CAPITVLO XV

De ciertas setas pirenaicas que tan solo crecen en la estación primaveral

«ALGUNAS de ellas crecen en esa época inusual. Según he sabido, en primavera, cuando brotan las hojas de los árboles y aparecen las violetas y las primaveras adornando el bosque, cuando regresan los pájaros y las lluvias son frecuentes, aparece en los prados el usón, muserón o seta de San Jorge (I), de color blanco inmaculado y fragante olor a harina, que buscan con ahínco los habitantes de los pueblos en los prados altos, en círculos de hierba más verde, donde crecen todos los años. Los buscadores guardan en secreto el lugar donde crece y, a veces, lo transmiten a sus hijos en el testamento.

»También se recoge la seta de marzo o de las ardillas (II) de color negruzco y con láminas blancas que contrastan, excelente comestible que a veces aparece roído por las ardillas que lo buscan bajo el musgo.

»No podemos olvidarnos de las excelentes colmenillas (III), que pueblan los bosques de coníferas con su extraña forma de colmena o piña. Se deben cocer a alta temperatura antes de consumirla para hacer desaparecer las substancias termolábiles que contienen y que desaparecen con el calor. Crecen a partir de los 1000 metros de altitud.

»Unas setas de forma cerebriforme (gyromitras) deben dejarse secar durante un tiempo para eliminar toda substancia tóxica. A pesar de ello, son buenas comestibles.

»También crecen setas venenosas que debemos evitar.

»La nolanea hirtipes (IV). La vemos crecer esbelta en el bosque, con un sombrero gris plomo, recorrido por fibrillas plateadas y láminas rosas. También crece en el Pirineo el inocybe patoullardii (V) de color blanco ocráceo, inconfundible porque su carne enrojece al contacto con el aire. Se encuentra en bosques y prados, siendo muy tóxica.

»Así pues, buen amigo, verás que todas las épocas son propicias para el crecimiento de setas y que si logras conocerlas bien, podrás sacar buen provecho de ellas».