Apéndice A

Borrador de trabajo de la propuesta del Código Lord-Quigley

Razones en las que se fundamenta el Código

QUE RIGE LA CREACIÓN CINEMATOGRÁFICA

Formulado por Association of Motion Pictures Producers, Inc., y The Motion Picture Producers and Distributors of America, Inc.

RAZONES EN LAS QUE SE FUNDAMENTA EL PREÁMBULO

1. Las películas concebidas para la exhibición en salas de cine, en contraposición a las películas concebidas para ser proyectadas en iglesias, escuelas, salas de conferencias, actos de movimientos educativos y de reforma social, etc., han de considerarse básicamente un ENTRETENIMIENTO.

La humanidad siempre ha reconocido la importancia del entretenimiento y su valor en la recuperación física y anímica de los seres humanos.

Sin embargo, siempre se ha reconocido también que el entretenimiento puede ser UTIL o PERJUDICIAL para el género humano y, en consecuencia, se ha distinguido claramente entre:

a. El entretenimiento que tiende a mejorar el género humano o, como mínimo, a recrear y reconstituir a los seres humanos agotados de las realidades de la vida, y

b. El entretenimiento que tiende a degradar a los seres humanos o a empeorar sus niveles de vida.

Por ese motivo se reconoce a escala internacional la IMPORTANCIA MORAL del entretenimiento. El entretenimiento penetra profundamente en la vida de hombres y mujeres y los afecta íntimamente; el entretenimiento ocupa sus mentes y sentimientos durante las horas de ocio y afecta en última instancia al conjunto de su existencia. La calidad del entretenimiento escogido sirve para juzgar a un hombre tanto como la calidad de su trabajo.

En consecuencia, un entretenimiento adecuado eleva el nivel de toda una nación.

Un entretenimiento inadecuado degrada las condiciones de vida y los ideales morales del género humano.

Cabe señalar a modo de ejemplo las saludables reacciones que provocan los deportes sanos y morales, como el béisbol o el golf, y las reacciones malsanas ante deportes como la riña de gallos, la lidia de toros, la caza de osos, etc.

Cabe asimismo señalar el efecto que en antiguas civilizaciones tuvieron los combates de gladiadores, las obscenas piezas teatrales de la época romana, etc.

II. El cine es muy importante en cuanto que es un ARTE.

Aunque es un arte nuevo —posiblemente una combinación de las distintas artes—, tiene el mismo objetivo que los demás, a saber, la presentación del pensamiento, de las emociones y de la experiencia humanas de modo que llegue al alma a través de los sentidos.

En el cine, como en las demás clases de entretenimiento:

El arte penetra profundamente en la vida de los seres humanos.

El arte puede ser moralmente bueno y elevar a los seres humanos a niveles más altos, como lo han hecho la música, la gran pintura, la auténtica literatura de ficción, la poesía y el teatro.

El arte puede ser moralmente malo en cuanto a sus efectos. Es el caso, sin duda alguna, de la pintura obscena, de los libros indecentes, del teatro insinuante y provocativo. Su efecto en la vida de hombres y mujeres es obvio.

Nota: A menudo se ha dicho que el arte en sí es amoral, ni bueno ni malo. Esta concepción tal vez pueda ser válida para el OBJETO que es la pieza musical, un cuadro, una poesía. Pero el objeto es el PRODUCTO de la mente de una persona, y la intención de ésta fue buena o mala desde el punto de vista moral en el momento en que produjo el objeto de que se trate. Además, el objeto produce un EFECTO en aquéllos que entran en contacto con él. En estos dos aspectos —es decir, como producto de una mente y como causa de unos efectos concretos—, el arte tiene un profundo significado y una inconfundible calidad morales.

En consecuencia, el cine, la más popular de las artes modernas concebidas para un público masivo, recibe su calidad moral de la intención de las mentes que lo producen y de sus efectos sobre la vida y las reacciones de índole moral del público. Este hecho le confiere una muy importante responsabilidad moral.

1. Las películas reproducen la moral de las personas que las utilizan como medio de expresión de sus ideas e ideales.

2. Las películas afectan a los principios morales de aquellas personas que a través de la pantalla asimilan esas ideas e ideales.

En el caso del cine, este efecto adquiere una relevancia particular porque no hay otro arte que obtenga una respuesta tan rápida y tan amplia de las masas. El cine, en un periodo increíblemente breve, se ha convertido en el arte de las multitudes.

