[645 y siguientes]. Por respeto religioso Byron no consideró pertinente sacar a Yavé a escena, como sucede en el Génesis. Recurrió, así, a un «ángel del Señor» para poner en su boca las palabras de Yavé. Respecto a este cambio escribió: «He evitado incluso introducir a Dios como en las Escrituras, por lo que he recurrido a su ángel, con la finalidad de evitar las suspicacias o recelos sobre la cuestión que se pueden suscitar en un hombre no inspirado y sin una noción adecuada del efecto causado por la presencia de Yavé».<<