CAPÍTULO V
TÍTULO II
Nombramiento de jefe del grupo
Después de muchas jornadas acampados en el mismo lugar, decían la mayoría del grupo, que aún seguían cansados para ir al bosque a trabajar.
Hulk, no sabía lo que hacer para que le obedeciesen. Fue en una de las jornadas y después de comer cuando les preguntó:
―¿Por qué no me hacéis caso cuando os mando a trabajar?
―Bu…Bueno es que tú no eres el jefe para mandarnos a trabajar ―contestó Bika, que era la mujer adulta.
―¿Desde cuando eres jefe, Hulk? ―preguntó Draco.
―¡Sí, sí! Dinos ¿quién te nombró? ―preguntaron otros.
―¡Bueno, bueno…! No os acordáis a quien hablaron los espíritus, y que os saqué de la cueva y por eso estamos aquí.
―Pe…Pero Hulk, ¿Cómo te van a hablar los espíritus si no eras Chamán? ―dijo Ator, que antes fue jefe del grupo de jóvenes recolectores.
―¡Ah! ¡Eso…por lo visto a los espíritus no les importó!
―Entonces…, ¿Para qué sirve ser Chamán?
―¡Uhm…! ―decía Hulk, mientras se rascaba la cabeza pensando que contestar.
―¡Esa contestación también la sé dar yo, y no soy aspirante a Chamán! ―dijo Elsa, que era una de las dos jóvenes.
Todos rieron la gracia que Elsa había tenido:
―¡Ja, ja, ja! ¡Jo, jo, jo…! ¡Jua, jua, jua…!
―¡Es graciosa esta Elsa! ―decían riendo y dándose palmadas los unos a los otros.
―¿Te burlas de mí, Elsa? ―dijo Hulk, enfadado.
―¿Quién…yo? ¡No, no!, a ver si me castigan los espíritus con los que tú te hablas tanto ―contestó sarcásticamente Elsa.
―¡Jo, jo, jo! ¡Ja, ja, ja…! ¡Jua, jua, jua…! ¡Je, je, je! ―rieron todos, menos Bade, que miraba de reojo a Elsa, pensando que le quitaría el lugar de gracioso que ocupaba en el grupo.
―¡Huy, huy…! Bade, creo que Elsa te quiere quitar tu sitio de gracioso, ¡ja, ja, ja…! ―dijo uno de los que se reían.
―¡Quita, quita! Si solo ha hecho gracia dos veces, y yo…muchas más ―respondió sin darle mayor importancia.
―¡Ya…! ¡Pero tú no te has reído! ―respondió.
―¡Uf…! ¡Es qué a mí, no me ha hecho ninguna gracia! ―contestó Bade, haciendo muecas con la boca.
―¡Oye tú! ¡Creo que Bade se ha enfadado!
―¡No parece contento, no! ―respondió el otro.
Bika, que era la mujer más mayor del grupo dijo:
―¿Por qué no elegimos a un jefe para que nos ordene lo que debamos hacer?
―¡Uhm…! ¡No está mal pensado, no! ―dijo Hulk sonriendo.
―¡Sí, sí, elijamos a un jefe para el grupo! ―dijeron uno tras otro los demás.
―¿Me elegiréis a mí? ¡No? ―gritó Hulk.
―¿Pero no eres tú el aspirante a Chamán? ¿También quieres ser el jefe? ―preguntó Cala.
―¿Por qué no puedo ser las dos cosas yo? ―preguntó Hulk.
―¡Huy, huy…! Este, quiere ser demasiadas cosas ―dijo Cala.
―¿Tienes alguna experiencia como jefe de grupo? ―preguntó Buck, que era su compañero por edad.
―¿Alguna vez la Matriarca te nombró jefe? ―preguntó otro.
―Aparte de que te hablasen los espíritus ¿Qué cosas sabes hacer? ―preguntó Bika, que era la mujer adulta.
―¡Me agobiáis con tantas preguntas como hacéis! ¿Hacen falta tantas cosas para ser jefe de grupo? ―respondió alterado.
―¡Huy, huy!, mira lo que dice este, que quiere ser jefe sin saber nada ―dijo Asca, a su compañera.
―¡Uf!, pues así, yo también quiero ser jefe ―respondió Elsa, que era su compañera.
―¡Dilo!¡Dilo…! ―respondió sarcásticamente Asca.
―Sí, sí, tú tienes muchas posibilidades para dirigir el grupo ―siguió diciendo Asca, haciendo una mueca en la boca.
―¿Tú crees…, Asca? ―respondió tapándose la boca.
―¿No te estarás burlando de mí?
―¡Bueno, bueno! ¡Por quién me has tomado tú, Elsa! ―respondió Asca, haciéndose la ofendida.
―¡Ah…bueno! ―respondió Elsa convencida.
―¡Huy, huy…! ¿Qué haré cuando dirija el grupo? ―dijo Elsa, acariciándose el mentón de la cara.