III. El cine, debido a su importancia como entretenimiento y a la confianza que han depositado en él los pueblos del mundo, tiene unas OBLIGACIONES MORALES especiales:

A. La mayoría de las artes se dirige a las personas maduras. En cambio, el cine se dirige a la vez a gentes de toda condición: maduras, inmaduras, desarrolladas, sin desarrollar, respetuosas de la ley, criminales, etc. Hay distintos tipos de música, igual que de literatura y de teatro, para las distintas clases de personas. El cine, al combinar los dos atractivos fundamentales (contemplar una imagen y escuchar una historia) llega a la vez a todas las clases sociales.

B. Dada la movilidad de las películas y la facilidad con que se distribuyen, y debido a la posibilidad de obtener copias en grandes cantidades, el cine llega a lugares en los que otras artes no penetran.

C. Considerando estos dos factores, es difícil producir películas destinadas únicamente a determinadas clases de personas. Las salas de exhibición están construidas para las masas, para los cultos y para los carentes de educación, para personas maduras e inmaduras, para los respetuosos de la ley y para los criminales. A diferencia de los libros y la música, la películas difícilmente pueden limitarse a algunos grupos selectos.

D. En consecuencia, el grado de permisividad tolerable no puede ser tan alto como el tolerado en los libros. Además:

a. Un libro describe; una película presenta [una historia] vividamente. El libro presenta la historia en una página fría; el cine, en cambio, en personas aparentemente vivas.

b. Un libro llega a la mente del lector sólo a través de palabras; una película llega a los ojos y al oído del espectador a través de la reproducción de sucesos reales.

c. La reacción de un lector depende en gran medida de la intensidad de su imaginación; la reacción del espectador de una película depende de lo vivido de la presentación.

En consecuencia, muchas de las cosas que pueden describirse o sugerirse en un libro no pueden presentarse en cine.

E. Lo mismo es aplicable a la comparación entre el cine y la prensa escrita.

a. Los periódicos presentan un hecho mediante la descripción; el cine, en cambio, a través de una presentación real.

b. Los periódicos presentan después de que el hecho ha tenido lugar; el cine presenta los hechos en su proceso de consumación y con apariencia de realidad.

F. Todo lo que se puede presentar en una pieza teatral no puede presentarse en una película.

a. Porque el público de una película es más amplio y, por consiguiente, de carácter mixto; psicológicamente, cuanto mayor es la audiencia, menor es la resistencia moral de la masa a la sugestión.

b. Porque mediante la iluminación, la ampliación de las imágenes, la presentación, el énfasis escénico, etc., el argumento de una película se acerca más al público que el de una obra de teatro.

c. El entusiasmo y el interés por los actores y las actrices de una película —que supera a todo elemento del argumento— hacen que el público simpatice enormemente con los personajes que esos artistas encarnan y con las historias en que aparecen. De ahí que el público sea más propicio a confundir a un actor o una actriz con el personaje que ellos representan, y más receptivo a las emociones e ideales presentados por sus estrellas favoritas.

G. las pequeñas comunidades —apartadas de la sofisticación y del proceso de endurecimiento que a menudo tiene lugar en algunos grupos de personas que habitan en las grandes ciudades— son afectadas rápidamente y con facilidad por cualquier tipo de película.

H. Los grandiosos decorados, la abundante acción, el gusto por lo espectacular, etc., afectan a las emociones del público y las despiertan más intensamente.

Por regla general, la movilidad, la popularidad, el fácil acceso, el atractivo emocional, el carácter vivido y la presentación directa de los hechos facilitan un contacto más íntimo con el público masivo y provocan una mayor respuesta emocional.

Por todos estos motivos, el cine tiene mayores responsabilidades morales.

RAZONES EN LAS QUE SE FUNDAMENTAN LOS PRINCIPIOS GENERALES

I. No se producirá ninguna película capaz de degradar los principios morales de los espectadores. En consecuencia, la simpatía del público nunca debería llevarse hacia el lado del crimen, del mal o del pecado.

Esa atracción se ejerce:

1. Cuando el mal se presenta como atrayente o seductor, y el bien se presenta como poco atractivo.

2. Cuando la simpatía del público se lleva hacia el crimen, el mal y el pecado. Lo mismo se aplica a las películas durante cuya visión la simpatía del público se lleva en contra de la bondad, de la inocencia, el honor, la pureza o la honestidad.

