor de láudano, murió el 23 de septiembre de 1889. Tenía 65 años.