―¡Primero que todo, te tendrán que elegir! ¿No?
―¡Ah…! ¡Sí!, ya no me acordaba de eso ―respondió.
―¡Pues… dilo, dilo ya, antes que otro ocupe tu lugar! ―insistió Asca, con ganas de distraerse.
Mientras, los demás compañeros ajenos a lo que estas dos jóvenes hablaban seguían hablando sobre quien podría ser el jefe.
Elsa, interrumpió a todos diciendo:
―¡Eh! ¡Escuchad todos!
―¿Qué querrá esta? ―dijo Buck, y continuó diciendo:
―¿Por qué interrumpes a todos?
―¡Yo…quiero ser la jefa del grupo!
―¡¿Cómo?!
―¿Qué has comido tú, que por lo visto te sentó mal? ¿A ver…? ―dijo Hulk, que quería ser el jefe.
Los demás, después de un largo silencio, empezaron a reír, tirándose por los suelos:
―¡Jua, jua, jua…!
―¡Ja, ja, ja!
―¡Jo, jo…!
―¡Je, je, je!
―¿Qué divertido? ¿Qué gracia tiene Elsa? ―y seguían riendo.
―¿Cómo se te ocurrió semejante cosa, Elsa? ―preguntó Hulk, riendo también, y continuó diciendo:
―¿No ves la poca experiencia que tienes tú, para ser jefa del grupo?
―¿Cuántas veces has dirigido a un grupo?
―¿A cuántos peligros te has enfrentado tú, Elsa?
―¡Huy, huy…! Nada de todo eso has tenido, ¿cómo vas a ser jefa de grupo? ―dijo Hulk, riendo y dándose palmadas en la pierna.
―¡Yo…, me presenté, al escucharte a ti pretendiendo ser el jefe del grupo! ―respondió Elsa.
―Ya… ¡Je, je! ¿Y…, por qué?
―Porque tú nunca antes habías sido jefe, ni tenías experiencia alguna, ¿o es que lo fuiste a escondidas y nadie lo supimos, Hulk?
Al escucharlo, todos nuevamente empezaron a reír tirándose por los suelos y dándose fuertes palmadas los unos a los otros.
―¡Ja, ja, ja! ¡Jua, jua, jua…! ¡Je, je, je! ¿Qué graciosa es…? Ya me duele la barriga de tanto reír ―decían algunos aún en el suelo.
Elsa, siguió diciendo:
―Yo a igual que tú, tampoco tengo experiencia como jefa de algún grupo. ¿Qué diferencia hay entre los dos? ¡Dime, Hulk!
―¡Sí, sí! ¿Qué diferencia hay entre vosotros? ¡Dinos, Hulk! ―preguntó Bika, a la que todos respetaban por ser la mujer mayor del grupo.
―Bu…Bueno a ella no le hablaron los espíritus, como me hablaron a mí.
―¡Esa experiencia que dices, la debes guardar para cuando quieras ser Chamán y no ahora para ser jefe del grupo! ―contestó sonriente Elsa.
―¡Ah…!, pero si tú apenas tienes edad, solo eres una joven y encima muy habladora, cosa que yo no sabía que hablaba tanto como habla.
―Sí, en eso sí acertó Hulk, ¿qué habladora es Elsa? ―dijo uno de los compañeros.
―¡Uf…! Nadie hubiese creído que Elsa, con lo joven que es, hablase tanto como habla ―respondió otro, agitando la mano.
―¿Quién la enseñaría a hablar tanto como habla? ―dijo uno.
Al escuchar Hulk a algunos compañeros los comentarios que hacían, aprovechó para decir:
―¡Los jefes no hablan tanto como lo haces tú, Elsa!
―¿No tienes bastante con ser el aspirante a Chamán, que también quieres ser jefe de grupo?, no sabes que tanto trabajo se puede amontonar y no atender correctamente a los espíritus. ¿Es que quieres que te castiguen y nos castiguen a todos por dejarles apartados?
―¡Uhm…! Hulk, tiene razón, esta habla mucho para ser jefe, no nos dejaría descansar con tanto hablar como habla.
―Sí. sí, no es buena para jefe, no ―dijo otro, rascándose la cabeza.
―¡Elijamos a uno que haya tenido experiencia y no hable tanto!
―¡Aquí lo tenemos! ―dijo Draco, señalando a Ator con la mano.
―¡Ator, fue el jefe de nuestro grupo hasta que salimos de la cueva ―dijeron Aila y Beka.
―¡También fue nuestro jefe! ―dijeron Cala y Bade.
―¿Qué mejor jefe podemos tener, que este que fue nombrado por la Matriarca, y encima habla poco? ―dijeron los demás, inclusive Elsa y Hulk callaron y no dijeron nada sobre la propuesta del nuevo jefe.