Nota: Solidarizarse con una persona que peca no es lo mismo que simpatizar con el pecado o con el crimen del que dicha persona es culpable. Es posible sentir pena por el sufrimiento del asesino, e incluso comprender las circunstancias que lo llevaron a cometer el crimen, pero no podemos sentir simpatía por el mal que ha causado. La presentación del mal es a menudo esencial en el arte, la literatura o el teatro, lo que en sí no es incorrecto siempre que:

a. El mal no se presente de manera atractiva. Incluso si en otro momento de la película en cuestión, el mal se condena o castiga, no debe permitirse que parezca tan atractivo que las emociones del público tiendan a desearlo o aprobarlo con tanta intensidad que más tarde la condena se olvide y sólo se recuerde la aparente alegría del pecado.

b. Durante toda la película el público sienta que lo correcto es el bien y no el mal.

II. Se presentaran, en la medida de lo posible, normas de vida correctas.

El cine posibilita un extenso conocimiento de la vida y del vivir. Cuando las normas correctas se presentan de manera coherente, el cine ejerce la más poderosa influencia imaginable, ayuda a formar el carácter y a desarrollar ideales justos, e inculca principios correctos, y siempre en la atractiva forma de una historia.

Si el cine propone como modelos dignos de admiración personajes elevados y presenta historias que afecten al público de una manera positiva, puede convertirse en la fuerza natural más poderosa para mejorar la humanidad.

III. No se ridiculizará la ley, natural o humana, ni su violación despertará la simpatía del público. Por ley natural se entiende la escrita en los corazones de todos los seres humanos, los grandes principios subyacentes a la ley y a la justicia dictados por la conciencia.

Por ley humana se entiende el Derecho escrito de las naciones civilizadas.

1. La presentación de crímenes contra la ley es a menudo necesaria para el desarrollo de la trama, pero no debe provocar sentimientos de simpatía hacia el crimen en cuanto acto contrario a la ley, ni con el criminal, por oposición a quienes lo castigan.

2. No se presentarán como injustos los tribunales nacionales. Esto no significa que no pueda presentarse como injusto un tribunal en concreto, y mucho menos que no pueda presentarse como tal un funcionario de la justicia. Sin embargo, el sistema judicial del país de que se trate no debe resultar perjudicado en consecuencia.

IV. RAZONES EN QUE SE FUNDAMENTAN LAS DISPOSICIONES DEL CÓDIGO

Prolegómenos:

I. El pecado y el mal forman parte de la historia de los seres humanos, por lo que de por sí constituyen materia dramática.

II. Al hacer uso de dicha materia, deberá distinguirse entre el pecado que repele por su misma naturaleza y el pecado que a menudo atrae.

a. En la primera clase se incluyen el asesinato, la mayoría de los robos, muchos crímenes contra la ley, la mentira, la hipocresía, la crueldad, etc.

b. En la segunda clase se incluyen los pecados de naturaleza sexual, los pecados y los crímenes de aparente heroísmo, como el bandidismo, los robos audaces, el liderazgo de una empresa maligna, el crimen organizado, la venganza, etc.

La primera clase se puede tratar con mucho menos cuidado, pues los crímenes y los pecados de este tipo no son de por sí atractivos: el público los condena instintivamente pues le provocan sentimientos de rechazo.

De ahí que el objetivo prioritario sea evitar endurecer al público, especialmente a los espectadores jóvenes e impresionables, frente al pensamiento y al acto criminal. La gente puede acostumbrarse incluso al asesinato, a la crueldad, a la brutalidad y a los crímenes repugnantes si se repiten lo suficiente.

La segunda clase ha de tratarse con muchísimo cuidado, dado que la respuesta del género humano a su atractivo es obvia. Este aspecto se trata con detalle más adelante.

III. Puede distinguirse cuidadosamente entre las películas destinadas al público general y las destinadas a exhibirse en salas restringidas a un público limitado. Los temas y los argumentos más apropiados para estas últimas estarían totalmente fuera de lugar y serían peligrosos si se trataran en las primeras.

Nota: Por lo general la práctica de usar una sala abierta al público general y limitar la entrada a «adultos solamente» durante la exhibición de determinadas películas no es totalmente satisfactoria y sólo parcialmente eficaz.

No obstante, las personas maduras pueden fácilmente comprender y aceptar sin que les perjudiquen ciertos temas y argumentos que son realmente perjudiciales para las personas jóvenes.

En consecuencia; si se creara un tipo especial de salas, exclusivas para personas adultas y para obras de esta naturaleza (que traten temas problemáticos, discusiones complicadas y tratamiento más adulto), se podría crear también un mercado, inexistente en la actualidad, para películas no aptas para el público general pero susceptibles de ser exhibidas para una audiencia limitada.

