[741]. La tradición judía dice que Abel fue enterrado por sus padres, siguiendo las indicaciones de un cuervo enviado por Yavé con esta finalidad. En el capítulo 22 del Libro de Enoc, que forma parte de la Iglesia ortodoxa etíope, se indica que el espíritu de Abel está en el lugar en donde residen los espíritus de todos los seres humanos esperando el juicio en el fin de los tiempos.<<