Algunos comentarios después terminaron en considerar a Ator como el mejor candidato para ser el jefe del grupo.
―Ator, todos te nombramos jefe del grupo a partir de ahora.
―¡Huy, huy…! lo que me faltaba a mí ―contestó contrariado.
En vista que todos le señalaban como jefe, no pudo rechazar el mandato de todos, pero dijo:
―¡Sabed que, si no obedecéis en lo que mande, castigaré a quien no obedezca, igual que hacía la Matriarca!, sabiendo eso, ¿aún queréis que sea vuestro jefe? ―y siguió diciendo:
―¡Pensadlo antes de decidir, después, será demasiado tarde!
―Pero ¿qué dice este?
―¿Y eso que aún no es jefe?
―¡Huy, huy! ¿Qué querrá decir con eso?
―Ha dicho, que será demasiado tarde ―dijo el compañero.
―¿Tarde? ¿Para qué…?
―Oye Hulk, ¿entiendes tú porqué será demasiado tarde?
―¡Debe ser… que quiere ir a algún sitio y no quiere llegar tarde!
―¡Ah!
―¡Eso, lo sabrá alguno de los que han dicho que fue su jefe!
―¡Pregúntalo, pregúntalo, Buck! ―dijo Asca, que era la otra joven.
Buck se acercó a Aila, que fue una de las que dijo que Ator era su jefe y le preguntó:
―Aila, tú que debes conocer mejor a Ator, ya que dices que fue tu jefe, dime porqué ha dicho que será demasiado tarde.
Aila se rascaba la cabeza pensando alguna contestación que no encontraba, al final dijo:
―¡Uhm!, debe ser que quiere no llegar tarde a algún sitio! ¿No?
―¿Qué sitio será ese? ¿Lo conoces tú, Aila?
―No
―¡Pregúntalo, ya que fue tu jefe!
―Ator, ¿dónde quieres ir con tanta prisa, que no quieres llegar tarde? ―preguntó Aila, levantando la voz para que le escuchase.
―¿Qué dices tú, Aila?
―¡Uhm…, no sé!, eres tú quien no quiere llegar tarde y no yo ―contestó.
―¿De qué hablas tú?
―¡Ah! ¡Pregúntalo! ¡Pregúntalo a los demás, que también lo saben! ―respondió tapándose la boca.
―¡Uhm…! ¡Preguntaré a ver…! ―dijo Hulk.
―¿Alguien se vosotros sabe que dice esta? ―preguntó en voz alta.
―¡Oye!, este ya no se acuerda que antes tenía prisa ―preguntó uno a su compañero.
―¡Pues sí tiene mala memoria! ¡Sí! ―respondió el otro.
―¡Bueno! ¡Contestáis! ¿O…qué? ―gritó Hulk.
―¡Uf! Encima grita como si no le escuchásemos ―dijeron algunos entre ellos.
―¿Qué quieres que contestemos con tanto gritar? ―preguntó Elsa.
―¡No! ¡Tú no! ¡Que contesten los demás! ―dijo Ator confuso.
―¿Y por qué no puede hablar Elsa, con lo habladora que es? ―preguntó Beka.
―¡Eso! ¡Eso!, di ¿por qué? ―preguntaron algunos más.
―¡Huy, huy…!, se me olvidó lo que quería saber.
―¡Se te olvidó, o es que no querías saber nada!
―¡Uhm, uhm!, no sé, no sé ―decía, rascándose la cabeza intentando recordar.
―¡Bueno! ¡Bueno!, soy vuestro jefe, o no lo soy ―preguntó.
―¿Qué dices tú?
―¡Dice que quiere ser el jefe! ―respondió el compañero.
―¡Ah!
―¡Espera que lo hablemos los demás!
En grupo se reunieron para ver si Ator sería buen jefe o no lo sería, al final, acordaron que era el único de todos que tenía experiencia y que la Matriarca le nombró jefe de un grupo hasta que salieron de la cueva.
Después de largas deliberaciones en las que Elsa y Hulk quisieron ser los jefes y fueron rechazados, llamaron a Ator:
―¡A partir de ahora tú serás el jefe de nuestro grupo!
―¡Ya soy el jefe! ―preguntó.
―¡Sí! ―contestaron todos.
―¡Organizad dos grupos de trabajo para ir al bosque a cortar ramas para hacer una empalizada en la que colgar la carne que cacemos! ―y continuó diciendo:
―Cada grupo tendrá su propio jefe para que les indique lo que hay que hacer. Yo, ha igual que la Matriarca daré las instrucciones desde aquí, para evitarme los peligros innecesarios que pudiera tener.
―¡Huy, huy…! ―dijeron muchos, pensando lo mucho que corrieron nombrándole su jefe.
Obedientes formaron los dos grupos de trabajo con sus respectivos jefes y marcharon al bosque para cortar las ramas que formarían la empalizada para colgar la carne cazada.