I. CRÍMENES CONTRA LA LEY

El tratamiento de crímenes contra la ley no deberá:

1. Enseñar métodos criminales.

2. Inspirar a potenciales criminales con deseos de imitación.

3. Presentar a los criminales como héroes y justificarlos.

En nuestra época, la venganza no ha de ser justificada. La venganza puede a veces presentarse en historias que se desarrollan en naciones y épocas menos civilizadas, especialmente en lugares donde no existe una ley que defina el crimen que es la causa de la venganza.

Debido a sus nefastas consecuencias, el tráfico de drogas no debería presentarse en forma alguna. No se deberá señalar a la atención del público la existencia de dicho comercio.

El consumo de bebidas alcohólicas nunca se presentará en exceso, ni siquiera tratándose de países donde el consumo es ilegal. En escenas de la vida norteamericana, sólo las necesidades del argumento y de una correcta caracterización justifican su presentación. Incluso en este caso, el consumo de bebidas alcohólicas se presentará con moderación.

II. SEXO

Por consideración a la inviolabilidad del matrimonio y de la familia, el triángulo (es decir, el amor a un tercero por parte de alguien ya casado) se deberá tratar con sumo cuidado. El tratamiento de este tema no debe afectar al matrimonio en cuanto institución.

Las escenas de pasión deberán tratarse con un honesto reconocimiento de la naturaleza humana y sus reacciones normales. Muchas escenas no pueden presentarse sin suscitar emociones peligrosas en los inmaduros, los jóvenes y los criminales.

Incluso dentro de los límites del amor puro, los legisladores han considerado que ciertos hechos están fuera de los límites de la presentación segura.

En el caso del amor impuro, el amor que la sociedad siempre ha considerado malo y que ha sido prohibido por la ley divina, es importante recordar:

1. El amor impuro no se presentará como atractivo y hermoso.

2. No deberá ser el tema de una comedia o farsa, ni tratado como material cómico.

3. No deberá presentarse de forma tal que despierte la pasión o la curiosidad morbosa por parte del público.

4. No deberá presentarse de forma tal que parezca correcto y permisible.

5. Por regla general, no deberán darse detalles de sus métodos y maneras.

III. VULGARIDAD; IV. OBSCENIDAD; V. IRREVERENCIA Y BLASFEMIA

No necesitan muchas más explicaciones que las ya incluidas en el presente Código.

VI. VESTUARIO

Principios generales:

1. El efecto de la desnudez o la semidesnudez en el hombre y la mujer corrientes, y mucho más en las personas jóvenes e inmaduras, ha sido reconocido por todos los legisladores y moralistas.

2. En consecuencia, el hecho de que el cuerpo desnudo o semidesnudo pueda ser hermoso no convierte en moral su utilización en el cine; además de su belleza, se ha de tomar en consideración el efecto del cuerpo desnudo o semidesnudo en el individuo corriente.

3. La desnudez o la semidesnudez, utilizada simplemente como «aguijón», puede colocarse bajo el epígrafe de las acciones inmorales. Su efecto en el público medio es inmoral.

4. La desnudez nunca puede permitirse en tanto que necesaria para el guión. La semidesnudez no debe dar lugar a exposiciones excesivas o indecentes.

5. Los materiales transparentes o translúcidos, así como la silueta, son con frecuencia más insinuantes que un desnudo total.

VII. DANZAS

La danza se reconoce generalmente como arte y como una forma bella de expresar las emociones humanas.

Sin embargo, atentan contra la decencia y son inmorales las danzas que sugieren o representan actos sexuales, ejecutadas por un solo bailarín o por dos o más personas, y las danzas concebidas para excitar la reacción emocional del público, así como las que incluyen movimientos de los pechos o excesivos movimientos corporales con los pies fijos.

VIII. RELIGIÓN

La razón por la que los ministros religiosos no pueden ser personajes cómicos o villanos es simplemente porque la actitud adoptada hacia ellos puede fácilmente convertirse en la actitud hacia la religión en general. La falta o pérdida de respeto a un ministro religioso provoca en la mente del público una similar disminución del respeto a la religión.

IX. LOCALIZACIÓN DE LAS ESCENAS

Algunos lugares están tan íntimamente asociados a la vida sexual o al pecado sexual que su utilización debe ser cuidadosamente limitada.

X. SENTIMIENTOS NACIONALES

Son merecedores de consideración y de un trato respetuoso los justos derechos, la historia y los sentimientos de una nación.

XI. TÍTULOS

Dado que el título de una película es la marca de este particular tipo de producto, debe ser conforme a las prácticas éticas de la titulación.

XII. TEMAS REPELENTES

Estos temas son a veces necesarios para el argumento. Su trato no deberá ofender nunca el buen gusto ni herir la sensibilidad de los espectadores.